Capitulo 3: Este lugar no da miedo (Farah)

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Comparto celda con Kira, Fátima y Valeria. Mis grandes amigas de este lugar, no diré que soy una mujer peligrosa o algo así. Lo soy, pero no pretendo que todos los sepan.

Todos tienen sus propios problemas, pero yo, yo enserio tengo problemas. Ustedes nunca han oído que a pesar de estar en prisión los personas en el negocio en el que estoy seguimos trabajando, pues es verdad. Siempre tengo visitas y trafico algunas cosas, al igual que manejo mis asuntos.

Flashback

-Siguiente- Dijo el guardia dándome mi ficha. Me tomaron fotos de todos mis ángulos.

Al entrar vi mujeres haciendo de todo. Tatuando, fumando, durmiendo, besándose incluso. Nada de lo que me sorprendiera en realidad.

Llegamos a mi nueva casa. Una celda con una chica en su interior. Chica de cabello corto que se encontraba dormida sobre una de las camas del pequeño lugar.

- Listo, está será tu lugar - Entré sin decir nada, pues la mujer estaba dormida.

Me senté sobre mi nueva cama. Los pensamientos de todo lo que hice en estos últimos meses me vinieron a la cabeza, las fiestas sin control de cada una de ellas, el alcohol que tomé, las muchas mujeres con las que amanecí. Todas mujeres que solo quieren dinero para poder mantener con vida a alguien familiar o al amor de su vida.

La fémina dormida empezó a despertar poco a poco.

- Hola, ¿Qué tal? Supongo que eres la nueva. La chica que tiene todo un imperio de droga

- Sí, y tú la mejor sacando joyas de las partes más recónditas de la tierra. - Se puso de pie y estrechamos las manos.

Me acosté en mi incómoda cama y descansé unos minutos, ya que un sonido dijo que era momento de la ducha.

- Aaah, hay que ir a los baños rápido o se acabarán las mejores duchas. - Tomé mi toalla y salí corriendo junto con mi compañera. Nos valió mierda el que los oficiales formarán a las demás.

Llegamos en buenas duchas, el agua no era caliente, ni fría. Al poco tiempo todas las mujeres de la zona en la que estaba empezaron a entrar. Cada culito más bueno que el anterior, los senos de cada eran diferentes pero encantadores.

Tomé mi cantidad correspondiente de jabón. Mientras tallaba mi cabeza con fuerza una chica tocó mi espalda.

- Disculpa, perdón por molestar...¿Tienes un poco de jabón que me puedas regalar? Me han ganado todo lo restante y no me gustaría oler mal - La mujer se mostraba un tanto tímida, pero era bella, su cabello cubría sus grandes pechos y con sus manos cubría su parte si íntima.

- Sí, ten - Le estiré una teja de jabón sobrante. La cara de la chica se iluminó al ver un poco de detergente en sus manos. - ¿Cuál es tu nombre? -

-Aam, me llamo Sarah. Gracias por esto - La mujer se fue irradiando felicidad mientras trataba de cubrir sus partes con sus pequeñas manos.

"No recurriré a la violación, ella va a caer por su propia cuanta". De tan solo pensar eso una sonrisa involuntaria de formó en mi boca.

Después de mi gran baño con agua tibia casi fría, regresé a mi celda aún con el pelo mojado.

- Veo que conociste a Sarah - Mi compañera de celda entro. - Ten cuidado con ella, sus ataques de ansiedad son lo que la llevaron a este lugar.

- ¿A qué te refieres? - Me mostré curiosa

- Sarah es una chica que se ve que no rompe ni un maldito plato, pero es más que eso. Algunas dicen que tiene esquizofrenia y que sus " voces"- Soltó una pequeña carcajada- Son las que le dicen que haga cosas malas. Nadie sabe a ciencia una cierta que es lo que le pasa, pero ten cuidado. No sabemos cuándo te va a querer matar con un lápiz. - Se recostó en su cama para empezar a leer un libro.

- Vamos, este lugar no da tanto miedo como lo describen.

¿Qué crimen cometiste, chica?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora