Capítulo 7 AutoControl

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AutoControl ¿Acaso aún existía? No, aquella palabra había desaparecido del mundo al igual que la esperanza y el color, y es que ¿Quién podría tener AutoControl en un mundo de mata o muere? Pocos aún conocían la existencia de aquella palabra pero preferían ignorarla, ya que no había forma de ponerla en práctica.

Y ese era el caso del ser más poderoso sobre la Tierra, aquel que podía derrotar a Maximus Kong y todos sus aliados con los ojos cerrados, aquel del que nadie hablaba porque ninguno de sus adversarios ha sobrevivido para poder contar la historia.

Abril O'Neil.

Aquella chica que todos creían inmune a todo y especialmente al mutágeno, ahora era la persona más peligrosa de toda la estepa.

¿Cómo?

Bueno, el pedazo de concreto que la aplazó había destruido su cuerpo casi por completo, pareció haber visto la muerte con sus propios ojos, pero el mutágeno que tocó su brazo se adentró por sus heridas modificando todo su sistema desde el interior logrando que se regenerara y por tal razón pudo salvarse pero la ayuda tuvo precio y ella tuvo que pagarlo dejando salir a la luz su parte Kraang y entregando el control de su mente.

Sus poderes eran letales, su aura se volvió tenebrosa, sus labios estaban sellados, sus ojos llenos de odio brillaban en un tono celeste pasando a verde y por su cuerpo tenía incrustados algunos cristales similares a los de la dimensión X y la que funcionaba como su ropa también estaba formada del mismo material.

Para su suerte, ella al igual que Karai y Maximus Kong, envejecía de manera más lenta que el resto, ya que a pesar de tener 44 años, seguía pareciendo una chica de 25.

Después de que la liberaran hace 10 años, decidió no dañar a su equipo pero aun así, los más jóvenes le temían con solo verla y dos de ellos preferían no acercarse demasiado.







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10 años atrás..

-Buenos días O'Neil- saludó Karai entrando al laboratorio con un plato en sus manos- ¿Cómo estás hoy?- se acercó a la jaula electrificada en la que la pelirroja la había estado esperando

La pelinegra se había ofrecido para ser ella quien le llevara la comida día con día a Abril. Las primeras veces la pelirroja trato de alcanzarla para matarla, luego solo prefirió mirarla tratando de intimidarla y con el tiempo y los años solo se acostumbró y empezó a esperarla.

-¿Descansaste bien?- solía preguntar a pesar de saber que no obtendría respuestas

Abril pasó sus manos entre las rejas para agarrar el plato y al adentrarlo empezó a comer lo que había en él con la mano.

-Desearía que fuera más..- torció los labios mirando el plato con solo un poco de puré de zapallo- Pero supongo que tendré que salir por provisiones...- desvió la mirada soltando un suspiro- Salir jamás dio tanto miedo ¿Sabes? Pero a lo que realmente le temo es al no poder estar aquí para protegerlos..

La kunoichi sacó unas llaves y abrió la cerradura de la jaula, el sonido de esto llamó la atención de Abril quien al instante se acercó con la inmensa necesidad de libertad y con sus poderes abrió de golpe la puerta empujando a la vez a Karai quien terminó en el piso.

-¡Ahg!- se quejó de dolor la pelinegra colocando una mano en su abdomen pero el golpe había sido lo de menos importancia

Rockwell llegó al laboratorio para supervisar a la pecosa como siempre pero se llevó un horrible susto que lo dejó paralizado en su lugar al verla levitando en dirección a Karai.

La pelinegra la miraba sorprendida pero sin miedo, jamás le había temido, cosa que para Abril era raro pero a la vez le alegraba que fuera así, amaba esa valentía de Karai que le hacía saber que la susodicha confiaba en ella.

