Al empezar el año escolar, un muchacho nuevo ingresa al instituto Konoha: Sasuke Uchiha. Tiende a tener un intelecto formidable y también a ser un poco antipático, pero al cruzarse con ella eso cambiará.
Sin embargo, tendrá que esconder su otro Yo...
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Soy Sakura Haruno y hoy comenzaré mí segundo año de bachillerato, junto con mis mejores amigos Ino y Naruto, nosotros nos conocemos desde el jardín de niños, y cómo no seguir juntos en esta nueva etapa de nuestra vida. Lástima que mí hermano mayor Yu está apunto de terminar el instituto, un año más y termina, él sale y yo entro que irónico. El muy genio es muy reconocido por su fama de casanovas, no hay chica qué se le resista... Bueno solo una, pero eso fue por desquite porque cuando ella estaba en sus manos, él la ignoró por no ser lo suficientemente guapa; lo que es la vida. Este año, me trae tan emocionada porque es el momento perfecto para comenzar nuevos retos, entre otras aventuras con Naruto e Ino, lástima que Luke mí exnovio también entrará en el instituto, pero no me debe de interesar su presencia del cabeza hueca, y seguramente Yu se encargo de advertir a todos de que yo soy su hermanita para espantarlos y así no ligar este año, pero no dejaré de que se salga con la suya.
Me dispuse a acomodar mis carpetas y demás cosas en mí mochila de cuero negra, hasta que un timbre de mí teléfono atrapó mí atención, eran mis amigos los cuales me avisaron que me iban a esperar dentro del instituto, yo les respondí con un okey, para luego checar mis redes sociales y entre tantos publicidad de ese cantante que vuelve locas a las demás, inclusive a mí amiga, acabe en salir, y bloquear la pantalla. Unos golpes en la puerta, hicieron que prestará atención a la persona que estaba recargada en el marco de está.
—Agg ya es demasiado tarde, Sakura... Tengo que llegar temprano está vez por mí examen..—Se quejó Yu mientras revoloteaba sus ojos —A ver señorita Sakura, no porque es tu primer día llegarás tarde... Agg.
Respondió casi cómo un reproché, a lo que yo sólo me salía sonreír cínicamente para enfadar lo más, pues misión cumplida, mí hermano ya se podía ver el entrecejo fruncido.
—Está bien, sólo falta colocarme mis zapatillas y bajaré en unos segundos. ¡He oye!
—date prisa. Sinó me iré sin ti, hermanita. Tienes cinco segundos o irás caminando.-condicionó malvado, antes de abandonar para después escucharlo bajar las escaleras una tras otra, siempre tan insoportable, seguramente debe de estar en su gozo hacerme enojar.
Rápidamente me coloque mis zapatillas blancas atándolas en un perfecto moño, y agarrar la mochila, el móvil y por último mí chaqueta oscura; escuchando los irritantes sonidos del claxons proveniente del coche de mí hermano mayor.
—Agg. ¡Yu, ya voy! ¡Demonios qué impaciente! —exclamé irritada, contemplando mí reflejo por última vez, colocándome un mechón detrás de mí oreja —Perfecta. Bien, lista.
Ya al estar dentro del automóvil encontrando me con la careta enfadada de mí hermano que estaba mirando al frente, mientras sus manos estaban posicionadas en el volante, pero al voltear a verme su expresión era obvia.
Con enfades.
—¡Al fin! ¡Ya era hora! Tenía pensado en largarme sin ti, hermanita. —respondió en un tono inmaduro, está vez intentando enfadar me y punto pelota, para luego contraatacar lo: —qué gracioso, pues cuando consiga mí licencia, esté bebé será todo mío y hay que ver quién llora al final.
