7• VIERNES

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Me encontraba en la universidad en el taller de Producción Audiovisual. El profesor Cesar Albir me caía muy bien, siempre nos animaba a dar lo mejor de nosotros. Como proyecto final debíamos presentar un cortometraje, era un trabajo grupal. Estábamos organizados, yo tenía en mente un sinfín de propuestas, me consideraba bueno para armar los guiones y, además, pensé en Valentina como protagonista.

La idea central era la música, ella era la indicada para representarla. Podía imaginarme las tomas, los planos, incluso, si lo pensaba en grande, me imaginaba hasta su largo cabello flamear como la bandera en el asta.

Algunas anotaciones afloraban en mi libreta, ocurrencias esporádicas realmente buenas. Nunca se sabe, podían ser útiles.

Hablamos en el grupo acerca de los posibles espacios exteriores e interiores del rodaje, como así también sobre la banda sonora. De esto último era el mayor aporte. Cada uno de nosotros tenía una banda favorita y gustos muy variados musicalmente hablando, lo que se tornaba interesante al momento de llevar a cabo este proyecto.

Las horas pasaban y no dejaba de mirar mi reloj, quería que fueran las doce del mediodía para ver a la linda chica de ojos verdes. Claro que no la molestaría en forma puntual, pero sí por la tarde, incluso al día siguiente estaríamos juntos en el concierto.

Cuando mi horario académico finalizó, corrí hasta el departamento. Almorcé y fui a dormir. Si he aprendido algo con los años es que dormir acelera el tiempo y, a pesar de que a veces odiaba pensar en ello, era lo que más necesitaba, dormir sin alarma.

Me sorprendí al darme cuenta de que todo mi viernes había pasado con rapidez. Me levanté atontado, no sabía que día era, si me había quedado dormido, si era de tarde o de noche. Lo único seguro eran mis ganas de ver a Valentina.

Tomé una ducha rápida y al salir observé la hora, las ocho de la tarde.

Desconcertado busqué un abrigo antes de sucumbir con prisa a casa de los Xerta; la ansiedad se encontraba latente. Tras intentos de llamarlos no obtuve respuesta. Las luces estaban encendidas, pero no había nadie en casa.

Cabizbajo regresé a mi departamento y ya no supe que más hacer. Mi viernes era un bajón, Valentina no estaba y había dormido demasiado como para volver a hacerlo.

Miré un programa de televisión mientras bebía una cerveza; plan nefasto y aburrido para una sola persona, pero no tenía opción.

Cambié de un canal a otro hasta encontrar algo que llamara mi atención, y de repente End of the Century: The Story of the Ramones apareció.

Había visto ese documental millones de veces. Ramones era una banda que llegó a mi vida casi como por obra del destino cuando Eduardo me hizo escuchar un tema. Teníamos 15 años, él era más de afuera, no estaba en el palo nacional, y a pesar de eso intercambiamos gustos. Es mi mejor amigo, hicimos la secundaria juntos y ahora llevamos la carrera a la par. Un tipazo.

Coincidencia o no, la chica de la cual me había enamorado venía fanatizada con dos grandes bandas que, para mi mayor suerte, conocía lo suficiente.

A medida que transcurría el documental tomaba notas respecto a todo lo que podía servirnos para nuestro proyecto final. Era casi seguro que Ramones tomaría un papel importante en nuestro cortometraje, dos de los cinco integrantes votaríamos por un sí rotundo.

El sueño comenzaba a invadirme, decidí que ir a la cama sería lo mejor. Pondría la alarma para ir a casa de Valen temprano y ver como estaba, de paso organizarnos para el concierto. Ya tenía pedido el auto de mi viejo, y solo accedió porque Valentina iba conmigo, además de trabajar todo un día en la ferretería para darle un descanso.

Reposé mi cabeza en la almohada y cerré los ojos hasta relajarme. El ambiente era cálido, no hacía tanto frío; sin embargo, la ansiedad me consumía. Después de tantas vueltas al fin concilié el sueño. Tal vez mi imaginación me ayudó un poco, porque el aroma a Valentina logró hipnotizarme.




Sé que este capitulo es corto, pero es necesario. Solo quedan 2 capítulos y termina, así que sábado y domingo los tendrán :) 

Desde la primera vez que la viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora