CAPÍTULO 7 ¿Por qué en México pagamos intereses tan altos a los bancos?

9 1 0
                                    

¿Por qué en México pagamos intereses tan altos a los bancos? ¿Es posible que algún día las empresasextranjeras se vayan de México y solo dejen desempleo? ¿Algún día cambiarán los políticos? ¿A dónde nos puedellevar la desesperación por la falta de oportunidades para progresar?

   Vamos a revisar ahora la segunda de las causas más importantes del crecimiento de la inseguridad, el desempleo, y la emigración, en el proceso continuaré mencionando a los participantes y las consecuencias de sus acciones pero sería grave de mi parte dejar abierta la posibilidad de que se entienda que sugiero o justifico alguna forma de castigo a nadie y menos una purga colectiva, esto debe dejarse a las leyes y a las instituciones vigentes, porque eficientes o no, es lo único que tenemos para mantener al país en una pieza.

Los actores principales en la catástrofe post-revolucionaria son la clase política, los inversionistas extranjeros y los bancos, pero su culpa es circunstancial; los de la clase política son los únicos que han intentado enderezar el país, el que no tengan ni la capacidad ni la actitud para tener éxito no es su culpa, es de la historia que empezó con el descubrimiento de América; los inversionistas extranjeros no tienen la culpa de estarse llevando la tajada del león, ellos llegaron dispuestos a negociar, pero nosotros se las pusimos fácil; con los bancos pasa lo mismo, la banca nacional ya era agiotista y los bancos extranjeros solo se acomodaron a sacar provecho de lo que ya estaba.

Así que sigamos con la segunda más importante causa de los problemas de México.

CAUSA NUM. 2

LAS ABUSIVAS PRÁCTICAS CREDITICIAS DE BANCOS Y GRANDES TIENDAS.

Se tiene registro de que en el siglo IV antes de Cristo ya operaban bancos en Grecia; en el siglo VI de la era cristiana los intereses bancarios en el Imperio Romano eran del 12% anual para empresas marítimas, y del 6% para las demás; después, manteniendo la mesura en el cobro de intereses, ya en la revolución industrial, los bancos y los financiamientos se multiplicaron y se incrementó el cuidado con el que se estudiaba cada caso para asegurar en lo posible que las utilidades fueran suficientes para pagar el préstamo, los intereses, la ganancia del dueño, el sueldo de los empleados, y además pudiera crecer la operación; a finales del siglo XIX los créditos para el patrimonio y gastos familiares comenzaron a crecer de manera inusitada, y en el siglo XX con la aparición de las tarjetas de crédito inició una permanente pesadilla para los deudores y una continuada jauja para los bancos.

Actualmente en México cuando los bancos prestan dinero para proyectos productivos tratan de minimizar los riesgos estudiando la viabilidad de los planes del acreditado y llegado el caso hasta lo asesoran; pero para pequeñas empresas o cuando el préstamo es para patrimonio o gasto familiar, solo exigen una garantía colateral o se conforman con que el futuro deudor tenga un ingreso seguro, sin interesarse en la posibilidad de que logre sus objetivos, en estos casos no hay asesoría para que el préstamo se gaste bien, porque el objetivo es crear una deuda que dé beneficios aunque el convenio crediticio no se cumpla hasta el final, se trata de una trampa en la que algunos caen voluntariamente, pero en la que la mayoría se hunde seducida por la publicidad que le nubla el entendimiento; los intereses fluctúan entre el 30 y el 88% anual y los bancos reportan que su operación aquí es la más exitosa a nivel internacional, cosa entendible porque en los Estados Unidos solo les permiten cobrar entre el 14 y el 24% anual.

Los créditos a una familia y los otorgados a un negocio son de naturaleza muy diferente, pero los más abusivos y desconsiderados son los otorgados a las familias, porque el acreditado no es alguien que prevé con bases o sin ellas que obtendrá una ganancia, sino un jefe o jefa de familia que es manipulado para aceptar un crédito que acabará con su economía y su tranquilidad.

MÉXICO SIN MENTIRASWhere stories live. Discover now