Todo comienza cuando un joven llamado Kentin, tras sufrir abusos de parte de sus compañeros de escuela y el rechazo y maltrato de la chica de la cual está enamorado, su padre decide mandarlo a la escuela militar.
Lo que él no sabe es que esa decisió...
La reina Luz se hizo presente ante Kentin y yo. Intentando ayudarme para que el castaño me creyera, pero se lo veía perdido y demasiado confundido.
- Re..r..reina...- dijo Kentin.
- Si Kentin, no te asustes porfavor...- dijo la peliblanca mientras lo miraba de una manera dulce.
- Entonces...- me miró a mí - realmente vienes de Júpiter - dijo mientras se acercaba -¿Que estuviste haciendo todos estos meses que te fuiste?
- Ella estuvo entrando y descubriendo sus habilidades. El día que ocurrió la lluvia de estrellas cuando estaba el Sol presentimos que había llegado el momento de empezar a actuar - dijo la reina Luz a Kentin.
- Decidí volver al cuartel para poder explorar mí potencial sin lastimar a nadie y estar lista para cuando llegue el momento Kentin - dije acercándome a el y tomando sus manos - en serio lamento si te hice sentir mal o sino pude escribirte pero tenía que encontrar una solución a todo esto.
- Entonces, ¿Ahora que harás?- dijo sujetando con firmeza mis manos.
- Ahora llegó el momento de que me enfrente a ese monstruo...- dije soltando mis manos de él y alejándome - quería verte y decirte la verdad antes de irme Kentin.
- No...- el me abrazo y ocultó su rostro en mí cuello - por favor no te vayas...déjame ayudarte, quiero que te quedes conmigo. Yo te quiero __(t/n)
Me recorrió un escalofrío por la espalda al escuchar eso, yo lo abrace y sentí su olor y su calidez, me dolía tener que dejarlo pero tenía que hacerlo si quería mantenerlo a salvo, a el y a las personas que más quiero.
- Yo también te quiero Kentin, pero tengo que irme ahora antes de que él llegue...
- Lo enfrentaremos juntos, te ayudare en todo lo que me pidas pero por favor no me dejes...
- Lo siento Kentin, pero no...-me separé de él y me fui en dirección al patio, pero antes de poder hacerlo sentí su mano en mí muñeca y me atrajo hacia él, estaba muy cerca.
- Entonces déjame darte algo antes de irte...- me envolvió en sus brazos y me dio un beso, yo quería tenerlo más cerca de mí así que rodee mis brazos en su espalda y disfrute el beso que tanto había esperado...
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Nos separamos poco a poco y sentí mí rostro ruborizado. El me miraba con una sonrisa.
- No sabes cuánto había deseado esto...- dijo el castaño. Yo cerré los ojos y apoyé mí frente en la suya.
Nos quedamos así unos segundos pero después de eso sentí un temblor muy fuerte, incluso más que el de la última vez. Las estrellas volvían a caer, pero está vez había rayos de color negro cayendo del cielo. Ya está aquí... Nos dirigimos hacía donde estaban los demás y entre la multitud vi a un hombre con una máscara de metal sobre su rostro.
