🌼;; O5

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-¡Vamos a llegar tarde! -Exclamaba Angie a paso acelerado mientras tiraba del brazo de Dick. -¡Venga!

-Tranquila, Angie, quedan quince minutos. -Intentaba calmarla Tim.

-Eso, he comido mucho no puedo correr tanto. -Se excusaba Jason.

-¡Estamos a más de dos manzanas de la mansión! -Se volvió hacia ellos frustrada. -¡En quince minutos no llegaremos!

Realmente le urgía prisa el hecho de volver a la mansión, pues esos quince minutos era el único fragmento de tiempo que le separaba de su madre, y estaba completamente ansiosa por verla.

-Por favor... -Susurró suplicante.

-Venga pedazo de vagos. -Añadió Damian.

Todos comenzaron a caminar a un ritmo más acelerado a favor de Evans. Jason se quejaba de vez en cuando, pero más que nada de una forma humorística para relajar el ambiente. Ya habían pasado una manzana, solo quedaba una más.

-¿Cuánto queda? -Preguntó Angie concentrada en sus pasos.

-Siete minutos. -Afirmó Timothy. -Nos da tiempo.

Al fin, tras un largo camino, las grandes puertas de la mansión Wayne se les abrían haciéndoles paso hacia el interior de la mansión. Jason se tiró en el primer sofá que vio mientras los demás tan solo esperaban de pie. Dos voces se acercaban, al parecer discutiendo.

-¡No tengo más que decir Selina! -Bruce parecía enfadado.

-Bruce... Por favor... -Continuaba la segunda voz, femenina, probablemente del mismo nombre que dijo antes.

-¡Me dejaste plantado en el altar! -Exclamó de nuevo él.

Todos los restantes abrieron los ojos alertados. Bruce y aquella mujer aparecieron por el umbral del gran arco del lobby, posicionándose uno frente al otro. Bruce miró a Dick, indicándole la orden de que abandonasen el vestíbulo.

-Venga vamos, en el salón se está más calentito. -Comentó Dick mientras tomaba del hombro a Angie la cual estaba completamente confundida para hacerla caminar junto a los demás.

-Por favor... -Volvió a escuchar suplicar a la mujer.

-No. Esto se ha acabado Selina.

Y con esas últimas palabras de Bruce no pudo escuchar más ya que atravesaron la cocina donde se situaba Alfred para llegar al salón donde todos se sentaron en los sillones que este ofrecía.

El ambiente era incómodo, eso estaba claro. Angie miraba sus rodillas pensativa, "¿Quién sería esa mujer?" Se preguntaba una y otra vez. Recordaba que a Bruce siempre se le conoció como el soltero de oro de Gotham, no recordó ninguna novia duradera. No es como si estuviese siempre pendiente de lo que los periódicos decían sobre Wayne, pero aquello era algo que todo el mundo conocía.

Alfred apareció por el arco del salón que conectaba con la cocina con una bandeja plateada sobre una mano en alto.

-He traído un poco de té para la espera. -Comentó colocándola en la mesa de café.

-¿Azúcar moreno y té negro del Himalaya? -Preguntó mirando las tazas Damian.

-El segundo comenzando por la derecha, señorito. -Respondió Alfred sabiondo.

-Gracias, Pennyworth. -Tomó la taza indicada soplando el humo de esta.

-Niño mimado. -Soltó Jason cogiendo una taza cualquiera. -¡Auch! -Se chupó un dedo el cual había sido quemado por el calor del té.

-Como si tú no lo fueras. -Sonrió soberbio Tim bebiendo elegantemente.

Alfred rió y comenzó a marcharse juntando sus manos tras la espalda.

🌼;; Keeping up at Wayne's| Damian WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora