Cap. 5

65 11 3
                                    


Mint.

Kibum.

Una vez hubo bajado del ascensor, pudo respirar con normalidad, se había sentido agitado todo el día y sobre todo esos ultimos momentos en la oficina de su jefe.

Había escapado apenas pudo, estaba comenzando a sudar solo por la tensión y la intensidad de aromas dentro de la habitación, odiaba la forma primitiva en que los alfas se expresaban con sólo soltar hormonas, sabía que no podían controlarlo pero ¡Los omegas no tenían culpa de eso! Los betas apenas sentían ese tipo de cosas pero los omegas eran realmente los más afectados.

Minho y el Alfa Kim olían extremadamente diferente pero ambos habían tenido una especie de batalla de ego en la oficina, a su parecer, y le había costado mucho no sonrojarse o huir cuando la esencia propia de Minho comenzó a volverse tan intensa que lo mareó hasta que el mayor de todos se fue del lugar, luego había balbuceado un poco delante del alto antes de correr al ascensor.

Una vez libre de la bruma en su cabeza se permitió pensar...

Había hablado con Minho, claro que fue porque su actitud cavernícola lo ameritaba, pero...habían hablado y estaba seguro que hubieran seguido si ese Alfa dulce no hubiera aparecido y distraído a ambos.

Intentó convencerse todo el viaje en ascensor que no había sido la gran cosa.

Solo que si lo era.

Los comentarios de la mujer beta en el restaurante no eran algo fuera de lo común, sabía lidiar con ellos y lo había echo durante años. No necesitaba la ayuda de un Alfa, pero también dentro de él se había sentido bien ser defendido, un poco tarde a su parecer.

Casi diez años tarde, Minho por fin había echo lo que esperaba de él, sabía bien que clase de persona era antes que todo cambiara, parte de el se alegraba con probar que seguía siendo un niño noble...

Aunque no quisiera admitirlo había extrañado a su amigo cuando todo cambió y nunca había comprendido qué había cambiado con él

¿Había sido la revelación que era un Omega? Lo dudaba...todos sabían que era uno incluso antes de su primer celo, además Minho nunca había tratado a nadie como a él, a ningún omega o beta. La duda había seguido hasta llegar a la conclusión que era algo contra él, lo de ser omega había sido una excusa, tenía algo contra él en ese tiempo, ahora parecía que ya no, pero no era como si pudiera olvidar todo y ser amigos, Minho había sido un idiota sin decirle las razones, además nada justificaba todo le había dicho aquella tarde.

Nada. Si volvía a hablar con él, sería estrictamente profesional como hasta ahora. Tendría tener una muy buena explicación, una disculpa por escrito y en público, con un auto y unas cuantas joyas implicadas tal vez entonces quizá, tal vez, consideraría la remota posibilidad (si se le daba la gana) de volver a hablar como conocidos cordiales. Sólo quizá, sólo un tal vez.

Salió del ascensor con un largo suspiro aliviado ya con el aire libre, pero no pudo dar ni un par de pasos cuando el aroma extraño de Kim lo detuvo, el castaño estaba mirando alrededor de la estancia como buscando algo, cuando lo vió este se acercó sonriendo.

Fuera de lo profesional se permitió fijarse en lo bonita de la sonrisa del mayor, formaba arrugas bajo sus ojos y era un gesto sumamente cálido,tan diferente a su sonrisa cordial de antes, el joven castaño se detuvo ante él y Kibum hizo un gesto de saludo.

—Señor Kim, ¿Se le ofrece algo?— El más bajo negó sin quitar la sonrisa, y él no pudo evitar devolver la sonrisa, era extraño, se sentía ¿contento? El aura extrañamente dulce y cálida del más bajo era relajante.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 24, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Esperanza Perdida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora