Anya
-Bueno bueno bueno. Mira quien a venido a verme. La perfecta Anya Rialaithe. -cuando esa rápida burla salió de sus labios entrecerré los ojos con amenaza.
La sorpresa había sido sustituida velozmente por un desprecio oculto por diversión. -¿Por qué me honras con tu visita?
- Ya me escuchaste. ¿Qué quieres de mi prima? ¿Por qué últimamente andas a su alrededor? -pregunté controlando mi enfado. Nunca había podido soportar esa faceta de Liam.
- ¿Por qué no iba a querer quedar con ella? Al fin y al cabo Thalassa es una pequeña cosita mona. -dio un paso en mi dirección y tomó todas mis fuerzas no dar otro atrás.
-Es un país libre. Puede que me guste la pequeña Lassa.
-Sabes por qué creo eso imposible. No me engañas. Siempre nos has tenido en lo más bajo de la escoria y ¿de un momento a otro has comenzado a coquetear con mi prima? Perdón pero apuesto a que no es sólo pura atracción.
-Primero que todo... No siempre las he odiado. Y lo sabes. -me recorrió con una mirada lasciva.-Y segundo ¿es tan imposible para ti entender que me guste tu prima? ¿Es que crees que hay algo malo en ella? A Lassa la destruiría saber que piensas eso de ella.
La fría amenaza me golpeó con la fuerza de un puño mientras la furia me corría por las venas. El pequeño anillo de plata que llevaba en el dedo empezó a provocarme un delicado cosquilleo y sentí como este se iba deformando en mi mano.
Formé un puño.
-No hay nada malo con Lassa. El problema eres tu. Hay algo malo contigo. -esa hiriente respuesta provocó que la burlona sonrisa desapareciera de un plumazo algo que me satisfizo en demasía.
-Aléjate de Thalassa.
Me di la vuelta y comencé a alejarme de él.
-Estás celosa Anya. Todo se debe a aquella noche ¿cierto? -dijo con la voz neutra. Me voltee a mirarlo y respondí todo lo secamente que pude.
-No tiene que ver nada con esa noche. Eso fue un error. -podía sentir la furia que ardía detrás de sus pupilas.
- Recuérdalo Liam... Aléjate de Thalassa porque si le haces daño no tendrás vida suficiente para pagarlo.
Retome mi camino y me alejé sin mirar atrás ni una vez, con la cabeza en alto. Al salir de la tienda abrí la mano y el ajado anillo de plata cayó hecho girones.
Thalassa
Lo que más me impresionó no fue que el profesor Benini estuviese sentado justamente en el restaurante en el que Claudette y yo trabajábamos y que ni más ni menos ¡oh, sorpresa! Pusiera ese delicioso trasero guapo suyo en una de las mesas de mi amiga. Lo que me dejó aún más anonadada es que se pasara allí hasta que terminamos el turno. Y de una sola pieza.Si había alguien que podía sacar de quicio a mi amiga ese era Michele Benini. Sonreí al ver la actitud amable que rayaba la hipocresía de mi amiga con él y como este no dejaba de sonreír.
Recogiendo mis cosas una muy nerviosa Claudette se acercó a mi.
--¿Crees que podrías irte sola hoy? Es... que tengo que hacer algo antes de llegar a casa. -me dijo esperanzada y a la vez culpable.
Sonreí. Sin dudas esa inesperada cita tenía que ver con nuestro profesor.
-Por supuesto.
-¿Estás segura? Si no quieres me marcho contigo. -mordiéndose el labio un gesto que solo hacía cuando estaba inquieta.
Le aseguré que estaría bien y luego de darme un ligero abrazo salió apresurada por la puerta.
Recogí todas mis cosas y me despedí de María y Alberto dos jóvenes que trabajaban allí con nosotras.
La oscuridad de la calle me asombró.Usualmente todo permanecía muy bien iluminado pero si había una bombilla funcionando era un milagro.
Un escalofrío me recorrió la espalda cuando hoy unos suaves pasos que me seguían.
El miedo hizo su aparición.
-Hola preciosa. -dijo una voz y me voltee rápidamente atemorizada.
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Tres Brujas ¿Enamoradas?©
Teen Fiction°Hola, mi nombre es Anya Rialaithe, tengo descendencia Irlandesa pero vivo en España desde que tengo uso de razón. Me apasiona el arte, pero eso se lo dejo a mi hermana, a mí me va más la cultura clásica y las lenguas extranjeras. Os voy a contar có...