El duende del arte

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26 de julio de 1996, Miguelito y su familia llegaron a la terminal de Ibarra casi al medio día, después de bajar del bus se embarcaron rápidamente en otro que los llevaría a Atuntaqui, todo el viaje Miguelito permaneció muy callado, sus padres se encontraban un poco preocupados, pero no le preguntaron qué le molestaba ya que sabían que el pequeño necesitaba su espacio, al llegar a Atuntaqui Fernanda decidió pasar por unos postres en el local de su amiga para alegrar un poco a Miguelito, al final esto funciono, él comenzó a sentirse más alegre y a interactuar más con sus padres, al llegar a la casa decidieron preparar el almuerzo ya que estaban muy hambrientos, todos ayudaron a cocinar, Rodrigo pelo las papas y Miguelito pelo los frijoles, después se fueron a la sala en donde se pusieron a ver una película hasta que la cena estuviera lista, todo parecía estar normal, parecía como si Miguelito se hubiese olvidado de lo sucedido el día de ayer por la noche, o tal vez no lo recordaba, se mantuvieron en silencio por un tiempo, hasta que Miguelito decidió contarles algo a sus padres quienes detuvieron la película y le pusieron mucha atención. Él les comento que en la noche pasada había tenido un sueño un poco raro en el cual se encontró dentro de una casa un poco vieja que estaba ubicada a las orillas de una hermosa laguna en la cual había podido mirar 6 hermosas pinturas, de las cuales la última estaba en blanco y que después escucho a una mujer llamándolo, aunque había logrado tener un acercamiento con ella no lograba recordar su rostro, lo cual le causaba mucha intriga, al escuchar esto sus padres decidieron quedarse callados y no contarle nada sobre lo sucedido ya que Miguelito pensaba que todo había sido un sueño y como aún era pequeño seguramente olvidaría el suceso muy pronto. Días después el pequeño había olvidado todo sobre el incidente, lo cual alegro mucho a Fernanda y Rodrigo quienes no necesitaron llevarlo donde una especialista para que lo atendiera.

Pasaron 2 años en abrir y cerrar de ojos, Miguel no había vuelto a tener pesadillas y había llegado la hora de que entrase al colegio, sus padres sabiendo el potencial que tenía lo inscribieron al Instituto Superior Tecnológico de Arte Plásticas "Daniel Reyes", el cual era una institución específicamente de arte de donde habían salido muchos artistas reconocidos que habían dejado una gran huella en el país. Miguel se puso muy alegre y esperaba muy ansioso por comenzar sus estudios y conocer nuevos compañeros que poseían un gusto igual que él, su emoción era tanta que una semana antes de entrar a clases había preparado su maleta y su uniforme para no perder tiempo y poder salir muy temprano a la inauguración del nuevo año escolar, el día tan esperado llego y Miguel acompañado de sus padres salieron rumbo al instituto, al llegar, él se quedó mirando uno a uno los murales que adornaban las paredes del instituto, ya las había visto antes pero siempre que volvía a pasar por ahí quedaba fascinado con tan hermosos trabajos. Ingresaron al instituto y se dirigieron al patio central en donde ya se habían reunido varios jóvenes que al igual que él estaban ansiosos de comenzar su primer día de clases, a las 8 a.m en punto de la mañana la ceremonia de inauguración dio inicio, el rector dio la bienvenida a la nueva generación de artistas que serían cobijados con la manta de creatividad de la Institución, después fueron separados por cursos, Miguel fue seleccionado para ir al paralelo "A", con la tutoría de un maestro fueron llevados a sus respectivos cursos, en donde les darían indicaciones generales para dar inicio desde el día siguiente las actividades académicas, Miguel estaba un poco nervioso y se sentó al final del salón, había muchos muchachos emocionados tanto como el, cada uno tenía un aura diferente, muchos comenzaron a entablar amistad muy rápido lo cual no le era fácil para él, su tutor les explico las reglas de la institución y les dicto los materiales que necesitarían para trabajar, todos sacaron su cuaderno de apuntes y los anotaron, después de esas indicaciones dio por terminada la jornada del día y todos se retiraron, Miguel salió al patio para reunirse con sus padres, el cual muy emocionado les dijo que no podía esperar que comenzaran las clases de dibujo, pintura, escultura que tanto le fascinaban, después salieron de la institución y se dirigieron a comprar los materiales necesarios, al día siguiente comenzaron sus actividades académicas con normalidad.

Miguel estaba encantado con las materias que tenía a la semana, la mayoría de tiempo le enseñaban arte más que matemáticas que tanto odiaba, desde el inicio Miguel había destacado por su técnica y nivel que tenía para dibujar y pintar, pero aun así no había conseguido muchos amigos, no se sentía muy gusto con sus compañeros, se sentía excluido ya que los muchachos amaban jugar futbol y otros deportes, lo cual a él no le llamaba la atención, una vez sus compañeros le invitaron a jugar, pero él los rechazaba esto genero un poco de distancia entre ellos, con el tiempo conoció a dos chicos que se parecían mucho a él, con los cuales logro entablar una buena amistad, uno de ellos se llamaba Anderson Estacio y el otro Oswaldo Bolaños, estos 2 muchachos tenían una característica común, ambos amaban el arte y eran muy buenos realizando sus trabajos, ellos en recreo envés de salir a jugar fútbol salían a apreciar todos los trabajos artísticos que estaban distribuidos por toda la institución, también cuando se aburrían de eso solían dibujar lo que les llamara la atención. Este grupito de amigos era elogiado por sus profesores de arte debido a sus capacidades que habían adquirido por si solos ya que siempre que se organizaba un concurso de arte en la Institución ellos resaltaban de todo su curso y llegaban a debatirse con estudiantes de niveles superiores, esto les había causado ganarse a cada uno varios reconocimientos por sus capacidades artísticas. Estos tres se volvieron sumamente unidos, siempre andaban juntos y en los talleres de especialidad les gustaba ayudarse mutuamente para lograr terminar un buen trabajo, esto hacia que tuvieran buenas calificaciones aunque en las demás materias no les iba tan bien lograban sacar calificaciones aceptables.

Con el tiempo Miguel comenzó a conocer mejor a sus compañeros, Oswaldo era un muchacho tímido al igual que él, prefería estar solo, mientas que Anderson tenía un carácter un poco brusco debido a que había crecido en una familia un poco inestable, pero siempre que se reunían la pasaban muy felices juntos. Este trio de amigos al igual de ser dedicados también eran muy traviesos, a menudo se metían en problemas ya que les gustaba rayar sus pupitres y las paredes de la institución lo que ocasionaba que les llamaran la atención y llamaran a sus representantes, varias veces tuvieron que reparar el daño que habían cometido, pero conforme el tiempo pasaba e iban creciendo iban dejando a un lado aquellos juegos de niños que les traían consecuencias negativas.

Cundo el fin del año electivo se acercaba una noticia muy importante corrió por toda la institución, al ser primerizos no comprendían nada, habían escuchado de algo llamado "El Duende del Arte", una especie de programa que se realizaría en el coliseo de la Institución, una mañana unos estudiantes de 6to curso llegaron a su salón para explicarles más a fondo de qué es lo que se trataba el tan nombrado "duende del arte", este nombre se le había dado a un festival artístico que la Institución había venido realizando varias décadas atrás y que todos los cursos estaban obligados a participar, les comentaron que los cursos básicos debía preparar un número por nivel, así que debían juntarse con el otro paralelo y comenzar los preparativos lo más rápido posible, esto alegro mucho a los 3 chicos quienes reflejaban tanta alegría que casi saltaban de la emoción. Uno de los muchachos de 6to los nombro lo cual hizo que su transe se rompiera y muy asustados prestaron atención, el joven les explico que debido al talento que los 3 poseían para el arte habían pedido permiso para que ellos pudieran trabajar con un curso de nivel avanzado, ya que sus ideas podrían venirles bien para generar un buen trabajo, después de esas aclaraciones se retiraron del salón.

El maestro felicito al trio de muchachos por haberse ganado una oportunidad como esa y les dijo que dieran su vida debido a que el programa era muy popular al cual asistía muchísima gente y que también era transmitido por televisión. Esto hizo que la alegría de los muchachos aumentara mucho más, les era muy difícil aguantar las ganas de que dieran inicio los preparativos del programa, Miguel al llegar a su casa sé lo contó a sus padres lo sucedido, ellos lo felicitaron y lo llenaron de ánimos, estaban muy felices de que su muchacho haya sido reconocido por su gran talento. El día de comenzar a trabajar en los preparativos llego, los 3 muchachos fueron llevados al curso de los chicos de 4to curso que serían con quienes trabajarían, un poco temerosos se acercaron y se presentaron, ellos ya los estaban esperando así que después de saludarlos comenzaron a trabajar.

El espíritu del arteWhere stories live. Discover now