Parte 2: Capítulo 10

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— Mi espalda está empapada de sudor, será mejor que me quite la camisa.

Los rayos del sol me están quemando a pesar de la gran cantidad de árboles que hay aquí en el bosque.

Observo por todos lados en este inmenso bosque para quitármela, pero no antes de retirar el peso que llevo con ésta hacha y toda la leña que cargo en mis hombros con un sistema de cuerdas que me permiten transportar grandes cantidades a la vez.

Todo el esfuerzo que he hecho durante 4 días arduos trabajos como: Transportar renos, cazar y cortar leña lo valen si es que quiero que los espíritus me perdonen.

— Allá está el río, será mejor que me refresque.

Jadeo a un ritmo constante antes de llegar hasta el río.

Como ha sido la costumbre en éstos últimos días, el espíritu del agua me realiza pequeñas bromas como: salpicarme algunas gotas cuando estoy desprevenido o cambiar el sentido del flujo para que sea más difícil llenar mi cantimplora.

Eso no es todo, de alguna forma u otra los espíritus han encontrado en mí una fuente de entretenimiento, por ejemplo: El espíritu del viento me azota con una ráfaga en varias ocasiones; El espíritu del fuego que es una salamandra de color azul que me lanza pequeñas llamaradas a mis pies.

El único espíritu que no me ha molestado es de la tierra, sus gigantes usualmente duermen durante el día y salen de noche.

Veo nuevamente a mi alrededor para esta vez quitarme los pantalones e ingresar al agua para así refrescar todo mi cuerpo.

Esa fría sensación al tocar el agua helada con mis pies hace que me arrepienta levemente a ingresar.

— Seré valiente, debo hacerso.

En ese momento me zambullo dentro del agua y nado algunos metros hasta salir con mi cuerpo fresco y más limpio que cuando llegué.

Me visto sin inconvenientes, si no regreso a tiempo seguramente sospecharán de mí.

Pero antes de partir, me siento en una roca cerca del agua para observar el río por última vez y esperar a que mi ropa húmeda vuelva a secarse.

— Es bellísimo, sus aguas son cristalinas. Puedo entender la conexión que tienen los Northuldrans con la naturaleza.

Respiro profundamente como señal de tranquilidad y para adquirir más fuerzas antes de reanudar mis labores.

— La belleza de la naturaleza no está solamente en los ojos, si no que en cómo puedes comunicarte con ella — Volteo al oír una voz femenina a mi derecha.

Sentada a mi lado, veo a Honeymaren, la chica que estaba junto a Elsa el día que llegué. Es fácil de reconocerla con sus ojos café y su atractivo rostro.

— ¿Qué haces aquí? — Pregunto alarmado — Ninguna chica puede acercarse a mí, son órdenes de Yelana.

— Pues, no soy la única — Apunta detrás de unos árboles, donde rápidamente 3 chicas Northuldrans se esconden al vernos.

— ¿Desde cuándo me siguen?

— Desde hace 4 días. No han dejado de hablar sobre tí, te han seguido por todos lados, somos un pueblo que sabe esconderse bien en el bosque — Adopta una expresión confiada.

— ¿Por qué has venido a verme? — La observo detenidamente.

— He venido a entregarte esto, supuse que tendrías hambre — Saca de su bolsillo un panecillo para entregármelo — Además quiero hacerte unas preguntas si no te molesta.

El Demonio II (Elsa X Reader) [Frozen X Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora