Parte 2: Capítulo 18

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Sonrío al recorrer las calles de Arendelle.

En esta hermosa mañana, se puede apreciar la belleza del muelle, algunos barcos elevan sus velas para zarpar.

Camino acompañado de Elsa e Iduna. Elsa tuvo la brillante idea de venir al Reino por unos días, no me opuse, pues a decir verdad me gusta venir a este lugar sin importar todo lo ocurrido en el pasado.

Muchas personas nos saludan con una hermosa sonrisa al vernos pasar.

Las tiendas del mercado se abren, es una linda mañana, no dejo de recalcar.

— Tenemos todo el día para divertirnos — Comento.

— Tienes razón, ¡Hay que divertirnos! — Responde Elsa con estusiamo.

Los tres realizamos una pequeña carrera hasta el mercado, somos como tres niños pequeños que se divierten.

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Estoy exhausto, mis piernas me pesan y además debo cargar a Iduna en mis brazos.

Fue un día excelente, pudimos recorrer muchos lugares de Arendelle como una familia normal. Además, comimos muchas cosas deliciosas como: Platos tradicionales, frutas y pasteles.

El día pasó muy rápido. Ya es hora de irnos a descansar al castillo.

Camino junto a Elsa que observa con solemnidad el sol que baja hacía el océano.

Al llegar al castillo, los soldados notan nuestra presencia y deciden abrir las compuertas para dejarnos pasar.

— Veo que la pasaron bien — Veo a Sigrid a lo lejos conversando con el Teniente Mattias.

—  Fue un buen día, lo hicimos como una familia — Respondo.

— Por cierto — Interrumpe Elsa — ¿Dónde están Anna y Kristoff?

— Ellos están en una reunión junto al Consejo — Mattias decide responder.

— Por cierto Elsa, ¿Podrías llevar a Iduna a su cuarto?, hay algo que quiero hacer.

— Esta bien, yo la llevaré.

Llevo a Iduna que todavía duerme a los brazos de su madre.

— Si me disculpan, tengo algo que hacer — Me retiro cortésmente del lugar.

— Adelante (Y/N) — Sigrid comenta.

Antes de que anochezca, quiero ir a los jardines.

Entro a este hermoso lugar lleno de flora, muchos recuerdos tengo en este lugar, pero no he venido a recordar hechos del pasado precisamente.

Camino hasta el árbol de fresno que planté hace dos años atrás en conmemoración de mi viejo y querido amigo Vördr.

Veo que hay una jarra de agua cerca del árbol.

Me arodillo y medito en solitario como señal de respeto.

— Prometí que vendría a verte cuando vencería a Kol y así lo hice.

Vacío la jarra de agua al árbol.

Un nudo se asoma por mi garganta como si quisiera llorar, y no puedo culparme, esto me pone triste.

— Este sentimiento no podré quitármelo jamás, han pasado muchas cosas. Anna ahora es la Reina de Arendelle; Elsa, Iduna y yo estamos más unidos que nunca. Te prometí que haría felíz a Elsa y ese es mi objetivo por las mañanas. Desearía con todo mi corazón que estuvieras aquí, me haces mucha falta, extraño tu voz en mi cabeza cuando éramos uno solo, pero lo que más extraño es el poder abrazarte, el decirte cosas…

Unas lágrimas se acumulan en mis ojos.

— Estás en el inframundo o tal vez no, el hecho de no saber dónde estás me causa mucha ansiedad. Si tan solo tuviera una pista o algo… — Golpeo el suelo con indignación.

— ¿(Y/N)? — Oigo a Elsa detrás de mí.

Asustado volteo para verla, todavía de rodillas.

De su mano, veo a Iduna casi somnolienta y cansada por el largo día.

— ¿Elsa?, ¿Qué haces aquí? — Seco mis lágrimas.

— Supuse que estarías aquí — Camina directo hacía mí — Aún no lo olvidas, ¿No es así?

Elsa e Iduna están de rodillas al igual que yo, haciéndome compañía.

— Pienso en él la mayoría del tiempo, sacrificó su vida para que pudiera vivir en el mundo de los mortales. Siento que no pude compartir con él tanto como hubiera querido.

— No puedes lamentarte por cosas que no ocurrieron — Lleva su mano libre a mi mejilla — Sé cuánto lo extrañas y no permitiré que acumules esa tristeza tú solo. Yo estaré contigo, nosotras estaremos contigo.

Las dos mujeres que más quiero en este mundo me contienen con mucho cariño y dulzura.

Elsa tiene razón, no puedo dejar que esto me consuma.

Debo olvidar esos pensamientos de angustia que me invaden.

Sollozo al sentirme acompañado en este momento.

Ya se divisan las primeras estrellas en el firmamento.

— Ven, meditemos juntos — Elsa junta la palma de sus manos para orar.

— Gracias — Yo también lo hago al igual que Iduna que nos imita con inocencia y somnolienta.

Inhalo y exhalo lentamente.

No podría pedir nada más en este momento.

Soy el hombre más afortunado del mundo.

El Demonio II (Elsa X Reader) [Frozen X Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora