10. Dolor Leve, Ochako.

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pasaban los días, se acercaba el final de la velada y Uraraka sabía que quería pasar el resto de sus días con el rubio.

¿Cómo podía estar tan segura?, fácil, el rubio se esforzaba en darle cada día una rosa y escribirle una carta muy breve diciendo cosas muy cursis, eso no era algo que bakugo acostumbraba a hacer, por lo que le costaba mucho, ella sabía que él quería hacer lo mejor por la chica.

Era el penúltimo día de la estadía en el castillo y bakugo la había citado a las seis en una cascada cerca del castillo.

Al llegar se dio cuenta de lo formal que estaba el chico, se acercó y cierto rubio empezó a hablar.

— mierda, te conozco hace una semana y sé que quiero pasar el resto de mi vida contigo, quiero protegerte y quiero saber todo de ti, cada maldito detalle — dijo sin rodeos el rubio.

Procedió a arrodillarse y procedió a preguntarle.

— Ochako Uraraka, ¿te gustaría pasar esta vida a mi lado? — los ojos de la castaña brillaron más que nunca al ver el anillo de compromiso en una pequeña cajita, eran simples, pero hermosos.

— ¡claro que sí! ¡Acepto! — sonrió la pequeña.

El chico tomó de la cintura a Uraraka y dio vueltas de felicidad, eran jóvenes y ya tenían felicidad para toda la vida, o tal vez no.

Mientras caminaban por el patio tomados de la mano como dos pequeños niños se encontraron con una rubia que parecía estar en un funeral de lo triste se veía.

— ¿están seguros que serán felices por siempre? — habló la chica.

— mierda, no empieces, me casaré con ella y eso no es tu problema — gruñó el prometido de la chica.

— pues no los dejaré, no soportaré que vivas sin mí — ella tenía una sonrisa sádica en el rostro.

Ambos temían que podía pasar, Ochako temblaba, vio que la chica sostenía un cuchillo.

Al parecer camie no había soportado el hecho de que bakugou se casaría con una chica que apenas conocía, su egocentrismo la cegó y la llevó a tomar una muy mala decisión.

— si no eres feliz conmigo, no dejaré que seas feliz con esta — en un movimiento rápido la rubia se acercó al cuerpo de la castaña para apuñalarla, pero en vez de eso, bakugou se acercó más a la castaña y él fue quien recibió el cuchillo justo en la parte del corazón.

Bakugou cayó al piso al instante, la castaña se incó en el piso.

Sueños eran arrebatados en cosa de segundos, lágrimas infinitas salían de los ojos de dos chicas, unas eran más sinceras que otras, la castaña vio como camie salía corriendo, vio la expresión de terror en su cara.

– no, no, no, no, no puedes dejarme así baku- – entre sollozos, el rubio la interrumpió.

– Q-quiero oírte decirlo – el dolor que tenía bakugou no era sólo físico, le dolía que no iba a poder tener un futuro con su chica, le dolía que no iban a poder tener hijos, que no la iba a poder proteger.

– ¿Q-qué? – preguntó la castaña.

– m-mi nombre – dijo mirándola a los ojos.

Una sonrisa dolida salió en el rostro de la pequeña.

– te amo, Katsuki – sonrió nostalgica la castaña.

– pero no dejaré que te vayas, no ahora, así que espera, iré a buscar ayuda – incorporó al chico dejando su espalda la sostenida en un banco luego posó un suave beso en los labios del chico y corrió por ayuda.

Dio un último vistazo al chico mientras corría, lágrimas empezaban a salir nuevamente.

Corría por el castillo buscando a alguien, la ansiedad y el miedo la carcomía poco a poco, ¿cuánto tiempo le quedaba antes de volverse loca?.

Encontró a un chico con pelo rojo que había visto algunas veces con bakugou, así que se acercó al sillón donde estaba el chico con mina, ella estaba asustada y poco se le podía entender.

— e-es bakugou, necesita ayuda — sollozaba la castaña, los dos se asustaron al ver a la pequeña llorando.

— ¿qué?, ¿qué pasó? — habló el chico, su hermano estaba en problemas.

— L-lo apuñalaron, está en el patio — no quería perder más tiempo, no quería perderlo.

El chico pelirrojo se incorporó y salió corriendo, ¿su hermano había sido apuñalado?

Uraraka y mina fueron atrás del chico, la chica intentaba tranquilizar a Uraraka.

— tranquila, todo estará bien, vamos — intentaba apaciguar a la chica.

La castaña apretó la mano de la pelirrosa mientras caminaban, ¿qué pasa si ya era tarde?

Al llegar, las chicas se quedaron estupefactas.

En el lugar donde supuestamente Ochako había dejado a bakugou, no estaba, lo único que se veía era una mancha de sangre, nada más.

Así fue como los tres chicos pasaron la tarde buscando rastros, huellas, pistas, pero nada.

Se supo que Camie se fue del castillo apenas pasó el incidente, así que ella no pudo haber sido.

Kirishima, Mina y Uraraka decidieron mantener esto en secreto, no querían que mucha gente supiera lo ocurrido.

No lograron nada, ni una pista, ni un rastro de bakugou.

Pasaron dos años desde aquello, Uraraka no se ha casado aún y no piensa hacerlo, lo buscará hasta que lo encuentre, porque es el amor de su vida.

Porque hizo que se enamorara de él en el primer baile.

FIN.

el primer baile. [kacchako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora