Comienza el show.
Amelia comienza a toser muy fuerte, allí entro yo, como la buena amiga que soy comienzo a darle palmadas en la espaldas hasta que deja de hacerlo y puede respirar un poco mejor. Le pregunto que si está bien pero ella solo dice que se siente muy mal y necesita ir a la enfermería. Todos los ojos del salón se encuentran posados en nosotras. Le digo al profesor que necesito llevarla al baño, y luego a la enfermería para que pueda recuperarse porque se siente muy mal, el nos da el visto bueno y no duro ni un minuto recogiendo muestras cosas, me las guindo ambas mochilas al hombro, actuando como una gran amiga preocupada, hasta que por fin salimos del salón. Seguimos caminando hasta que llegamos a donde Chace nos esperaba, le entrego sus cosas a Amelia y no nos demoramos nada en buscar a Marcie, aunque cuando llegamos a su salón, nos damos cuenta de que está en un examen. Le dejamos un mensaje de voz en nuestro grupo de chat en donde le digo que nos veremos en el recreo y que le llevaremos comida.
Los tres nos dirigimos a la salida y buscamos que no haya rastro de profesores, para fortuna nuestra, no lo hay, prácticamente corremos a la camioneta de Chace y nos metemos muy rápido en ella, ya todos dentro nos preguntamos cuál será nuestro próximo destino.— Yo quiero ir por un Helado.— Habla la loca.
— Serás idiota, vamos por pizzaaaaaaaa.— Dice nuestro drogui, que en este momento está bebiéndose mi agua. He de aclarar que como tal, no es un drogadicto, sólo lo comenzamos a llamar así luego de que una vez lo vimos fumando marihuana. A veces lo hace pero casi nunca. El chico, es uno más del montón. Desgraciadamente probó la marihuana y le gustó, por suerte, sus padres se enteraron a tiempo y tomaron medidas drásticas, por poco y quedaba desheredado. Luego de ese momento comenzó a alejarse de los chicos que lo metieron en el vicio y llegó a dar con nosotras. Ese momento en que más ayuda necesitó, estuvimos a su lado para él, lo apoyamos en todo, por ello ahora es parte del grupo, le tomamos cariño y el a nosotras también. Aun así, a pesar de todo, siempre será nuestro lindo Drogui. Yo sigo sumida en mis pensamientos mientras ese par de idiotas sigue discutiendo, hasta que los interrumpo.
— Vamos a McDonald's, hay helados y yo quiero hamburguesa ¿Bien? — hablo cortando la discusión que este par de locos tenía.
—Bien.— responden en un agradable unísono.
Luego del trayecto a cargo del estúpido anormal que casi nos mata. Al fin llegamos al fabuloso lugar de comida rápida, estacionamos a toda velocidad y nos bajamos corriendo, sí, parecemos unos desesperados, pero… ¿qué más da? morimos de hambre. Esta vez es mi turno de ordenar y pagar la cuenta, ya me lo he saltado muchas veces, así que ahora si me toca. Por suerte no hay nadie en la fila. Así que soy atendida rápido.
— Buenas tardes, ¿que se le ofrece?— dice la chica pelinegra de la caja, con el tono cordial típico de un trabajador.
— 4 cajitas felices de Nuggets, cada una con un juguete distinto, 4 Sundays, 2 de Chocolate, uno de Caramelo y el otro de Fresa. También me vas a dar 4 combos grandes de hamburguesa, 3 doble carne y una de Pollo, para llevar solo el combo de hamburguesa de Pollo, las cajitas felices, ah, y todos los helados por favor, primero dame la comida que nos comeremos aquí y yo vendré a buscar luego lo demás. — la chica asiente y anota todo el pedido, al terminar de pagar me dice que espere por el otro lado mientras está lista la orden. Espero un minuto, hasta que me entregan nuestros deliciosos combos que aguardan en esa cutre bandeja para ser devorados. Voy camino a la mesa de los chicos con cuidado y con unas ganas inmensas de comerme todo.
Llevo toda la comida y como es costumbre nos sentamos a devorar nuestro manjar en menos de 10 minutos. Rápidamente limpiamos todo, porque nos gusta dejar la mesa tal y como la encontramos. Mientras Chace bota las cosas en la basura, Amelia me acompaña a buscar lo que pedimos para llevar. Ella se va al carro con las cajitas felices mientras yo espero a que me den lo demás.
Ya en el exterior, en una mano tengo una bolsa con la comida de Marcie y en la otra los 4 helados, voy tan pendiente de lo derramar nada que no me doy cuenta de que un chico viene justo en frente, metido en su celular hasta que chocamos y todo el helado se vuelca en mi camisa.
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JUZGADOS
Teen Fiction¿De qué sirve vivir sin amigos? Sin tener con quien compartir, por el simple hecho de temer a salir heridos. En arriesgarse a confiar está el secreto de todo, pero cuando las cosas empiezan a salir mal, tu perspectiva debe cambiar. Éramos un grupo d...