Claudette se estaba mirando nuevamente en el espejo. Su disfraz de diabla sexy le encantaba. Marcaba cada ligera curva de su atlético cuerpo. Eso combinado con su cabello cobrizo recogido del que caían enmarcando su rostro aniñado unos rizos infantiles, labios rojos y una sombra negra sobre los párpados que hacía resaltar su color verde profundo, simplemente era perfecto. La noche prometía mucho. Y ella esperaba aprovechar eso.
Al salir de la habitación vio a sus compañeras listas. Anya usaba un traje de cuero con dos grandes orejas en su antifaz siendo un conejo sexi. El largo cabello recogido en una coleta alta le daba un aspecto ligeramente misterioso, sus labios perfectamente delineados de negro y sus mejillas rosadas como siempre. Llevaba unas grandes botas hasta encima de la rodilla con tacones de doce centímetros.
Thálassa traía puesto un disfraz de Caperucita Roja que habían comprado en la tarde, con su cabello muy negro suelto y unas altas botas parecía la Caperucita de los cuentos, pero más peligrosa.
— ¿Nos vamos?— dijo Claudette desde la puerta de su habitación.
—Estás radiante Claudette— dijo Anya sonriendo.
—Estoy de acuerdo. — dijo Thálassa, era dos años menor que las otras.
—Vosotras también chicas. Acabaremos la pista esta noche y mañana tendrán que recoger las babas que los chicos dejarán por nosotras. — rieron y chocaron sus manos.
—Pero antes.... — Anya sonrió malévolamente— brindemos por nuestra magnífica noche.
Todas la apoyaron mientras cogían copas de vino y brindaban sonriendo, sin imaginar la noche qué las esperaba.
Claudette:
Este año la Universidad de Valencia había logrado alquilar uno de los salones más grandes del castillo de Xàtiva para el baile de disfraces de Halloween, por lo que muchos alumnos, especialmente Anya y yo que vivíamos allí, estábamos emocionados.
Al llegar escuchamos la música desbordándose por todas partes y entramos. Thálassa al ver a Matteo saltó alegre y nos dejó a Anya y a mí abandonadas en la puerta. Las dos nos miramos sonriendo y rodamos los ojos. Al dirigirnos a la barra vi que el camarero era Pablo, un chico con el que había tenido "algo" hacía unas dos semanas. Me giré rápidamente dándole la espalda. Anya me vio y soltó una carcajada.
—No puedo creer esto. ¿Te estás escondiendo? — le lancé una mirada envenenada.
—No. —negué con la cabeza.
— ¿Entonces?
—Quiere más. — expliqué.
—Ah, ya lo entiendo todo. Tienes miedo.
—No tengo miedo. Ya sabes que lo serio no es lo mío. Debería agradecer la noche que le hice pasar. —Anya alzó una ceja al escucharme.
—Claro. No tienes miedo. Solo no te atreves a tener una relación seria porque sería demostrar que no eres independiente y reconocer que necesitas a alguien más que a ti misma.
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Tres Brujas ¿Enamoradas?©
Dla nastolatków°Hola, mi nombre es Anya Rialaithe, tengo descendencia Irlandesa pero vivo en España desde que tengo uso de razón. Me apasiona el arte, pero eso se lo dejo a mi hermana, a mí me va más la cultura clásica y las lenguas extranjeras. Os voy a contar có...