CAPÍTULO 7:《AMISTAD》

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Voy tardísimo para el colegio, eso me pasa por lavarme el pelo en la mañana, aunque tenía el cabello muy sucio. Llego casi corriendo y entro al aula justo antes de que lo haga la profesora, tomo asiento rápidamente en el primero asiento que veo disponible y me dispongo a escuchar la clase, hasta que Lucía entra y me ve con cara de asesina, no entiendo porqué hasta que giro la cabeza a la derecha y veo a Alex sentado a mi lado, conste que sólo fue por casualidad, yo no hice nada, además, sólo estoy sentada al lado de él, no es gran cosa.

No es gran cosa hasta que me saca conversación muy amistosa y amablemente, aunque muy amistosa para mi gusto, por que de un momento a otro me empieza a hacer caricias en las manos y la sonrisa le llega de oreja a oreja. Me doy cuenta de que de vez en cuando mira disimuladamente a su izquierda, y cuando veo a que mira tanto pues me encuentro con Lucía con la cara totalmente roja, literal parece un tómate, y yo que me estaba ilusionando porque Alex tal vez quiso hacer amistad cuando en realidad sólo le quería dar celos a su exnovia, aunque bueno, yo si puedo hacer amistad con él sin importar nadie, por eso le presto total atención y me involucro en la conversación de vez en cuando haciéndole caricias en las manos justo como él a mí, sí quiere darle celos a su ex novia pues por mi no hay problema con tal que no me jale por los pelo, seguimos así hasta que suena el timbre y entra el profesor de la segunda hora para dar su clase.

Cuando el timbre para el comedor suena no pierdo tiempo y salgo rápidamente, pero me quedo esperando a Isa afuera del aula. La primera que sale es Lucía que me mira como siempre seguida de sus amigas, después de ella sale Matteo quien me saluda con un efusivo abrazo.

―¡Hola Eli¡ ¿Como estas? Una pregunta rápida, ¿cuál es tu apellido?

―¿Por qué la pregunta?

―Porque no me lo sé, no te presté atención.

―Ah, es... Torres ―por poco y se me olvida mi apellido falso, hago una nota mental para que no se me vuelva a olvidar.

Matteo me agradece y se va se mi vista. Cuando por fin sale Isabella me acerco a ella y a ella se acerca Alex, casualmente. Juntos nos vamos al comedor y nos sentamos en la mesa donde se encuentra Matteo totalmente sólo, cosa que me lleva a pensar dos cosas, la primera; que es muy extravagante y por eso la gente no se quiere sentar con él, cosa que dudo mucho, y la segunda; que sólo prefiere sentarse con sus verdaderos amigos.

Cuando suena el timbre de salida me encuentro con Alex que iba a la casa de un amigo de él que vive cerca de mi casa, en el camino conversamos un poco y la paso bien, es mejor que caminar sola, pero algo que se me hace muy extraño es que Alex está más amistoso de lo normal, tal vez hacer el examen de Historia juntos haya reforzado la amistad.

A las 5pm hago panqueca para la merienda, y justo cuando me estoy terminando la mía tocan la puerta de la casa, entre los cuatro nos miramos la cara y como ya supuse, me mandan a mí abrir la puerta, cuando lo hago me encuentro con la sorpresa de que es Isabella, nos saludamos con un abrazo cálido y chillidos de emoción, cuando Gustavo se asoma casi se le salen los ojos y automáticamente los dos se miran embobados, hasta que mi mamá y papá llegan a saludar, la invito cortésmente a mi cuarto y Gustavo nos persigue, y pensé que iba hacer el papel de lámpara, pero la verdad es que entre los tres pasamos lo que quedó de la tarde echando broma y jodiendo. A las 7 llegó Matteo para recogerla pero también lo invité a pasar y los cuatro conversamos muy agradablemente en la sala, Isa, Gustavo, Matteo y yo, algo que agradezco es que esté Matteo para hablar conmigo, porque Isa y Gustavo casi están hablando ellos solos en su mundo, y en esta conversación me ayuda a saber y conocer un poco más a Matteo, por ejemplo, que ha vivido toda su vida aquí y que los únicos amigos de verdad que tiene son Alex e Isabella, y que si sigo por el camino que voy, tal vez me considere una amiga de verdad.

Mis amigos se van casi a las 9 de la noche y nosotros pasamos rápidamente a la cocina para agarrar nuestras cena en el horno.

A las 11 me acuesto totalmente cansada por el día de hoy, sobretodo por recoger el desastre que era mi cuarto, me di un buen baño y cuando mi cuerpo se cubre con la cobija me siento en total comodidad. Repaso mentalmente el día de hoy y en todo el día estuve cerca de Alex, Isabella y Matteo, no se cuanto tiempo estaré aquí, pero lo que sí se es que ellos se han ganado mi confianza.

Para mí mala suerte casi no pude dormir por estar pensando estupideces con Alex, no se porqué razón, motivo o circunstancia, pero de repente me llegó la imagen de su carita linda en el cerebro y ya no pude sacarmela, excelente.

Por fortuna llego con tiempo de sobra a clases y le doy un pequeño recorrido al colegio, y sigo pensando que es muy grande. Llego a mi aula y veo a Isabella sentada detrás de Matteo hablándole muy bajito, como si fuera un chisme, me siento al lado de ellos saludandolos y ellos me devuelven el saludo agradablemente, creo que en el poco tiempo que llevo aquí ellos dos se han convertido en buenos amigos para mí.

A la hora del comedor salgo junto con ellos y nos sentamos en una mesa donde sólo se encuentra Alex, cada vez que lo veo me emociono, no se porqué, ni quiera es tan bonito, y ahora que lo veo bien, se ve más relajado, ya no tiene el ceño fruncido ni los hombros tensos, me saluda con una agradable sonrisa que haga que me derrita por dentro y yo se la devuelvo temblorosa.

Cuando salgo del liceo Matteo se planta al lado mío y dice que me acompaña, al comienzo hay un silencio cómodo, hasta que comienza a hacerme preguntas extrañas.

―¿Por qué quieres saber en que hospital nací?

―Por nada ―se encoge de hombros―sólo te quiero conocer un poco más ―menciona pasando su brazo por mi hombros.

―Si... mucha confianza para el tiempo que nos conocemos ―espondo quitando su brazo.

Seguimos el camino el silencio hasta que me pregunta quien soy, haciendo que los vellos de mi nuca se pongan de punta.

―¿Como que quien soy? Pues yo, ¿no me es estas viendo?

―Sé que túno eres quien dice ser ―me mira directamente a los ojos y tengo que tragar saliva para aguantar los nervios.

―¡Como así? ¿tienes problemas o algo? Soy yo, Eli ―digo apuntandome a mi misma y tranquilizando la voz para que no me tiemble. Me mira con los ojos entrecerrados y baja la cabeza para bufar.

―Mejor olvidemos el tema, ven, tomemónos una foto ―saca su IPhone 11 y actúo mi mejor sonrisa cuando captura el momento―Hasta aquí te acompaño, nos vemos mañana ―se despide con un beso en la mejilla y se va tan rápido que no tengo ni tiempo de decirle adiós. Eso fue raro.

Protección de...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora