En memoria de...

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Yuu se comportó de manera extraña durante toda la noche. Su vista no se movió ni un segundo de la ventana, ni siquiera sacó su libreta para escribir algo. Un par de veces intenté llamar su atención, pero parecía estar lejos de ahí, sumido en sus propios pensamientos.

Después del susto que nos dio el fantasma de Takanori tocando la puerta y el extraño trance en el que estuvo Yuu, nada más ocurrió. A la mañana siguiente, los mismos inquilinos nos comentaron lo inusualmente silencioso que estuvo el piso por la noche, cuando normalmente se escuchaban los muebles moverse y vidrios rompiéndose.

Yuu siguió sin hablarme, incluso cuando vinieron por nosotros y nos dejaron en nuestros respectivos departamentos. Hoy teníamos que volver por la tarde para documentar y esclarecer el hecho de que los vecinos aseguraban ver caer el fantasma de Takanori desde la azotea, recreando una y otra vez su suicidio.

Le dije al chofer que primero fuéramos a dejar a Yuu pues atribuí su letargo al cansancio. Parecía como que estuviera en piloto automático, no se despidió, solo tomó sus cosas y se metió al edificio donde vivía.

Estaba algo preocupado por Yuu y con su inusual comportamiento, pero decidí dejarlo descansar por ese día y ya luego le preguntaría por lo que rondaba su cabeza. Llegamos a mi departamento, tomé mis cosas, le agradecí al chofer y bajé de la camioneta, emprendiendo un pesado, desganado y cansado paso hacia mi hogar. Apenas entré a mi casa, me quité los zapatos y dejé mis cosas a un lado del mueble de la entrada, arrastrando los pies hacia mi habitación y dejándome caer sobre la cama, removiéndome hasta adoptar una pose cómoda para dormir.

No me di cuenta cuando caí rendido por el cansancio, pero desperté unas horas después con el diario de Akira a un lado de mi cabeza, lo cual me hizo espantarme e incorporarme velozmente. Aún no me podía acostumbrar a las llamadas de atención de Akira. A pesar de eso, tomé el diario y decidí seguir leyendo, saber aquello que el fantasma de ese chico deseaba que supiera.

"Ya no puedo soportarlo más, este secreto, la actitud de Takanori, el silencio, las peleas, las lágrimas, las noches en que preferimos dormir separados, como la distancia entre ambos se está haciendo mayor, todo eso es demasiado para mí.

Cada día es más agotador que el anterior. Es como si tuviera un reloj dentro de mi cabeza con el incesante tic-tac recordándome que iba a morir, que cada hora podría ser la última, que mi silencio sólo empeoraba mí sentir. Si quería respuestas de parte de Takanori, debía ser yo el primero quien se confesara, que revelara este gran secreto, que se disculpara por arrebatarnos tiempo juntos, sólo así podría saber que aquejaba la mente de Takanori. Eso que oculta lo está carcomiendo, teme contarme, lo veo en sus ojos, está inseguro y se siente desprotegido. Él siempre ha sido quien ha velado por mí y siente que debe ser el pilar por ambos, idea que siempre intenté quitar de su mente, pero que, hasta el día de hoy, no he logrado. Los secretos nos están haciendo daño, no nos amamos menos, de hecho, tememos lastimarnos, pero esto debe acabar. Yo lo acabaré. Hoy es el día. No importa si comenzamos a discutir otra vez, llegaré hasta el final, lo gritaré si es necesario, no quiero más mentiras, quiero pasar el tiempo que me queda entre sus brazos, con sus besos, asegurarme de que estará bien cuando tenga que partir. Hoy le diré a Takanori que mi corazón no lo soporta más. Hoy le diré que, después de tanto tiempo, por fin, voy a morir."

Me quedé completo silencio, sintiendo como el corazón se me oprimía y mi labio inferior temblaba, aún en medio de mis dientes que lo mordían con fuerza. No podía evitar notar como aquella hoja era la más desgastada y maltratada por las manchas de agua, Akira se leía tan decidido, pero supongo que a pesar de eso no dejaba de dolerle y las lágrimas eran su escape.

Pasé la página, curioso por saber si todo había resultado bien en esa conversación, si Takanori le había escuchado, si Akira habría tenido que gritarle para ser escuchado, si había recibido un poco de consuelo luego de pasar tanto tiempo ocultando su inminente muerte, si habían pasado tiempo juntos, si Takanori lo sostuvo entre sus brazos como tanto deseaba. Quería saber, pero me quedé perplejo al no ver ningún otro párrafo, ni siquiera el amago de escritura, nada, esa era la última entrada del diario. Jadeé, recordando lo que dijo la señora Takeko sobre aquella trágica noche. Escucharon gritos, estaban peleando, Akira luego se desplomó por el ataque y Takanori fue a pedir ayuda.

In memory of...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora