Distintas Caras de la Misma Moneda

La Primera Clase de D.C.A.O

Weasley no volvió a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando los de Hufflepuff y los de Gryffindor estaban en mitad de la clase de Pociones, que duraba dos horas. Entró con aire arrogante en la mazmorra, con el brazo derecho en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose, según le pareció a Harry, como si fuera el heroico superviviente de una horrible batalla.

《Patético》 pensó Harry

—¿Qué tal, Ron-Ron? —dijo Leavender Wrown, sonriendo como una tonta—. ¿Te duele mucho?

—Sí —dijo Weasley, con gesto de hombre valiente. Pero Harry vio que guiñaba un ojo a Potter en el instante en que Leavender apartaba la vista.

—Quince puntos menos a Gryffindor por llegar tarde—le dijo el profesor Snape—Ahora Weasley le aconsejo que se siente si no quiere perder más puntos

Weasley fruncido el ceño, su rostro se volvió colorado como el color de su cabello, pero de todas maneras tomó asiento al lado de Potter

Aquel día elaboraban una nueva pócima: una solución para encoger. Weasley colocó su caldero al lado de Harry, para preparar los ingredientes en la misma mesa.

—Profesor —dijo Weasley—, necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.

Harry sonrió internamente, Weasley era estúpido si pensaba que podría apelar al buen lado de Snape

—Veinte puntos menos a Gryffindor y detención después de clase—Dijo Snape—Señor Weasley le aconsejo que deje su acto de niño inocente, porque Madam Ponfrey me dijo que usted está en perfectas condiciones, asique póngase a hacer su trabajo... ¿a no ser que quiera perder más puntos? —Comento Snape arrastrando las palabras

Harry sonrió y siguió cortando las raíces

Harry cogió el higo seco y procedió a cortarlo, a su lado Ronald Weasley peleaba con las raíces tratando de cortar las sin éxito alguno

Unos calderos más allá, Neville Longbottom afrontaba varios problemas. Solía perder el control en las clases de Pociones. Era la asignatura que peor se le daba y el miedo que le tenía al profesor Snape empeoraba las cosas. Su poción, que tenía que ser de un verde amarillo brillante, se había convertido en...

—¡Naranja, Longbottom! —exclamó Snape, levantando un poco con el cazo y vertiéndolo en el caldero, para que lo viera todo el mundo—. ¡Naranja! Dime, muchacho, ¿hay algo que pueda penetrar esa gruesa calavera que tienes ahí? ¿No me has oído decir muy claro que se necesitaba sólo un bazo de rata? ¿No he dejado muy claro que no había que echar más que unas gotas de jugo de sanguijuela? ¿Qué tengo que hacer para que comprendas, Longbottom?

Neville estaba colorado y temblaba. Parecía que se iba a echar a llorar.

—Por favor; profesor —dijo Hannah Abbott—, puedo ayudar a Neville a arreglarlo...

—No recuerdo haberle pedido que presuma, señorita Abbott—dijo Snape fríamente, y Hannah se puso tan colorada como Neville— Longbottom, al final de esta clase le daremos unas gotas de esta poción a tu sapo y veremos lo que ocurre. Quizá eso te anime a hacer las cosas correctamente.

Snape se alejó, dejando a Neville sin respiración, a causa del miedo.

—¡Ayúdame! —rogó a Hannah Abbott quien estaba sentada a su lado.

Algunos alumnos siguieron hablando, Harry en cambio seguía atento a su poción

En aquel momento, Snape dijo en voz alta:

—Deberían haber terminado de añadir los ingredientes. Esta poción tiene que cocerse antes de que pueda ser ingerida. No se acerquen mientras está hirviendo. Y luego probaremos la de Longbottom...