Prefacio

70 12 0
                                    

―La quiero para mañana mismo, es una orden.

―Si señor, mañana mismo la tendrá ―dijo sin poner objeción, no le convenía que su jefe se molestara por algo tan..."simple" como creía. Sin más que hacer se puso manos a la obra, despejando su mente de todos los pensamientos adversos que tenía para hacer bien su trabajo, que no era para nada honrado, pero aceptando porque necesitaba el dinero.

Cuando la bomba quedó lista llamó a un ayudante de su jefe para que se la entregara inmediatamente, la pasaron a recoger y seguido de eso él fue a ver si sus hijos que ya estaban durmiendo, no le gustaba que lo hicieran tan tarde, sobre todo después del terrible incidente le costaba olvidar. Se acostó al lado de su esposa quien lo recibió abrazándolo por la espalda, cada vez que hacía eso pensaba en lo afortunado que era de tenerla. Cuando pidió explicaciones a su jefe del para qué sería utilizada solo dijo "ya lo verás", eso fue luz verde para saber que ya no quería trabajar para un hombre que no le importaba la vida de los demás, quiso renunciar, pero al ser muy bueno en su trabajo no lo dejaron abandonarlo.

Un día, cuando estaba de camino para su casa, una camioneta de la Policía Nacional se paró al lado de él y dos policías lo agarraron a la fuerza para subirlo al vehículo, fue llevado a un cuarto oscuro donde fue esposado a una mesa. Sentado ahí pensó en mil maneras de salir o de averiguar porque lo habían dejado ahí por tanto tanto, pensaba que lo iban a matar o llevar a la cárcel, pero no era nada como eso.

Cuando dos agentes federales ingresaron al cuarto sentándose en las dos sillas que estaban del otro lado de la mesa se presentaron diciéndole que pertenecían a el Comando Contra Antinarcóticos y Estupefacientes (CCAE) de la Policía Nacional y le hablaron de lo siguiente: ellos sabían que él trabajaba para un distribuidor de droga y que él era el encargado de su producción, necesitaban que él los ayudara con su investigación en contra de su jefe a cambio de que no levantarían cargos en su contra por producir metanfetaminas. En caso de que él se negara a aceptar, sería sentenciado a quien sabe cuántos años de cárcel por producción de sustancias tóxicas, le mostraron todas las pruebas contundentes que tenían en su contra y sin pensarlo dos veces aceptó el trato. Seguido de eso le explicaron todo el proceso que eso conllevaría y él tenía que entrar pruebas en contra de su jefe y delegar en su contra cuando fuera enjuiciado.

La principal razón de haber aceptado sin oponer resistencia sabiendo que los policías le podrían haber mentido es que ya no quería trabajar para ese ser tan despreciable al que llamaba "jefe".

Al pasar las semanas fue pensando en algo que le pudiera ayudar para delatar a esa escoria de persona, entonces lo supo, entró desapercibido a su oficina para buscar en el cajón donde siempre guarda sus cosas, rebuscó y encontró una pequeña libreta de cuero que tenía nombres y números anotados, salió casi disparado de ahí y llamó a los oficiales encargados. Al día siguiente recibió una llamada de los agentes, esa pequeña libreta era todo lo que necesitaban para poder llevarlo a juicio, le informaron que no podía salir de la ciudad, no pasaron ni cinco minutos de alivio cuando su jefe lo llamó. Llegó a su lugar de trabajo y todos sus compañeros estaban reunidoa alrededor de la oficina del jefe. Como lo sospechaba, reclama la pérdida de la libreta, después de pasar todo el día buscando al culpable y no encontrarlo, decide darles un ultimátum, si no aparece la dichosa libreta, todos pagarán las consecuencias.

Asustado por lo último dicho, va en busca de los oficiales donde optan actuar primero antes de que algo pueda pasarles a su principal testigo, deciden integrarlo al programa de protección a testigos. Tras explicarle todo el proceso que eso llevaba, simplemente aceptó, era mejor que quedarse y correr más riesgo.

De inmediato le informó a su esposa y esta lo apoyó sin pensarlo dos veces, sus hijos al principio lo tomaron mal, pero cuando le explicaron todo el proceso entendieron la gravedad del asunto, sin saber con exactitud el futuro de su vida y la de su familia, fue trasladado a un pueblo llamado "Alta Marina", donde tenía que empezar desde cero y continuar con su vida como si nada hubiese pasado, fingiendo que todo estaba bien y que solo eran una familia extranjera que se aburrió de la ciudad, con nombres falsos y un cambio de imagen, deseó con todas sus fuerzas que estuvieran seguros en ese lugar, pero el destino era incierto, confiaba en que todo saldría bien, sin embargo la inseguridad lo invadía cuando iban entrando al lugar donde tendrían que tener una vida nueva, esperaba que no tuvieran ningún inconveniente.

Protección de...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora