Extraños Parentescos

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El mensaje había sido enviado exactamente a las 8:30. Mí siguiente clase era química avanzada, por lo cual tendría que ir a el piso de química y bueno ¿Recuerdan la “figura” que vimos contraída al fondo del salón? Pues bien, cuando la clase terminó nos levantamos para ir a la siguiente clase, en un descuido la capucha de su suéter se movió un poco.
Gracias a mis reflejos pude notar unos grandes ojos violetas enmarcado con pestañas… ¿Blancas? Había conocido un par de albinos pero nunca con ojos violetas, vaya, que interesante espécimen.

—¿Vas a seguir acosándome o te vas a mover de mí camino—.
Se había movido lo suficiente como para estar a un metro de mí y con su capucha totalmente abajo podía definirlo bien. Su labio inferior era ligeramente más grueso que el superior, te daba un aire de superioridad y desdén inefable. Cómo si todo le importase una mierda y todos fuesen inferiores y, por último pero no menos importante, su cabello era del color de la nieve y eso resaltaba más la frialdad de su aura.

—¿Quién te crees que eres para pensar que te estoy acosando, imbécil?— repliqué, con desdén y suma tranquilidad, casi como en broma, casi.

—¡Ja!, No me creo, cielo, lo soy.
Y en seguida salió, dejándome con la palabra en la boca y, ¿Saben que? Voy a domar ese espíritu salvaje y superior.
Luego tal vez lo maté y haga como que se suicidó, igual tiene pinta de depresivo, aunque bueno, igual está bueno, así que tal vez no podamos divertir un poco, ya saben, como niños grandes.

Al salir del salón, comencé a caminar para llegar a mí destino, el piso de química era el tercero, cuando llegue sentí un olor a hospital y un ligero aroma a ácidos y sustancias de todo, ya saben porque se todo, lo del ácido y bueno, vaya que disfruté cada maldito segundo, los gritos, el olor, la sangre… Una extraña sensación me sacó de mí ensimismamiento, un aura, una chispa. En seguida divisé esa “distracción”, era una chica, más o menos 1:60 parecía delicada, tenía un cuerpo delicado pero irradiaba supremacía, como si fácilmente pudiese acabar con tú miserable vida y, su cabello era largo, le llegaba por debajo de la cintura, pelirrojo e hipnótico. De pronto recordé, el chico de la entrada, supuse que eran mellizos.

Sus ojos, también negros, tenían ese aire depredador, parecían túneles sin luz al final, volteó a verme y me dedico una sonrisa amable, de inmediato entro a un salón marcado como “Solo personal autorizado” me pareció extraño, no lo sé, puede estar matando gente ahí y eso está muy mal.

Seguí hasta llegar a mí salón, el cuál estaba marcado como “Química Avanzada”

Entré y había varias plataformas con tubos de ensayo y probetas, listas para cualquier tipo de experimento o tal vez, cocinar metanfetaminas, quien sabe, ¿No?
En el pizarrón estaba escrito un nombre:

Jeremiah Spell, químico experto

—Buen día señorita—dijo alargando un poco la última palabra para que dijera mí nombre.

—Soy Mara Prime, gusto en conocerlo señor Spell— dije más por educación.

De pronto, el peliblanco de más temprano entró, siempre con ese aire de superioridad sobre sí.

—Padre, vine lo más pronto que pude, ¿Qué pasó?— dijo al señor Spell.

Me sorprendió pero ni siquiera me inmuté cuando los ojos del peliblanco se deslizaron hasta donde me ubicaba.

—Muy bien Shein, llegas justo a tiempo, necesito que me ayudes con esta clase— dijo sin mientras se daba la vuelta.

Alguien tocó la puerta, el señor Spell le pidió a su hijo que hiciera pasar al susodicho. Este, era una especie de mensajero que tenía la universidad, lentes, delgado, pálido, bueno lo normal.

—Tengo un mensaje para la señorita Prime, Mara Prime su horario dice que debería estar aquí.

—Soy yo, ¿Me das el mensaje?
—Claro, toma.

Me lo entregó y se fue, abrí el pequeño sobre y, para mí sorpresa, estaba en latín, legua muerta que aprendí hace dos años.

No confíes en nadie, géminis está más cerca de lo que crees.

Sublime inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora