Prefacio

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Hoy se queda en casa a cuidarme; joder, lo había olvidado por completo. Es viernes.
Como en todas las semanas, claro.

— Ella ya está aquí, portante bien, no la hagas enojar. Te veo el lunes.— anuncia Mark. Siempre me deja solo con ella.
Nunca entenderé el por qué de su distanciamiento conmigo. Yo no tengo la culpa que mi madre se haya ido quien sabe a dónde, ni mucho menos con quién, pero...tengo una noción de ello.

Él se va rápidamente, dejandome solo en su despacho. Ni siquiera me dejo despedirme de él, a donde sea que tenga que ir como todo los fines de semana.
Veo a través de la ventana como se va alejando de la casa en su flamante auto.

No queda nadie, sólo ella y yo.

Mi padre jamás da la orden de que todos los sirvientes tengan que irse, pero ella lo hace.
N

o sé por qué lo hace. Aunque lo que si, es que debí haber hecho que la despidieran como todas las demás por culpa de mis caprichos.
Pero no lo hice...no porque sus juegos, de una manera maquiavélica, me gustaban.

Aunque ya estoy cansado de ello.

Suspiro.

¿Cuando irá a parar todo esto?, me pregunto con más frecuencia de lo debido. No es que no me gusten sus extraños juegos, si me gusta muchísimo, pero me lástima y a mi no me gusta lastimarla a ella, mucho menos.

Espero no encontrarla por aquí, esconderme de ella es lo mejor.

Me voy a mi recamara, con toda la resignación del mundo y cuando estoy por llegar, unos gemidos se escuchan al interior de mi recamara, ¡¿que rayos?!.
Abro la puerta y la encuentro semidesnuda, sólo en bragas y sus enormes pechos expuestos. Siento algo extraño en mi cuando la veo.

En sus piernas se encuentra una laptop, a lo tanto ella se da cuenta de mi presencia, pero sigue viendo ese vídeo que parece ser pornográfico.

— ¿Estas listo, amor?— se dirige a mi con una expresión de deseo; yo solo me limito a verla muy nervioso. Ella me pone de esa manera. El día que la conocí, fue tan extraño que una persona me intimidara tanto como ella lo hace. Debo admitir que me sentí su presa la primera vez que me tocó. Me volví loco al sentirla. Pero luego, todo  se torno extraño cuando empezó a golpearme la segunda vez que estuvimos juntos.
Hasta que ella me lo explicó.

Quería morder esos pechos, pero mi moral me contenía, eso no estaba bien.
Ella, velozmente quita la laptop de sus piernas y se pone de pie, enfrente de mi. Ella es más alta que yo, un puerto de apenas un metro sesenta.


Me fijo en su cuerpo.
Juventud y perversidad abunda en su hermoso ser, me pregunto, ¿por qué ella se fija en mi, cuando puede tener a un hombre mayor a su lado?.

— Respóndeme, ¿estás listo? — su voz autoritaria me pone mas nervios.

Me exige que le conteste y yo asiento. Quiero estar con ella pero se que esto no esta bien, lo de ella y yo no puede ser, no es correcto.

— Si...e-estoy listo.

Empezamos otra vez lo mismo que hacemos cada fin de semana, desde que tenia once años. Tener sexo salvaje con una mujer joven y al ultimo terminar golpeado sin fin, experimentando cada sensación que un hombre puede sentir y hacer sentir a una mujer como ella, una mujer de escasos veinte años que le gustan los "niños como yo". Descubro cosas con ella las cuales todavía tengo tiempo para hacerlo.

Pero ella me está enseñando a ser un hombre y me ha dejado una enseñanza: "a las mujeres les gusta que las golpean cuando tienen sexo", eso es lo que yo hago con ella y ella hace conmigo.

Aquí vamos de nuevo.

Tráiler por: xTeamNaclemx
Gracias chicas, son lo mejor!! Las amo :)

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Explosión [L.T]#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora