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- Hasta para comer helado eres un ñoño - Richie molesta, empujando el brazo de Eddie para que se manche su nariz con la crema.

- La vainilla no tiene nada de malo - Dice el chico, limpiándose la punta de la nariz con un pedazo de papel y posteriormente copiando su acción, haciendo que los lentes de Richie se manche de su helado.

- Mierda, Eddie - Se quita los lentes, parpadeando un par de veces para ajustar su visión - Solo digo que hay cientos de helados por probar y crear, ¿Y tu eliges vainilla?.

- Me gusta lo simple.

- Oh, querido, tomaré nota - Ambos se quedan en silencio, la mirada de Richie se alarma al ser consciente de lo que dijo - D-de seguro compartes gustos con tu madre.

Otra vez tartamudea, dios, ¿Quien se cree? ¿Bill?.

Eddie carraspea, algo perdido en sus pensamientos.

Mierda Richie.

Mierda, mierda y mierda.

Que no sospeche.

Y sobretodo: Que su mente no se ponga paranoica.

- ¿Como te fue con la última chica?.

Llore por tu culpa.

- Bien, muy bien, si, deberías haberla visto, tenía unas grandes tetas y su culo, dios, el segundo mejor que vi desde el de-

Eddie le estampa todo el helado en su cara - No sigas.

- ¡Mierda, amigo! ¡Iba a decir Meg Ryan!.

Pero Eddie no le cree.

El chico se para, tomando unas pastillas de su canguro y botandolas, su mamá revisaría - Recógeme a las 11, yo les diré a los demás chicos de la fiesta.

Richie alza una ceja, aún con helado en el rostro - Se nota que no sabes nada de estas fiestas, no debes ser puntual - Aunque no avisaron hora - Te recogeré once y una.