-¿¡Pero qué..!?- Habló el Mono sin saber que hacer, ya que Abril triplicaba sus poderes y podía acabar con todo y todos en un pestañeo

Se alertó aún más cuando la pelirroja levantó en el aire a la kunoichi pero se alivió un poco cuando la hizo descender lentamente hasta que sus pies tocaran el piso.

-Amm..- Karai se miró a sí misma, no tenía un solo rasguño, Abril solo la había ayudado a levantarse- ¿Gracias?- miró a la chica

Ella sin decir nada; como siempre, regresó a su jaula para agarrar entre sus manos el plato que había dejado tirado y luego solo se retiró con total tranquilidad del lugar pero no sin antes gruñir al pasar al lado del Mono, pues recordaba perfectamente quien la había encerrado.

-¿Qué fue todo eso?- preguntó Rockwell buscando alguna respuesta en el rostro de Karai- Ah, ya veo- dijo al ver sus llaves tiradas en el suelo

La pelinegra desvió la mirada aceptando su culpa, pero no se arrepentía para nada.

-¡¡AHHHH!!- de la nada se escuchó el grito combinado de los demás en la otra habitación

-Parece que ya la están conociendo- dijo Karai sobre una risa pero Rockwell se limitó a mirarla con seriedad











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Por fin era libre y día con día se alejaba del equipo para poder vagar sin rumbo por el desierto, sus amigos no se preocupaban por ella, ya que era casi inmortal o eso decían porque nadie podía contener su poder y por lo tanto nadie podía dañarla.

Al llegar de su recorrido solo se sentaba o permanecía levitando en un mismo lugar el resto del día con su mirada puesta en el horizonte. En esos momentos su interior era un caos, ella tenía libertad pero su mente aún era esclava del mutágeno.

No había olvidado nada, recordaba a su amigos y seres queridos, recordaba perfectamente a la tortuga de bandana violeta por la que aún latía su corazón pero su mente no la dejaba reaccionar, la controlaba y solo podía ver a través de sus ojos lo que hacía sin poder detenerlo.

Se había vuelto distante, jamás pronunciaba una sola palabra como si no supiera hablar, pocos se atrevía a estar tan cerca de ella, solo con mirarla provocaba escalofríos y una sensación de miedo puro recorriendo todo el cuerpo de la persona.

Esos pocos eran Karai, Slash e Irrilia, eran los únicos que tenían su confianza puesta en Abril y ella muy en el fondo lo apreciaba.

-Hola Abril...- una pelinegra se sentó al lado de la mencionada

La pelirroja ni siquiera la miró, estaba sentada en el mismo lugar de siempre, al lado de una vieja furgoneta con colores de los 80's y que Slash y Rockwell recordaban como la "Party Móvil" y era donde resguardaban a los más jóvenes del equipo.

-Sé que no te gusta estar quieta o establecerte.. Entonces supongo que te alegrará que te diga que vamos a irnos de aquí, ya sabes, por seguridad... Los ejércitos de Maximus siempre nos encuentran- la miró de costado esperando alguna reacción pero como siempre, su amiga ni se inmutaba, como si no tuviera vida- No quiero que esta vez nos alcancen y menos con Slash tan enfermo... No sé qué hacer, Cabeza de Piel estaba igual y mira lo que pasó...- dijo con un tono lleno de pesar- Sé que no soy la única que lo extraña

Karai formó una sonrisa melancólica y se puso de pie para tomar la mano de su amiga y dirigirla al vehículo donde todos la esperaban para partir, el lugar ya no era seguro, como siempre debían de alejarse, su primer escondite había sido descubierto una de las primeras veces que tuvieron que salir por suministro y ahora estaban condenados a sobrevivir en un lugar que parecía ser un campo minado pero hasta ahora les iba bastante bien y quien mejor estaba era la pelirroja porque a pesar de todo lo que pasaba en su interior, podía mantener su autocontrol al lado de su familia y tenía la ventaja de ser la persona más temible en la Estepa y quien incluso podría provocarle pesadillas al Rey.

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Continuará...

Detrás de la Tragedia [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora