Knock sir

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"¡Sakura!"

La voz de Eunbi le hizo levantar la vista de la taza, ver a la mayor delante de ella y con un semblante que paso de alegría a preocupación fue suficiente para que se lanzará a sus brazos.

"Unnie..."

Aquel calor maternal que sólo Eunbi poseía le hizo romperse, todo aquello que llevaba soportando se hizo presente mientras lágrimas amargas mojaban sus mejillas, la contraria no dijo nada sólo se aferro al pequeño cuerpo de su amiga intentando calmar su adolorido corazón.



Por sugerencia de Eunbi, terminaron en el departamento de esta y obligó a Sakura darse un baño mientras preparaba algo de te.
Y para sorpresa de la nippona esta término más tranquila luego de sentir el agua caliente además del dulce aroma a frutas de la alfa en todo el lugar aunque esto no duro mucho ya que de nuevo vomito, esta vez fue mucho más fuerte que las anteriores.

Gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas y la sangre era notoria en sus labios, los pétalos cayeron lentamente sobre sus pies. Permaneció en silencio regulando su respiración, mirando algún punto fijo del baño hasta que los golpes en la puerta fueron suficiente para regresarla a la realidad.

"¿Sakura? ¿Estas bien?"

Intento responder pero su garganta dolía, su mano directamente fue aquel lugar encajando sus uñas con desesperación. El dolor la estaba matando lentamente y tan rápido que sentía tantos deseos de abrir la puerta y rogar por ayuda pero eso significaba que perdería lo único que la unia a Chaeyeon, no quería eso, se forzó a tragar saliva antes de hablar.

"Si unnie, estaba lavando mis dientes."

No obtuvo una respuesta enseguida como ella deseaba, Eunbi simplemente contesto desconfiada y se alejo de la puerta permitiendo a la nippona a limpiar todo.

No le quedaba demasiado tiempo.



" ¿Estas segura de esto? Sabes que no me molesta que te quedes un poco más aquí"

Eunbi intentaba retener a la omega que se negaba con sonrisas fingidas y falsas promesas de volver a visitarla, hasta que logro salir de ahí se permitió sostenerse de la pared, estaba demasiado débil por la perdida de sangre y las espinas que parecían perforar hasta su piel. Tomo con torpeza las maletas y se dirigió a su destino, el último de aquella tarde.

Agradeció al botones que le llevo a la habitación sus maletas antes de cerrar la puerta, se sostuvo de la puerta antes de caminar hacia su cama, el teléfono llevaba desde hace 5 días sonando como loco. Ya no eran sus amigas, solamente se trataba de Chaeyeon, estaba desesperada por encontrarla y dios sabría que le haría aunque dudaba que pudiera ser peor que lo que ahora tenía. Dejo el aparato de lado y saco de su maleta algunos sobres, lápiz, hojas y ropa que  usaría luego de un buen baño.

Estaba a su limite, su lobo estaba algo adormecido e incluso podría asegurar que enfermo mientras que ella parecía haberse marchitado, se veía enferma e incluso su aroma había perdido fuerza. Se acomodo sobre la enorme cama matrimonial y comenzó a redactar en cada hoja algo para quienes amaba, todas aquellas que la cuidaron durante todo ese tiempo incluso hizo una para su madre en medio de lágrimas.

¿Estaba siendo egoísta? ¿Estaba bien lo que hacía?

Estaba segura solo de una cosa y era que no podría vivir sin Chaeyeon, la amaba tanto que desde que la marca desaparecido se sentía fuera de lugar, como si ella no perteneciera ahí. Al principio quiso creer que era solo por su tristeza pero era algo más, Lee Chaeyeon era la razón por la que había nacido, era por ella que todo había sucedido e incluso termino en un país desconocido para ella, sabiendo lo básico del idioma. Todo era por su alfa incluso lo que ahora le sucedía, a veces la diosa de la luna era muy cruel con los omegas como ella, tan frágiles pero que soportaban todo por amor, si es que podía llamarse así lo que tuvo con la rubia.

Camino hasta el baño y dejo caer el sencillo vestido que usaba hasta el piso, su piel pálida quedó expuesta ante el espejo y con ello las raras marcas en todo su torso y vientre a causa de su amor no correspondido. Abrió la llave del agua y sin siquiera tocar la temperatura se adentro a la ducha, deseando que el agua fría se llevará su tristeza por lo menos antes de irse.



Chaeyeon entro corriendo al hotel en donde se dijo que Sakura estaba, imponente como la alfa que era exigió saber si está estaba hospedada ahí. Estaba fuera de si, no se calmaría hasta que la viera y estuviera una vez más entre sus brazos.

Porque Sakura era suya, solo suya.

Uso al final su voz de mando y con ello obtuvo lo que quería, incluso se le proporciono las llaves que sin dudar tomo, subió corriendo por las escaleras hasta el piso número 4 y busco con desespero la habitación en donde estaba su omega.

"Por fin estarás en mis brazos..."



Sakura a penas termino de ponerse su vestido blanco sintió ganas de vomitar, intento aferrarse a la pared pero fue inutil, cayó de golpe al suelo con su mano sobre su pecho y cerro los ojos sintiendo el sabor metálico llenar su boca.

Lágrimas caían mientras dejaba salir todo esos pétalos rojizos pero está vez eran distintos, con ellos venían pequeñas espinas manchadas de color rojo. La mirada café se dirigió hacia el techo y una sonrisa falsa adorno su pálido rostro, iba a ser libre, por fin lo sería.

¿Su madre estaría decepcionada de ella al saber su decisión?

No lo sabía y en ese momento no le importaba, el dolor le quemaba con tal intensidad que el grito que tanto ansiaba escapar de su garganta fue remplazado por más pétalos y gotas de sangre.

Una risa algo vacía escapó de sus labios en cuanto la puerta fue abierta, frente a ella estaba Chaeyeon, agitada e incluso sudada pero se veía tan atractiva como siempre que una sonrisa se formó en sus labios, sus ojos le pesaban y estos se iban cerrando mientras la sensación de paz recorría su pequeño cuerpo hasta sentir como caería contra el frío suelo.

Cosa que no paso, los brazos de Chaeyeon le sostenían  con tanta fuerza mientras la removía molesta, incluso uso su voz de mando.

"Vamos Sakura, esto no es divertido..."

Creyó que en ese momento se levantaría y haría un puchero como siempre cada que era descubierta pero eso no sucedió.

El inerte cuerpo de la castaña reposaba entre sus brazos mientras varios pétalos de color rojo las rodeaban y el destino parecía reírse de aquella situación pues la desesperación era palpable en el rostro de la alfa.

"Sakura..."

Hide and SeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora