Todos somos diferentes, y eso es lo que nos hace iguales. Entonces ser igual a los demás, te hace especial. Pero si todos somos especiales, entonces ser especiales en realidad nos hace comunes. Pero nadie quiere ser común, porque somos especiales.
¿Es tan malo ser común?
En la paradoja de la relevancia social, Jeon Jungkook prefería hacerse a un lado.
Jungkook se consideraba una persona bastante común; con sus habilidades natas en los deportes —¿era eso lo especial que le apegaba a lo común?—, su promedio muy promedio en la escuela, su familia un tanto disfuncional, su gusto en música —incluso el culposo—, comiendo chatarra los viernes y apestando en el amor romántico.
Justo como los otros seis billones novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve millones novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve —más o menos—, habitantes del planeta.
Jungkook vivía una vida tranquila y normal.
Se despertaba todos los días a las 7 de la mañana, en su cuarto de un tamaño regular —un cuarto en la vieja casa de su abuela materna, ya que quedaba más cerca de la universidad—.
Tomaba un baño rápido —a pesar de vivir con más personas, el tema de las duchas no era un problema—, y se vestía con un par de jeans negros y una camiseta blanca o negra —en los días arriesgados, añadía una franela a cuadros—; como era otoño, un hoodie lo acompañaba en el día.
A las 7:40, Jungkook entraba a la cocina a servirse cereal para-...
— ¡Buenos días, Kookie!
Ah, cierto. Algunos cambios habían sucedido en su tranquila vida últimamente.
El mayor de sus primos, Kim Seokjin, había comenzado a vivir con el resto de la tercera generación. Personalmente, Jungkook no conocía bien al futuro doctor, Seokjin era seis años mayor que él, por lo que la brecha generacional no los ayudaba a congeniar. Pero, por las pocas veces que le vio en reuniones familiares o campamentos de verano, Seokjin era... peculiar.
— Buenos días, hyung.
— Hice el desayuno, sírvete —le dijo (o tal vez le ordenó, Jungkook no estaba muy seguro).
Seokjin se encontraba sentado con un plato vacío frente a él y una enorme taza de té en sus manos. Sobre la mesa del comedor había una olla de arroz blanco, un plato con huevos fritos y un bowl de lechuga, espinaca y zanahoria mezclada.
— Gracias, no tenías que molestarte —le sonrió al mayor, tomando asiento y comenzando a servirse.
— ¿Bromeas? Apuesto a que no comen nada que no esté enlatado —Jin rodó los ojos—. Como el mayor en esta casa me debo asegurar de que sobrevivan, ¿no?
— S-Supongo —el castaño contestó dudoso—. ¿Qué haces despierto tan temprano?
— ¿Temprano? —Seokjin rió con auténtica diversión—. Kook, desperté a las cinco de la mañana; hice yoga, calistenia, me preparé para mi guardia en el hospital, hice el desayuno y estoy listo para marcharme —sonrió—, el día empieza antes de que el sol salga. Atesora ese consejo que te doy, Kookie.
Jungkook miró un poco asustado al azabache y asintió lentamente con la cabeza. Kim Seokjin debía ser un robot.
— ¡Oh! Kook, quiero preguntarte algo.
— ¿Qué sucede, hyung?
— ¿Sabes con quién se ha acostado Taehyung últimamente?
El menor de los chicos sintió el arroz bajando por el conducto equivocado en su garganta. Tosió nervioso, y Jin le acercó un vaso con agua que bebió con urgencia. Se golpeó el pecho y negó rotundamente con la cabeza.
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3Rs. [BTS]
FanficLa regla de las tres erres es una forma de cuidar el medio ambiente, específicamente para reducir el volumen de la basura generada por relaciones desastrosas. BTS | Principal: (?) | Comedia ácida (?) y humor inapropiado. Perdón por ser basura humana.