3. Autostop

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Martín salió de la clase de matemáticas y sintió que finalmente podía respirar. Nadie le preguntaría nada ni lo miraría como a una extraña criatura.

Mira su reloj y se da cuenta de que solo tiene unos minutos para tomar el autobús. “Oh, no... " comienza a correr. Si llega tarde, su padre lo mataría, pase lo que pase. Accidentalmente golpeó a dos niños en su camino y pisó a uno de ellos. “¡Oye!" grita este. “¡Lo siento!"

Finalmente llegó a la puerta, la abrió todavía corriendo, vio que el autobús ya se iba y sintió que tendría un ataque de pánico, intentó ignorarlo y detenerlo, no era el momento. El próximo autobús llegaría en una hora, no tenía dinero para un taxi y hacer autostop no es una buena idea, porque esta área es muy peligrosa. En serio quería llorar.

¿Por qué tenía que pasarle esto a él?Después de unos minutos, Martín decidió intentar hacer autostop. Estaba un poco asustado, pero era su única opción. Si alguien se detenía, podría estar en casa antes de que el autobús llegara a su ciudad, por lo que pronto estará en casa. Pasaron los minutos y muchos autos pasaron, pero ninguno se detuvo. Sentía que el ataque de pánico volvía, las lágrimas cayeron por sus mejillas. “Por favor, por favor, por favor". Los minutos se sintieron como horas. El imaginar la reacción de papá era una tortura y no podía dejar de llorar.

Después de media hora, un automóvil finalmente disminuyó la velocidad y el conductor bajó la ventanilla.
“Martín?" No podía creer a quién estaba viendo. “¿Juan? "
Este le abrió la puerta, Martín se sentó en el asiento a su lado y se limpió las lágrimas de la cara. “¿Qué pasó?" Preguntó.

“Perdí el autobús". Martín se sintió como un pequeño bebé llorando. Afortunadamente, Juan no sabía lo que sucedía en casa normalmente, por lo que estaba confundido.“¿Debería llevarte a casa?"

“Sí, por favor."

Finalmente dejó de llorar y se recostó en el asiento, todavía pensando en la noche anterior cuando Juan Pablo y s papá tuvieron una pelea.
Se emborracharon y se gritaron el uno al otro, Martín no sabe cómo ni qué pasó. Solo escuchó el sonido de la caída de un vidrio y platos, así que bajó a mirar. Vio a su padre sosteniendo el cuello de Juan Pablo y gritándole cosas malas. Martín se quedó allí, sin saber qué hacer, asustado de lo que sucedería si hacía algo.

“¡Papá no!" Gritó. Su papá se volteó hacia él y supo lo que iba a pasar.
“No me dirás qué hacer, pequeño mocoso".

Sintió dolor en la mejilla y sangre saliendo de su nariz. Cubrió su cara para defenderse, los golpes llegaban uno tras otro, siempre que esto sucedía, Martín imaginaba la escena desde la perspectiva de alguien más. Era como si volaría arriba de sí mismo, viendo lo que está pasando pero sin sentir el dolor o escuchar los gritos.

“¡José, basta!" Juan trató de detener a su padre, lo tomó por detrás y lo alejó de Martín.

“Es todo culpa suya, destruyó todo."

Mi Chico Inocente// Isargas (Corregiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora