SEGUNDO ACTO - SEGUNDO CUADRO (15 minutos)

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(Se desarrolla en la habitación de María Xipahuatzin, en donde destaca una gran cama con pabellón)

MARÍA XIPAHUATZIN.

(Cruza la puerta, la cierra y desliza el pasador que la asegura, lleva abrazado contra su pecho el legajo que le entregó Pedro de Gallego y se dirige al centro de la habitación para sentarse sobre la alfombra a la usanza de las mujeres aztecas).

Ay hermana, no sé como es que he podido vivir hasta ahora en esta terrible y triste añoranza.

No sé en verdad que sería más fatal para mí, si ver la destrucción de todo lo amado como tú lo has visto, o ver el horizonte y no reconocer nada, con la certidumbre que eso es lo que queda de la pasada gloria de los hijos del sol, NADA.

(Mira la primera hoja de la carta que está por leer y pasea la vista por toda ella). Entiendo tus razones de confidencialidad al escribirme en otomí usando la escritura europea, ya que hasta ahora es seguro que ningún europeo entiende el otomí y de los que conocemos el otomí solo tú y yo conocemos esta escritura, así que entiendo porqué lo hiciste, pero además de eso, es para mí un bálsamo sanador, reconocer los sonidos del idioma que tu amada madre se empeñó en que aprendiéramos a hablar con fluidez.

(Levanta las hojas que descansan sobre su regazo y se dispone a empezar a leer).

"Muy amada hermana":

(Interrumpe la lectura y mira feliz hacia el frente -hacia el público- para decir)

Esa soy yo.

(Continua con la lectura moviendo los labios, pero la voz que escucha el público no es la de ella, sino una voz femenina de origen indefinido)

VOZ FEMENINA

"Si todo sucede con la celeridad planeada, estarás leyendo estas mis letras dentro de tres meses, y solo una semana después del arribo de Fray Juan de Zumárraga a España".

Ruego al "Señor del Cerca y Junto" que estés sana y cuerda, y también deseo que seas feliz, aunque entiendo la dificultad de que eso sea posible en la plenitud que fue. Pero te invito a que recuerdes el olor de las flores, el canto de las aves y la alegría de las danzas, para que esos recuerdos junto con la sensación de mi presencia abrazándote, hagan posible arrancarle una sonrisa a tu tristeza.

(María sonríe).

Acá sigue el avance de la invasión al punto que resulta imposible pensar en alguna forma de recuperación de lo perdido, ya nada de lo que fue podrá ser nuevamente, solo resta sobrevivir para penetrar la estructura del gobierno impuesto por los españoles, para que las futuras generaciones puedan desplazarlos con paciencia y astucia, pero por ahora me siento sola, y el tamaño de la tarea me espanta, aunque nunca permitiré que nadie lo sepa.

Los generales de las guarniciones que no participaron en la defensa de México-Tenochtitlan, se han coligado en un consejo de resistencia, pero no cuento ni con su confianza ni con su apoyo, ellos son catorce, y solo el señor Ococaltzin me ha informado de lo que sucede a riesgo de su vida, porque lo pueden acusar de traición si se sabe que mantiene contacto conmigo.

Yo sigo contando con la protección del emperador español, quien a demostrado ser tan inteligente y audaz como el señor Netzahualcóyotl, gracias a ello soy escuchada y temida por los miembros del consejo de gobierno que en días pasados llegó para substituir a la "Primer Audiencia".

Los sacerdotes cristianos siguen siendo de mucho apoyo para frenar la barbarie en contra de nuestro pueblo, yo no entiendo muy bien sus motivos, pero estoy convencida de su sinceridad, aunque no dejan de ser muy peligrosos cuando se confrontan con cosas que no entienden. Tal parece que tienen miedo de aprender, por eso prefiero no hacerlos pensar fuera de sus estrictas formas de explicar lo que ellos llaman "la verdad".

LA PRINCESA XIPAHUATZIN (Obra de teatro)Where stories live. Discover now