Salí corriendo con Mati en brazos por que sabia que los pibes me iban a cagar a pedo...y a palo.
Matias:¿A donde vamos a ir,tío Ecko?—Dice mientras me mira.
Yo:Al paraíso,bebé. Al paraíso.
Él me miró confundido y asustado al mismo tiempo,mientras yo sonreí por su ternura. Entré en él local de chocolates que entramos con Luz la otra vez,y la carita de Mati se iluminó cuando vio todas las golosinas.
Matias:¡Woow!.
Ecko:Se ve que eso lo sacaste de mí—digo orgulloso.
Matias:¿El qué?.
Ecko:Él amor por él chocolate.
Recorrimos toda la tienda para ver y probar cada chocolate que había,aparte como soy famoso ndeaah los dueños me dejaron probar a mi y a Mati todo lo que queramos. Obvio que todo tiene su precio. Tuve que mandarle un saludo a la nieta o sobrina de no se quién,y tuve que publicitar la tienda en mi instagram. Pero vale la pena.
Ni me di cuenta que pasamos mas de 15 minutos comiendo chocolates,y me falta poco para que mi tiempo termine.
Yo:Mati,vamos a ir a otro lugar.
Matias:¿Que?. ¿Por qué?—dice con la boca llena de chocolate,y me hizo reír.
Yo:Por que hay un lugar mas que quiero llevarte. Pero si querés te compro todo los chocolates que quieras.
Matias:¡Si!.
Agarramos una bolsa bien grande y metimos todos los chocolates que Mati iba agarrando,y estos sí los tuve que pagar. Tampoco me iba a aprovechar. Salimos de ése local y busqué por todo él shopping una tienda que me encantó cuando vine a Italia con Mauro,y de pedo la encontré.
Matias:¿Que hacemos en una joyedia?.
Yo:Me parece que ya tenés edad como para tener tus propias joyas.
Matias:¿Encerio?—dice con una sonrisa —Pero mamá y papá se van a enojar.
Yo:Bueno,si muero por lo menos pasé un lindo momento con vos,y te dejé un último recuerdo —me llevé una mano al pecho,re trágico.
Matias:Entonces prometo apreciadlos muy bien—se lleva una mano al pecho,más trágico que yo.
Entramos a la joyería y nos atendieron enseguida. Pedí ver collares con dijes con personajes de Disney o cualquier dibujito,y mientras nos traían los modelos nos quedamos sentados en unos sillones,mientras Mati tomaba un vaso de coca cola y yo champán que te daban ahí.
—Señor,aquí tengo lo que usted pidió —dijo un tipo con traje que traía una bandeja de terciopelo con los collares.
Los dos nos paramos y fuimos a verlos al mostrador de vidrio,pero como Mati es re chiquito y no llegaba lo tuve que alzar.
Matias:Waaw. Están re chetas.
Yo:Mal. Capas que yo me compre uno.
Eran puras cadenas de oro,igual que los dijes,pero algunos tenían diamantes incrustados. Habían algunos de Hello Kitty,él conejo de play boy,emojis,mariposas y demás,pero hubo uno que a mi y a Mati nos encantó.
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