Tu y yo

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Para los muggles el cuento de las "almas destinadas" no es más que una fantasía con la que sueñan los niños o las mujeres que juran haber encontrado su otra mitad.

Para los magos, es algo totalmente cierto, pues su magia suele enlazarse de manera inmediata con aquella magia que fuera semejante o compatible. No importa los años que hay de diferencia, la sangre o las clases sociales, si tu magia se enlaza a la de alguien más se debe respetar la unión, si un mago o bruja se aleja de aquel ser con el que su magia a decidido perdurar, entonces la muerte les espera a ambos, tarde o temprano, y el que suele morir primero es el alma rechazada por su igual.

Ahora, pasemos a la pareja de la historia.

Draco Malfoy es el hijo de Lucius Malfoy y Narcisa Black, por cuestiones trágicas Narcisa falleció al dar a luz a su hijo. Lucius tuvo que ser fuerte por su dragón, dos años después comenzó una relación con un antiguo compañero de Hogwarts, un gryffindor lobuno que siempre estaba envuelto en problemas gracias a sus amigos. La relación fue bien a pesar de que no eran almas gemelas, la parte licántropo de Remus le impedía ligarse con un mago, y no tenía contacto con muchos hombres lobo, así que pudieron salir adelante juntos, al punto de casarse al año y medio de estar juntos. La boda fue poco después del cumpleaños número cuatro de Draco, el pequeñín adoraba a Remus, lo veía como a su segundo padre y siempre recibía chocolate cuando estaba con él.

El día de la boda, Sirius piso por primera vez el suelo de Malfoy Manor después de la muerte de su prima. Había escuchado maravillas de su sobrino gracias a Moony, pero no tenía idea de si era más Malfoy que Black, honestamente prefería que fuera lo segundo. Desgraciadamente no pudo ver al dichoso niño durante la ceremonia, ya que debía estar al lado de su amigo y el niño estaba entre los cientos de invitados que había. En la hora de la fiesta, después de haber dado su discurso como el hermano adoptivo de Remus que era, burlarse un poco del Mal-follado de Lucius y dar sus más gratas bendiciones a la pareja junto amenazas de muerte, fue que se dispuso a convivir un poco y disfrutar del vino importado de Italia que habían traído para la ocasión.

—Sirius, quiero presentarte al hijo de Lucius, mi hijo a partir de ahora y tu sobrino.

Sirius suspiro y se preparó mentalmente para eso. Se giro sobre sus talones para mirar a su amigo con una sonrisa, y después bajo la mirada para poder mirar por primera vez en cuatro años a su sobrino. La sonrisa se le borró del rostro, su corazón se aceleró a límites que ni como Canuto había sentido aún en sus mayores euforias caninas, su magia se descontroló antes de poder sentir claramente que se unía a la del pequeño que le miraba sonrojado y con sus ojitos plateados muy abiertos.

Remus le miraba extrañado ya que no había dicho ninguna palabra, y parecía tampoco haberse dado cuenta de la situación, por lo que optó por fingir demencia y sonreír. Le extraño que su sonrisa hacía el niño no fuera falsa ni forzada, sino una completamente sincera y natural, como si fuera uno de sus amigos con quien estuviera de frente.

—Un gusto pequeño, soy Sirius Orión Black, actual cabeza de la familia Black y hermano del querido Remus.

Draco sonrió emocionado ante la idea de un tío, aunque realmente lo fuera por sangre y no sólo por cariño. Estiró una de sus manita hasta el adulto y con alegría se presentó.

—Draco Lucius Malfoy, un placer conocerte, tío Sirius.

Sin saberlo ese "tío" le sentó mal, y la mueca que se formó en sus labios lo demostraba.

Por petición del propio Draco paso el resto de la fiesta en su compañía, con el pequeño sentado en su regazo muy alegre y un Lucius celoso porque ese "apestoso chucho" acaparaba la atención de su hijo, mientras su, ahora esposo, Remus miraba divertido la escena.

Cuentos mágicos [Harry Potter Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora