Donde Chan vuelve a casa después de la universidad para ver a su hermanastro, pero JeongIn cambió y ya no es el pequeño que conocía, ahora, es porrista y está saliendo con alguien. Chan no sabe por qué todo esto lo inquieta, pero lo hace. Y apesta.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Veían Zoolander quince minutos después. JeongIn se había puesto su pijama, que consistía en calzoncillos de boxeador y una sudadera con capucha que inicialmente pertenecía a su hermanastro. Chan llevaba una camiseta de Batman y el pantalón de Yonsei. Los dos estaban tendidos en la cama de Chan y su atención estaba enfocada en la pantalla del televisor.
Cuando entraron, le hicieron saber a Dongyul que habían llegado a casa sanos y salvos. El hombre había murmurado algo que no tenía sentido y luego procedió a roncar. Chan se echó a reír y se volvió hacia JeongIn con un "oh, así que de ahí lo sacaste" antes de que su hermanastro lo echara de la habitación. Ahora, ya se habían establecido pacíficamente y pararon de golpearse con objetos aleatorios. Se sentían cómodos. De vez en cuando, Chan hacía una risa tonta por algo de la película y JeongIn sonreiría ante el sonido. Había pasado un tiempo desde la ultima vez que habían compartido algo así, se sentía agradable.
—No creo que entre a tu habitación a menos que estés aquí. Huele demasiado a ti —dijo JeongIn en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que su hermanastro lo escuche. Chan sonrió al poner su mano en el tobillo de JeongIn, que estaba junto a él.
—Me aseguraré de visitarlos más a menudo. Y llamaré también, lo prometo.
—Bueno, no rompas tu promesa.
—¿Alguna vez he roto una promesa que te hice, JeongIn?
JeongIn negó con la cabeza mientras miraba la pantalla. —No empieces.
Chan asintió mientras su mano se movía suavemente sobre la espinilla de JeongIn. —No lo haré. Ahora cállate, lo bueno está por venir.
—Todo Zoolander es, literalmente, lo bueno, Chan —JeongIn sonrió y se volvió para mirarlo—Tú de todas las personas deberías saber eso.
Chan sonrió y se acomodó, arrastrándose para poder recostarse junto a JeongIn. —Tienes razón. Supongo que eso significa que deberías estar callado durante toda la película.
JeongIn se echó a reír, golpeándolo con la almohada. Chan sonrió y se la arrebató, poniéndola debajo de su cabeza. —Ahora es mía.
—Imbécil.
—Shhh.
JeongIn puso los ojos en blanco y apoyó la cabeza en el hombro de Chan, utilizandolo como almohada. Los dos estuvieron callados por un rato, viendo la película en paz. Estuvo esa risa tonta que hace reír a JeongIn en respuesta, y ambos a veces compartirían un toque suave solo porque sí. Se echaban de menos el uno al otro. Todo estaba en silencio, o al menos eso fue hasta que el teléfono de Chan comenzó a sonar, JeongIn se arrastró hacia la mesa de luz para leer en el identificador de llamadas.
—Es Felix.
Chan negó con la cabeza. —Le dije que estaría con mi familia durante los próximos días. Ignóralo.
