제7장

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Con el examen en la mano, Yoongi golpeó la puerta del cuarto de Hoseok y Namjoon. El lugar que había estado apretando el papel mientras corría por el campus estaba humedecido, pero había tenido cuidado de no machar la gran B roja en la parte superior de la hoja. El nerviosismo provocaba que saltara ligeramente mientras esperaba en la puerta.

—¡Está abierto! —gritó Namjoon. Yoongi empujó la puerta y buscó a Hoseok—. Bro, ¿qué haces aquí? ¿Planeamos salir?

Yoongi exhaló con fuerza.

—No está aquí.

—¿Quién? ¿Hoseok? Qué va. Ha de estar en clases o trabajando. ¿Estás bien?

—¡Más que bien! —Yoongi agitó el papel en el aire—. Saqué una B en el examen de Estadística gracias a Hoseok. Tengo que encontrarlo. Nos vemos después. —Se giró y salió corriendo.

Trotó hasta el centro de tutorías, esperando encontrar a Hoseok allí. Estaba sin aliento y un poco sudado cuando llegó, pero no podía esperar para verlo. Yoongi apoyó la cabeza en la puerta y su estómago se retorció cuando lo vio. Estaba trabajando con un estudiante mientras jugueteaba con su cubo por debajo de la mesa. Esa visión era tan esencialmente Hoseok, que hizo palpitar el corazón de Yoongi.

Tomó asiento y esperó a que Hoseok terminara con su pupilo. Hoseok le miró brevemente y sonrió. No se habían visto desde la sesión de tutoría cuatro días antes. En los últimos días Yoongi apenas había sido capaz de concentrarse en algo que no fuera la imagen de Hoseok quitándose el pantalón. Nunca se había sentido así de excitado tan rápido como cuando Hoseok bajó la cremallera del pantalón. Ahora Yoongi estaba ahí para cobrar su beso. Podría tocar a Hoseok de verdad.

Yoongi consiguió lo que deseaba—que el bocazas sentado frente a Hoseok se fuera—diez minutos después. Tan pronto como en chico se alejó del puesto de Hoseok, Yoongi se acercó y dejó caer su examen en la mesa.

—Con razón la sonrisa de oreja a oreja. ¡Felicidades!

—¿Sabes lo que eso significa?

Hoseok trató de ocultar su sonrisa, pero no tuvo éxito.

—¿Que no necesitarás más de mis servicios?

—Inténtalo de nuevo.

Hoseok se inclinó hacia adelante y bajó la voz.

—Iré a decirle a Hyerin que me tomaré un descanso.

El cuerpo de Yoongi vibró con anticipación mientras lo seguía al exterior. Hoseok parecía estar de buen humor. ¿Había estado esperando el beso tanto como lo había esperado Yoongi?

—Bueno… —empezó Hoseok—. ¿Estás feliz por el resultado del examen?

Yoongi sonrió y asintió.

—Más de lo que piensas. 

—¿Estás aquí para hacerme cumplir mi promesa?

—Sí. Si aún quieres, sí.

Hoseok se apoyó contra la pared.

—Hazlo.

—¿Qué? ¿Aquí? —Yoongi miró a ambos lados del pasillo. No vio nada aparte de algunos estudiantes pululando por ahí—. Esperaba tener un poco más de privacidad…

—Está bien. —Hoseok se separó de la pared—. Tengo que regresar, así que debemos ser rápidos.

—¿Prefieres quedar conmigo esta noche? ¿Cuando tengas más tiempo?

Hoseok movió la cabeza.

—Lo siento. Tengo muchas cosas que hacer después.

—Está bien. Vayamos al baño.

Hoseok fue hacia el servicio, dejando que Yoongi lo siguiera como un cachorro perdido. Una vez dentro, Hoseok abrió la puerta de uno de los cubículos y entró con Yoongi. No era un ambiente remotamente romántico, pero al menos estaban solos.

Estaban solos y de pie muy cerca el uno del otro.

Hoseok miró a Yoongi expectante. ¿Estaría bien que Yoongi lo tocase? Él quería, pero no sabía cuáles eran los límites, así que solamente se puso de puntitas y presionó sus labios contra los de Hoseok. Un vertiginoso calor recorrió sus entrañas y tomó a Hoseok de la cintura para estabilizarse. Hoseok acarició sus bíceps y apretó sus brazos suavemente. Tal vez a Hoseok, después de todo, le gustaba su cuerpo no-tan-musculoso. Yoongi quería presionarse contra Hoseok y sentir sus manos en cada rincón de su cuerpo, pero no estaría bien tomar más sin preguntar. Parecía que Hoseok lo estaba disfrutando también. Sus labios se movieron suaves pero seguros contra los de Yoongi.

Más. Quería más.

Hoseok rompió el beso, empujándolo.

—Eso fue…

—¿Bueno?

Hoseok sonrió y asintió.

—¿Puedo verte después?

Hoseok evitó sus ojos y lamió sus labios.

—Lo siento, Yoongi. No creo que eso sea una buena idea. Eres un buen chico y eso, pero no funcionaríamos. No tengo el tiempo suficiente para involucrarme con nadie y… Tú y yo somos diferentes…

—¿Es porque no soy lo bastante inteligente?

—No, no, no. No es eso. Me refiero a que tú juegas béisbol y yo juego Warhammer. A ti te gusta salir y a mí me gusta quedarme dentro. Tengo los próximos cinco años de mi vida planificados con detalle y tú todavía estás tratando de resolver las cosas.

Debía haber algo que Yoongi pudiera decir en respuesta, pero no tenía idea de qué.

—Me tengo que ir. Lo siento. —Hoseok abrió el cubículo y salió.

Yoongi tragó el nudo que tenía en la garganta, cerró los ojos y apoyó la cabeza en la pared. ¿Qué acababa de pasar? Estaba seguro de que Hoseok se sentía atraído por él y de que ese beso significaba algo para los dos. ¿Les gustaban cosas diferentes? Necesitaba encontrar una manera en la que Hoseok entendiera que el que no tuvieran mucho en común no tenía que significar que no pudiesen gustarse mutuamente.

Yoongi enderezó sus hombros mientras una idea formaba en su mente.

Un mensaje secreto a lo mejor serviría.

A un Golpe de la VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora