Parte 1: Capítulo 5

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Mediodía.

Las tropas de Arendelle y de Agder están frente a la entrada de Sandnes.

Además de la nieblina, debemos destruir parte de la gran compuerta de madera que nos permitirá ingresar.

Cubrimos parte de nuestros rostros como precaución ante la idea de que esa nube pueda contener elementos tóxicos.

Sostengo firmemente mi ballesta, seré el encargado de dar el primer golpe a la compuerta. Posteriormente, parte del ejército de Arendelle lanzará flechas cubiertas de fuego y quemará la entrada.

Disponemos además de la ayuda de primeros auxilios ante el eventual rescate de algunos aldeanos.

Todo está listo.

El Rey Hrolf levanta su brazo y la deja caer hasta apuntar a nuestro objetivo.

Esa es mi señal.

Apunto y disparo a la mitad de la gran compuerta.

Como estaba previsto, una gran cantidad de flechas de fuego caen alrededor de mi tiro.

Las llamas se dejan ver en la gran entrada.

Todos nos acercamos hasta que el fuego consume la gran entrada de madera.

Ingresamos como un pueblo invasor hacía el Reino.

La densa nube no nos deja ver con claridad el entorno, por lo que nos retrasaremos en nuestro plan.

La primera fase del plan consiste en registrar la mayor cantidad de casas posible y vigilar las calles en busca de señales de vida.

Cada uno viajará por separado. Pero para comunicarnos lanzaremos bengalas de colores con nuestras pequeñas pistolas de acuerdo al caso: Verde si encontramos vida y rojo en caso de peligro o ayuda médica.

Pero considerando la dificultad de nuestra visión, tal vez esta forma de comunicarnos sea sumamente inútil.

El silencio de las calles revestido de piedras es increíble, tan solo puedo oír los pasos de mi caballo y el eco que proviene de éste.

Suspiro ante lo tenebroso que luce el Reino.

Me detengo en una pequeña casa de madera para comenzar mi misión. Como educación toco la puerta.

No oigo a nadie. Será mejor entrar.

La puerta cae producto de una patada.

Inspecciono todo el lugar, cuarto por cuarto y no encuentro señales de vida.

Salgo de allí para ingresar a las otras casas también.

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— Como lo imaginé, aquí tampoco hay nadie — Digo ofuscado.

Salgo de la décima casa a la que ingreso. Veo al cielo cubierto de neblina en busca de alguna bengala.

— Esto es sumamente extraño, es imposible que nadie haya visto nada.

Camino hacía otras localidades, a un mercado o alguna tienda.

Dejo mi caballo amarrado y recorro a pie el lugar.

Sandnes no es un lugar tan bello como Arendelle. Es un Reino sin calles glamorosas o estatuas que glorifiquen a sus héroes caídos en alguna batalla, más bien es un Reino sumido en las ruinas y lentamente deteriorado.

Mientras observo todo el entorno, noto lo que parece ser un hombre vestido con una capucha negra en un pasadizo entre dos casas.

El hombre corre al interior del pasadizo en cuanto me ve.

El Demonio II (Elsa X Reader) [Frozen X Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora