LLEGADA Y PARTIDA.

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Una habitación enorme que parecía pequeña, esa era su realidad.

La Mesa Redonda, ese era el nombre de esta habitación.

Con una mesa redonda de obsidiana en el centro y 41 lujosos asientos a su al rededor, el lugar había servido en muchas ocaciones como sala de reuniones para los miembros del gremio Ainz Ooal Gown.

Sin embargo, en estos momentos, para estas 5 personas, el lugar era casi claustrofóbico.

En tiempos anteriores, estos cinco seres habían estado en este lugar innumerables veces, en la época dorada del juego, sin embargo, en algun punto, por una discucion que causó el derrumbe del gremio, ellos ya no volvieron, hasta ahora, pero no todo es tan fácil, esa pelea que los dividió en el pasado, fue grabada a fuego en sus memorias y era la misma que hacia tan sofocante el ambiente.

Aveces el destino es irónico, juega y enreda, desata y enlaza la vida de las personas, y como una mala broma, eso estaba pasando, pues esas mismas personas que inisiaron la caída del gremio, estaban ahora en la misma habitación, a excepción de una.

Un demonio cabrá, un caballero insecto, un hombre ave, una mujer limo y al final, el agotado y desmoronado Ooze Negro Anciano, estos eran los 5 seres supremos que habían venido a despedir el juego al lado de ese amigo en común que en un pasado abandonaron y que por rumores de otros jugadores, sabían que seguía jugando en solitario, todo con el propósito de mantener en pie al gremio.

En la habitación todo era silencio, el ambiente tenso y la atmósfera aplastante, incomodaba a todos en el lugar, pero el que más sufría, era una persona que nada tubo que ver en aquella disputa, pero por el intenso ambiente tampoco podía hablar, ese era el desmoronado HeroHero-San.

-(¿esto es enserio?... ¿cuanto puede odiarme el universo para darme más fatiga?. ¡Demonio!) Pensó el Ooze Anciano.

En un principio, el fue el primero en llegar, estaba feliz por finalmente tener un día libre para ir y charlar con momonga, pero las cosas no fueron como el esperaba, al momento de dar el primer pasa, uno tras otro comenzaron a llegar, primero fue TouchMe, después BukuBuku chagama, tercero Ulbert y al final el pervertido Peroroncino, dando al pobre hombre un encierro incómodo, cosa que lo hizo odiar el no haber llegado antes.

Como el lo veía, tenía dos opciones, una: quedarce callado y esperar a que alguien hablará, o dos: tomar valor y hablar con uno de ellos, y claro, como buen hombre eligió la primera.

Pasaron 1 minuto y después 2,pero aun nadie decía nada, hasta que ya no pudo más y el hablo.

-ahh ¡maldición!, ¡¿cuanto tiempo más van a estar sin hablar?!. ¡¿O esque piensan quedarse callados como idiotas y pasar los ultimos momentos del juego con esta escena estúpida?!.

Ante la sorpresa de que el siempre amable HeroHero-San estuviera enfadado, los 4 restantes estaban asombrados, eh incluso de la sorpresa pudo escucharse un leve "woa".

Sin embargo, el tenía razón, el tiempo seguía avanzando y si no se daban prisa el juego cerraría sin que ellos pudieran ver a momonga.

-Hero-San tiene razon. Todos aquí estamos incómodos y lo que paso en el pasado será difícil de olvidar, pero ya que es el último día, yo creo que la única persona que importa aquí es momonga.

El shock los dejó sin aliento, pero al retomar la compostura el segundo en hablar fue TouchMe, entonces, los demás también respondieron.

-tienes razón, pero ya que estamos aquí, me gustaría disculparme, en aquella ocasión, mi lado malvado tomo control de mi y acabe peleando con ustedes.

OVERLORD: EL SER SUPREMO PERDIDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora