Prologo

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Miedo, Frío y Decepción, una terrible combinación, en este momento sólo puedo pensar en lo peor que me pasó.

No estoy, no me siento bien, me cansé de ser quien soy y ya no quiero fingir estar bien. Sé que nadie me extrañará, pues después de todo no soy nada en este lugar.

Adiós estúpido año de míseras clases. Adiós escuela que me hace sentir miserable. Adiós personas que muy tontamente llamé amigos, gracias por alejarse y dañarme de la peor manera, confíe en ustedes, pero me traicionaron, me mostraron que no soy nadie y no puedo volver a eso.

Adiós padres, se que hicieron lo mejor que pudieron por ayudarme, pero ya no aguanto más estar en medio de ustedes, siempre busqué su aprobación, que ambos se sintieran orgullosos de mí, pero nunca lo logré  no pude jamás hacerlos feliz a ambos,  intenté ser la chica perfecta ante sus ojos pero ustedes nunca vieron perfección sino sólo imperfección, así que... hasta aquí llegué, ya no los torturaré, no les traeré más decepciones.

Adiós malditos profesores que nunca me prestaron su apoyo aun sabiendo que en realidad lo necesitaba, no hicieron más que tratarme y mirarme con lástima.

Por último, hasta nunca querido, adiós Amor, rompiste mi corazón, agradezco los grandes momentos que me hiciste pasar fuiste lo mejor que tuve en mi vida, pero como a todos, también te decepcioné y me cambiaste por alguien mejor, prometo no llamarte más.

Perdón por todo, siento no haber sido suficiente, nunca quise llegar a esto pero ya no puedo más, se que no me extrañaran, ni si quiera Yo lo haría, hasta nunca.

Y así, con todo el puto frío que logra calarse en mis huesos, comienzo a desnudarme, quitando prenda por prenda, mientras menos ropa, menos sufrimiento, más ligera me siento, mi mente se ha llenado con recuerdos de mi pasado, mis piernas no dejan de tiritar y mis dedos solo buscan terminar de una vez, ya voy quitándome las medias cuando reparo en el reflejo que me muestra el lago congelado a mis pies. Una chica pelirroja, pálida y llena de heridas, usando ese conjunto de lencería que una vez compró pensando el él, me gustaba tanto... Lástima que ya nadie lo verá, o por lo menos no mientras siga viviendo.

Comienzo a caminar hasta encontrar la zona más débil, poco a poco el hielo comienza a agrietarse y casi no soy capaz de mantenerme de pie, no siento mis piernas, se siente como que si ya no tengo el control de mi cuerpo, mi cerebro una vez más hace de las suyas al hacerme caminar así yo no pueda pensar.

Y de pronto caí en el agua, tan helada que ya no puedo ni moverme, cada vez más voy sintiendo como mi corazón detiene los latidos y el poco oxígeno que me queda se agot....

JUZGADOSWhere stories live. Discover now