𝚡𝚟Ꭵ.𝚌 𝚊 𝚙 𝚒 𝚝 𝚞 𝚕 𝚘

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Senti como el agua caía por mi cabello, tocando las raíces de este para bajar por mis hombros y tras un largo viaje, irse por el desagüe. Apoye ambas manos en la pared enfrente mío, vi hacia mis pies y vi como la sangre oscura iba desapareciendo de mi cuerpo.

Sequé mi cabello con una toalla, me puse una sudadera negra y un short. Un pequeño porcentaje de cabello mojado hacia caer finas gotas de agua en mi piel. Fui a la cocina, saque los ingredientes para lo que tenia pensado hacer, batiendo y revolviendo, una cucharada mas y otra menos. Sin si quiera pensarlo empece a cantar. No me sabia muchas canciones, ni tampoco tenia muchas ganas de hacerlo mientras que otras personas podrian veniar y oirme cantar, pero senti que era una buena forma de levantarme el ánimo.

"Porque todo lo que
queria era ganar."

Me arrodille quedando a la altura de un gabinete, sacando un paño nuevo, el que tenia ya estaba demasiado mojado y usado.

"Ahora en mi trono estoy,
viendo como destruyo lo que
alguna vez ame."

Lavé los utensilios que habia utilizado y los deje secando sobre el paño recien sacado, prendi la hornilla y el fuego llego al instante.

"Si sincera soy, nunca
espere que el resplandor
traicionara a mi corazon."

Vertí una parte de la mezcla en el sartén y me quede apoyada en el mesón viendo como este se iba adquieriendo color. Decidi ir poniendo la mesa, asi que saque los manteles y cubiertos.

"Si reina soy,
nadie me podra
parar."

Alineé los cubiertos, verificando que cada uno estuviera en la posición correcta, serví los vasos y saque jugo de naranja, vertí un poco en cada uno y luego lo guardé.

"Porque tomaré venganza
de aquellos que me
dieron la espalda."

Volteé la tortita y vertí más mezcla. Agarre una de las sillas y seguí tarareando la melodía de la canción, deje la silla cerca de la cocina y me senté. Apoyando mis pies sobre ella mientras los abrazaba con mis brazos, mire fijamente al sartén.

"No seré una rosa más,
pues mis espinas
te lastimarán."

"Estoy demasiado alto."

"Ya no me puedes lastimar."

"No me puedes herir."

"No me puedes tocar."

-¿Sabias que tener una sirena es ilegalisimo?- Preguntó una voz a mis espaldas. Por el susto me tambaleè en la silla al dar casi un brinco.- Porque solo una sirena podría cantar de bien como lo estabas haciendo.- Entonces escuché unos pasos, al voltear a mi izquierda vi a Vegetta, tenía el cabello ligeramente despeinado, pero sonreía como un niño, se le veía muy feliz.-

-Buenos Días a ti también.- Le devolví la sonrisa y el se acercó al sartén, volteando la tortita, agarró una silla y se sentó junto a mi.- Entonces ¿Me estás diciendo que soy ilegalisima?- Bromee, el río y nego mirando al suelo. Luego me volvió a mirar.

⟲ 𝙛 𝙤 𝙧 𝙜 𝙚 𝙩 ⟳ 𝕜𝕒𝕣𝕞𝕒𝕝𝕒𝕟𝕕 𝕪 𝕥𝕦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora