그물9

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─voy a mejorarme

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─voy a mejorarme. voy a estar bien. voy a volver a estar viva, Shuhua.

Soojin ingresó a una institución de salud mental menos de tres días tras su último intento de suicidio. la policía decidió no interrogarla al respecto de la muerte de su pareja, pero de igual forma vio las noticias por la televisión.

nunca había estado tan cerca de alguien muerto en vida. sus ojitos, sus ojitos rasgados y helados habían perdido toda gota de crueldad tan enloquecedora y atractiva en cierto punto. del mismo modo en el que sus lagrimales drenaron cada gota de líquido, sus mejillas hundidas y las ojeras devorándole la piel. no me pedía poesía, y yo no se la daba por mi cuenta.

mi rutina era despertar, organizar cualquier tarea doméstica, mascar un trozo de tostada sin nada encima, tragarme un té y tomar el autobús hacia el sanatorio. allí, le sostenía la mano débil hasta que explícitamente abriese sus labios para susurrar que ya tenía que marcharme. el resto del día, lo llenaba con cualquier otra actividad. intentaba salir con Yuqi y su novia, ver películas en el cine, incluso leer. de uno u otro modo, sin embargo, sólo me hundía más en la horrible anestesia. ella estaba dejándose perder en el vacío y mi mundo le hacía compañía.

para cuando el verano comenzó a acercarse otra vez, decidimos pintar sus paredes de rojo. a ella le parecía que necesitaba algo de calidez para luchar con sus horribles tonos azules, muertos. la institución no nos dio problemas al reconocer que Soojin no dejaría el lugar por un largo tiempo. su médico, que había comenzado a informarme también, daba pocas explicaciones y muchos nombres de fármacos. pastillas blancas como su piel se le acumulaban debajo de la lengua, pero dejó de escupirlas cuando agoté sus escondites. a veces también me permitía ayudarle a comer, trozando sus alimentos en cientos de pedazos diminutos que podía mordisquear por horas.

la iluminación por la ventana amplia de su recámara hacía brillar el rojo, y esto le daba a mi amada un tono un poco menos cadavérico.

mientras le cantaba canciones de cuna a cualquier hora del día, esperaba que esos fuegos le calentaran el corazón. temblaba de frío imaginario a todo momento, incluso después de caer dormida. al principio, se desmayaba muy frecuentemente. y era difícil atraparla con mis brazos cansados, porque sentía que su alma seguía el trayecto hacia abajo, más lejos del infierno que nos estaba esperando. el tiempo siguió pasando, de todos modos, lento y doloroso como una cascada de sangre medio coagulada bañando cada rincón
de nuestras vidas. el rojo estaba llegando, ¿pero a qué precio? ¿podría penetrar en sus venas tan vacías, tan cansadas de heroína y vidrio molido de amores rotos? ¿podría darle yo de la mía, llena de amor, para que se amase a sí misma?

en mi mente, a veces la llamaba Naoko, y esperaba que en su diferencia, jamás muriese. no hoy ni en diez años más. no quería verla partir y esa era mi realidad actual. todo giraba en torno a que un día, sus costillas estarían cubiertas por algo más que piel, que iba a oírla reírse de las demás porque estaban tan dementes y tan convencidas de su propia sanidad. pero allí, rodeada de gente viviendo en sus límites, ¿qué haría allí?

❛ 𝗿𝗲𝗱𝘀 ❜ 𝘴𝘰𝘰𝘴𝘩𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora