CAPÍTULO 4

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— ¡Beck! ¡Muévete!— Pero ya es tarde, el balón llegó a mí y para mi propia suerte pude hacerlo pasar la malla. Todos me felicitaron, jajajaja, soy tan mala que cuando hago algo bien la gente se impresiona. Qué triste.

Detesto no ser buena en esto, es jodidamente molesto y lo peor es que realmente necesito una buena nota, así que espero que los planetas se alineen a mi favor para poder jugar como se debe.

—¡Mía!— Grita Amelia.
Pero la muy loca no llegó y como yo estaba detrás de ella me tocaba a mí. Por arte de magia, la suerte se puso de mi lado y logré levantar un poco la pelota para que Chace la pasara.

Estoy sorprendida de mi misma, y ni hablar de mis compañeros, la he salvado unas tres veces y no la he cagado tanto, sólo nos faltan dos puntos para ganar vamos 23 a 18, nosotros con los puntos a favor. Si tan solo sigo jugando como voy, terminaremos esto rápido, pero ay mierda, maldita sea, me toca sacar.

Vamos Beck, tu puedes, eres Beck Martín, sí lo sé, a buen nombre de mierda y lo peor es que no me llamo Beck, sino Beatriz. Beatriz Andrea Martín Rodríguez. Sí, un muy cool nombre, incluso parece de narco. Uy no, prefiero mi apodo, casi nadie conoce mi nombre completo, y agradezco eso. Así que, por mi nombre de mierda haré un buen saque. El sonido del silbato marca el inicio y hago un saque que no logró si quiera pasar la malla, eso me da a entender que mi nombre es tan de mierda que ni si quiera el destino lo apoya.

¿Mencioné que soy mala en esto? Bueno, creo que ya no es necesario. Le acabo de regalar un punto al equipo de las rubias. Lucas me dirige una mirada de compasión y sólo me entran ganas de golpearlo. ¿Por qué mierdas me dirige esa mirada?
Y de pronto la pelota viene tan abajo que Chace no es capaz de atinarle y fue mi pie el que la salvó. Estoy en Shock.

OH SIIII, Lucas levanta la pelota y Marcie la pasa al otro equipo, la rubia número dos, nos la regresa y para la sorpresa de todos Amelia sale del más allá y con un gran salto acompañado de un grito-gruñido, golpea la pelota y esta hace punto A FAVORRRR.

OH SIII, OH SISI, todos estamos moviendo nuestros brazos y caderas en círculos, a modo de celebración. Sólo falta un punto más y lesssto. Un chico del otro equipo nos regaló nuestro mismísimo punto, la pelota ya iba fuera, pero el muy torpe la tocó y se asustó en lo que su equipo le gritó que iba fuera haciendo que el balón cayera con un golpe seco al suelo. Pobre, ese pasó más pena que yo, pero nos hizo ganar.

Los chicos y yo gritamos y celebramos como que si hubiésemos ganado los propios juegos Olímpicos, me siento orgullosa por no haberla cagado tanto en el juego. Por el rabillo de mi ojo, logró ver que Chace se dirige a la salida, comienzo a llamarlo pero se hace el sordo.

—¡CHACE! ¡DETENTE!— Sigue ignorándome.

—¡CHACE COOPER, DETENTE!— Se saca su auricular y en ese momento entiendo que no me estaba ignorando sino que en realidad no me escuchaba. Queeee triste.

—Beck, jugaste de lo mejor, esa es mi niñaaaaa— se acerca y me acaricia la cabeza como si de un perro se tratara, pero no me quejo, ya me acostumbré.

—¿Nos vamos?— Me pregunta el chico, tiene una mirada perdida que crea en mí una gran intriga por saber que sucedió.

—VAMONOSSS.— luego de darle una palmada en la espalda nos dirigimos a su lindo Jeep, ¿no lo había mencionado? Ah, Chace tiene una espectacular Jeep Cherokee Limited 2019. El muy imbécil la compró porque hablé tanto de esa camioneta que terminé transmitiéndole mi enamoramiento.

De verdad amo las Jeep, siempre he querido una para mí, pero no puedo darme el lujo, aún. Ah, sí, su familia es rica, tiene mucho. No, demasiaaadoooo dinero, es una de las familias más conocidas de la ciudad de los Ángeles. Nuestro lindo amigo siempre va vestido con cosas de marca y ya sabes con todas aquellas cositas de niño rich. Mientras que yo... bueh, junto con mi mamá nos buscamos la vida.

JUZGADOSWhere stories live. Discover now