⟲ 𝙛 𝙤 𝙧 𝙜 𝙚 𝙩 ⟳ 𝕜𝕒𝕣𝕞𝕒𝕝𝕒𝕟𝕕 𝕪 𝕥𝕦

𝚡Ꭵ𝚡.𝚌 𝚊 𝚙 𝚒 𝚝 𝚞 𝚕 𝚘

-Adios.- Dijo aquella chica despidiéndose de su amigo, el cual le sonrió sin mostrar los dientes. Cerró la puerta de la habitación y se dirigió a la cama. Apenas se volteó, su semblante pasó de uno feliz a uno totalmente cansado, como si no hubiera dormido nada. Restregó sus manos por su cara y se lanzó a la cama. Su cuerpo quedó boca abajo, miraba hacia la ventana de la habitación. Movía los labios hablando en silencio, tenía una de las camisas del dueño de la casa, había andado con sus pantalones la mayor parte del tiempo, pero cuando entró al cuarto se los quitó y se quedó en ropa interior, mostrando así solamente la cabeza al despedirse de Auron. Se movió quedándose boca arriba y extendió los brazos a lo largo de la cama, miró al techo y se quedó quieta. Cerró los ojos un momento, relajando su respiración y tratando de no pensar en nada.

"- La voz era tan fuerte que la otra persona tapó sus los oídos.- ESTOY AQUI, MIRAME A MI, MIRAME A MI.- La persona quien gritaba sacudió de los hombros a la otra, al ver que no reaccionaba le dio una cachetada."

La chica de inmediato se despertó y posó su mano en su mejilla, tenía la respiración  elevada. Frunció el ceño y se quejó en silencio,se volvió a arropar como un niño lo haría para protegerse de las sombras de la noche.

"Te dije que pararas, no vas a hacer eso ¿me oíste?- La persona agarró la muñeca de la otra, ejerciendo un poco de fuerza.- Entiende, que no voy a dejarte escapar..."

Nuevamente la chica se despertó agitada, gruñó y se destapó, quitandose la sábana. Cerró los ojos, pero de inmediato los volvía a abrir. Soltó un suspiro quitando por completo la sábana de su cuerpo y poniendo sus brazos a sus costados. Sus labios formaron una línea recta y miró al techo.

Luego de un rato se volteó y se sentó en el borde de la cama. Restregó sus manos contra sus cara y se levantó. Decidió no encender la luz, dejando que solamente la luna alumbrara el lugar. Recorrió cada rincón de la habitación, la cual era un tanto pequeña, pero al final no encontró nada interesante. Oyó como una puerta se abría, luego como la madera crujía. Se acercó a la puerta y posó su oido en ella, tratando de escuchar lo máximo que podía. Cuando los pasos se disiparon se dirigió a la ventana, se arrodilló en el suelo, levantó la cabeza para ver por el cristal.

Cuando por fin pudo distinguir las figuras, se dio cuenta que no era más que Lolito y Auron conversando, claro que, no se veía como una conversación agradable. Lolito traía una espada de hierro en la mano, y hacia gestos grotescos a su contrario el cual asentía de vez en cuando, subió levemente la ventana, queriendo saber de que hablaban.

-Lolito, entiende. No sé dónde está, y además no puedes...- La voz del psicólogo sonaba cansada, la joven se preguntó que hora sería.-

-Me importa una mierda que puedo hacer y que no.- Habló entre dientes.- Pero algo que no pueden hacer es acercarse a mi niña.- Sentenció con furia, incluso como susurro se sintió como una fuerte amenaza.

La chica se quedó un rato escuchando la conversación, hasta que decidió que era suficiente. Cuando fue a bajar la ventana, esta se cerró de un tirón, provocando un pequeño sonido por el impacto del aire. Miró por la ventana, Auron y Lolito no estaban. Volvió a su cama, y cuando estaba apunto de volver a quedarse dormida, oyó un sonido abajo, abrió levemente un ojo y miró la puerta, estaba cerrada. Cambió de posición y volvió a cerrar los ojos, estaba apunto de volver a soñar cuando sintió como unas manos agarraban su cuello impidiendo que respirara. Abrió con sorpresa los ojos, lo primero que vio fueron aquellos ojos rojos. Su cabello caía a los costados de su cara, haciendo que el único punto distinguible fuera aquel par de rubíes. Sintió como su cuerpo se debilitaba, intento luchar, pero su cuerpo no tenía fuerza ni emocional, ni física. Lo último que oyó fue un llamado, no a su nombre, si no al hombre que estaba sobre ella.