Hasta aquí hemos llegado

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En la zona de salida del Bosque del Dragón Azul había varios grupos de elementales reunidos. Algunos de ellos sonreían, se felicitaban entre sí y celebraban el paso a la siguiente ronda, mientras que otros estaban cabizbajos, algunos furiosos y otros pocos parecían estar al borde del llanto.

A una distancia entre los matorrales, un portal oscuro se formó. De él, surgió Finster sujetando la mano de Espika, quien a su vez sujetaba la de Souji. Cuando los tres tocaron suelo y el portal desvaneció, Finster cayó de rodillas jadeando. Crear tantos portales desde la parte más profunda del bosque era algo muy agotador para cualquier elemental de sombra con relativamente poca experiencia.

—Llegamos a tiempo... —dijo Finster, todavía intentando recuperar el aliento.

Sonriendo, Espika se sentó como pudo al lado de su hermano y le dio unas palmadas ligeras en la cabeza. No podía evitar sentirse aliviada, si hace unos minutos atrás estaba angustiada por el Cabromazo y el hecho de no tener un tótem adicional, ahora no paraba de pensar en los lugares a los que iba a ir con su hermano y las experiencias nuevas y enriquecedoras que le aguardaban.

—Parece que queda tiempo para que recuperes el aliento, aprovecha —ella sonrió. A su vez pudo notar como Souji, sin mediar palabra alguna, se había acercado algo tímidamente a acariciar el pelo de Finster. Sus movimientos sugerían que quería integrarse de alguna forma a la conversación. Ella le ofreció una cálida sonrisa, procurando que no se sintiera excluido.

—Je... al menos parece que aún quedan unos minutos —Finster continuó hablando, esta vez jadeando un poco menos, antes de fijarse nuevamente en la quemadura en la pierna de Espika, algo que no había podido hacer hasta ahora debido al ataque del Cabromazo—. Espero que nos suelten pronto, no me gusta cómo se ve eso.

—Sí, ¿qué te pasó? —Souji preguntó consternado.

Espika guardó silencio. Para entonces se había acostumbrado algo al dolor, pero era cierto que era lejos de soportable para ella. No queriendo preocupar a Souji ni a su hermano, ella solo contestó:

—No, no es nada. Es que ataqué cuando no debía —dijo, moviendo la mano en señal para que el peliazul no se preocupara.

—¡No parece poca cosa! —contestó Souji, todavía acariciando la cabeza de Finster, pero manteniendo la mirada sobre la herida de Espika—. Creo que deberías tener cuidado la próxima vez.

Conforme Espika asintió y nuevamente insistía a Souji mediante gestos que no era nada grave, Finster alzó ligeramente la mirada e inspeccionó el lugar, notando que había menos elementales reunidos que antes de la prueba. La ausencia de ciertas dos muchachas le llamó la atención, parecía ser que todavía estaban de camino.

En ese momento pensó en la sinergía que Kerket y Esper mostraban en combate, de la misma forma que él y su hermana formaban un dúo lo suficientemente eficaz como para ser considerados los más fuertes de su instituto. Todo el torneo principal y la gran mayoría de las pruebas requerían que los participantes formasen quintetos, la gran mayoría de los casos de forma permanente hasta ganar el torneo o, como solía ser para los demás participantes, quedar eliminados o descalificados. De acuerdo a lo anterior, no paraba de pensar en el potencial equipo que él y Espika tendrían que crear, ya que era algo que debía hacerse justo tras la primera prueba eliminatoria. Su sucesión de pensamientos se detuvo al recordar exactamente quién había dado el golpe letal al Cabromazo. Suponía que no tenía nada que perder con lo que iba a hacer.

—Por cierto, Souji —Finster miró al peliazul para intentar cambiar de tema—. ¿Quieres ser parte de nuestro grupo para el torneo? Tenemos que ir formando quintetos y tenerte en el grupo estaría de maravilla.

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2020 ⏰

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Transmutación: El Jardín de las Estatuas DoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora