Epílogo.

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Tenneessee.

Había perdido la cuenta de los sonidos que emitía esa maquina a mi costado. También había perdido la noción del tiempo, así como las veces que había llorado en lo que va del día.
La habitación del hospital se encontraba vacía; aunque no del todo, ya que sólo estaba mi dolor y yo.

Después del degrado al que me habían sometido hace horas a tras, así también terminó el efecto de la anestesia en mi sistema, desperté; así que sin más que hacer, me he quedado en la misma posición.
No sé quien de mi familia se haya enterado de que estoy aquí. La única persona que me trajo al hospital, fue nada menos y nada más que Kepler.

No quiero recordar como llegué aquí, o tal vez no pueda hacerlo porque en mi mente solo está el recuerdo de anoche. Sus palabras, su enojo, su furia, esa mirada azul inyectada de sangre... todo; parece que jamás va a salir de mi cabeza, con el único objetivo de torturarme en una larga agonía.

En este momento me siento vacía, sola, rota... sin sentido, sin ningún motivo para seguir viviendo. Quiero morir.
Me doy cuenta, además, que hubiera preferido haber muerto junto con mi bebé a manos de él. Hubiera sido mejor que sentir todo este sufrimiento que parece arrancarle el pecho y asixiarme a la vez.

"Él lo mató".

Mi mente repetía esa única frase, como ecos en ella, que parecía que no iban a cesar nunca.
La imagen de él daba vueltas por mi cabeza, con esa frase anterior, causando algo más que el dolor y sufrimiento.
No tengo palabras para describir lo que siento.
Lo único que sé es que quiero morir...aunque ni eso puedo hacer... estoy en un estado de shock, donde ni siquiera puedo moverme.

Una enfermera entra a la habitación y ni siquiera me molesto en verla, hago como sino estuviera. Estoy muy concentrada dentro de mi mente, que lo exterior parece haber quedado sin sonido.

Es sorprendente todo lo que causa el odio, la venganza, la intriga y los celos. No sólo causaron mi destrucción, sino la muerte de una criatura inocente.
Si tan solo me hubiera quedado con Eleanor, esto ni siquiera estuviera pasando.

La enfermera, sale tal como entró, en mi mente sólo se escucha el sonido de su voz en seco; ella grita a alguien que ya desperté.
A los pocos segundos, un doctor que se me hace conocido entra a la habitación en donde estoy, haciéndome un chequeo de reflejos con una pequeña lamparilla. Lo veo tan cerca de mi y me doy cuenta que es el doctor Woods al que estoy viendo frente a mi.

—¿Cómo te sientes?— pregunta pero sólo el sonido de su voz se escucha en mi mente, ningún  sonido exterior alguno.
Hasta parece una jodida película, todo parece ocurrir en cámara lenta.

En fin, no le respondo. No tengo nada que decirle, él debe pensar al menos como me siento. Es mas, ni siquiera puedo responderle.

Aún con este estado de loca que tengo, aún con todo el caos en mi mente, puedo darme cuenta de lo exterior. Woods limpia las lágrimas de mis mejillas con cuidado, como si estuviera hecha de cerámica. Aunque su buena acción es en vano, por nueva cuenta las lágrimas abandonan mis ojos para dirijirse a mis mejillas, de nueva cuenta.

— Estarás bien, Tennessee. En unos días volverás a tu casa...— me habla pero hago como sino estuviera escuchándolo. Cuando él pronuncia la palabra "casa", mi corazón se contrae al sólo verme a mi misma volviendo a casa con él...

Explosión [L.T]#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora