S E I S

580 85 12
                                    

Los días pasaron y con ello la boda de ambos estaba mas cerca. Decidieron hacerla en el salón que tiene el edificio dónde viven, ya que solo van a estar, los padres de Joaquín, ya que Emilio sigue negándose a invitar a los suyos, Fernanda, David y Leti, serán los únicos invitados. Cuando los últimos dos se enteraron de su compromiso, se emocionaron mucho y se alegraron.

Joaquín seguía fatigándose cada vez mas, a pesar de las insistencias de Emilio para llevarlo al médico o que lo dejara revisarlo este se negaba
rotundamente, al final Emilio termino sediendo.

En estos momentos Joaquín acaba de llegar al hospital, con algo de comida que preparo para Emilio, pues desde ayer a las tres de la mañana fue llamado del hospital y hasta ahorita las once de la noche. Joaquín se preocupo y decidió traerle de comer, ya que sabe que si tiene pacientes no come absolutamente nada y no quiere que se enferme, bueno ademas que lo extraña mucho. Se dirigió a recepción y preguntó por su prometido, le dijeron que esta en la cafetería del hospital.

Camina a paso lento, entra y ve la melena rizada tan única y se acerca y cuando esta lo suficientemente cerca toca ligeramente el hombro y en cuestión de segundos Emilio voltea, y en el momento que lo ve se le forma una gran sonrisa. Joaquín deja la comida en una mesa cercana y abraza a Emilio por la cintura, este lo abraza rodándolo por completo.

— ¿Qué haces aquí bonito? Es muy tarde para que estés aquí

— Acaso no recuerdas que vivo cruzando la calle contigo, ademas soy lo suficientemente grande para cuidarme —se acurruca mas es el pecho del mayor. Le gusta sentir la calides que le proporciona el cuerpo de su prometido

Suelta una risita— Tampoco tienes que ponerte así, yo solo decía por qué me preocupo por ti chulo —se separan levemente del abrazo, lo suficiente para verse a los ojos, escucha como Joaquín susurra un "lo siento" — Descuida —lo toma de la nuca y se inclina un poco para poder besarlo.

— Te traje comida, se que cuando tienes mucho trabajo no comes y no quiero que te enfermes —susurra aun abrazando al rizado

— No debiste molestarte —Joaquín iba a reprochar— Pero que bueno que lo hiciste, ya me dio hambre

Joaquín ríe, se separa del abrazo y se sienta en una de las sillas que tiene la mesa donde había dejado la comida, palmea la silla que esta a su lado y Emilio sonríe mientras se sienta en la silla. Destapa la comida y se la da al rizado y este comienza a comer.

— Esta muy rico todo —musita el rizado, disfrutando de la comida

— Me alegro de que te guste, lo hice con mucho cariño

Una vez que terminó de comer, se levanta de la silla y toma la mano de Joaquín y comienza a guiarlo. Él castaño no pregunta a donde lo lleva, solo se deja guiar.

Se detiene justo enfrente de una puerta, ve como Emilio saca una tarjeta de su bolsillo, y la coloca en la cerradura, de inmediato la puerta es abierta, toma la mano de Joaquín y lo adentra al cuarto.

— ¿Qué hacemos aquí? —pregunta confundido

— Es mi cuarto de descanso —lo abraza por la cintura y lo pega a su cuerpo, Joaquín coloca sus manos en el pecho de Emilio— Y respondiendo a tu pregunta, te traje para poder besarte a mi antojo

Joaquín sonríe y sin mas, toma de la nuca a Emilio, se pone de puntitas, junta sus labios en un beso.

El beso sube de intensidad, sus lenguas comienzan a hacerse presentes, el mayor baja sus manos para comenzar a tocar el trasero de Joaquín y este jadea por la sensación.

A tientas Emilio se deja caer con Joaquín aun encima de él, se acomoda para quedar a horcajadas, se separan un momento para tomar aire.

— No voy a tener sexo aquí —reprocha el menor

Mi Corazon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora