el chico del apartamento 512 [el del 512] | yoonmin

driving home for christmas

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Escuchó alguna vez que los deseos suelen hacerse realidad sin importar qué. Era una frase que escuchaba muy seguido y por ello, él quizás hizo caso a aquello dicho. Aunque claro, era un niño pequeño y la rapidez con la que llegó a creer en aquella célebre frase, se podía entender gracias a la edad con la que escuchó aquel dicho. Pero ahora, sabiendo de primera mano que a veces lo que uno desea no podrá hacerse realidad por más que se quiera, a él realmente le importa poco lo que pasara después de fracasar en aquel anhelo ahora lejano.

No es que alguien se lo haya dicho o al menos alguien que se lo haya advertido, pero la tristeza tiene un sentimiento diferente luego de haberla experimentada por primera vez. Dicen que es un poco amena y menos dolorosa que la anterior. El primer bocado amargo, siempre será peor que la segunda, eso escuchó.

¿A caso no es así?

Yoongi siente que es algo más pesada, más profunda y más larga. Quizás sea el tiempo, el clima o hasta la manera en cómo las personas se comportan a su alrededor, pero de lo que está realmente seguro, es que la tristeza está siendo más fuerte de lo que alguna vez pensó que sería.

24 de diciembre se puede notar tanto en su teléfono como en su calendario sobre su escritorio. Prácticamente eso le da a saber que en un par de horas será navidad y que tiene que asistir a una cena navideña en casa de Hoseok porque esta vez, él y su familia podrán reunirse a celebrar la navidad por primera vez, luego de no hablar por casi cinco largos años.

Sus ganas de ir son nulas como sus ganas de salir de su apartamento, pero Hoseok se encargó de hacerlo ir porque sus palabras fueron más que claras:

'Hoy estarás en la cena con mi familia porque eres como mi hermano: eres parte de mi familia, Yoongi. Además, si intentas escaparte, no podrás hacerlo porque estás frente a mi estudio, y será fácil encontrarte porque no eres un completo conocedor de Busan'

Y sí, quizás sus ganas de asistir sean pocas, pero Yoongi aceptó ir también por su amigo. Es decir, es la primera vez que Hoseok celebrará navidad con su familia y arruinársela de esa manera, él definitivamente no se atrevería a hacerlo.

Pero si vamos al momento, a las ocho cincuenta de la noche en el Min Genius Studio, podemos encontrar a un Yoongi con la mirada negra perdida en aquel ventanal. La ciudad de Busan es bella de noche, y si añadimos el hecho de que la nieve provoca que la metrópoli sea una bella escena navideña digna de una película, cielos, en definitiva era una preciosidad que merecía ser conocida por todo ser viviente en el mundo.

A su lado derecho, una copa de vino se posa a la mitad y la botella que contenía aquel líquido púrpura, ha quedado oculta bajo el mueble por el golpe que Yoongi le dio sin querer. Entre sus manos hay lápiz y papel, pero estas han estado sin utilizarse por varios minutos y todo comenzó cuando volvió a llamar al teléfono de Jimin y recibió la noticia de que el número fue desactivado.