Hoy escucho tu voz, y
tus palabras con mucha atención.
Y... y ... me duele en lo más profundo
de mi corazón. Y... no quiero seguir
escuchandote, pero es ya demasiado
tarde, tus... tus palabras me han dañado.
Los ojos se me criztalizan, no quiero que
salga esa suatancia salada, porque
así sabre que realmente me estas matando
con aquellas palabras que nunca pensé
que causarían tanto dolor en mi.
Pero me equivoqué.
Y ahora lo sé, cuando ya no
tiene ni la más minima importancia.
Ahora lo que realmente importa es la
esperanza que tengo porque ta arrepientas
en lo más profundo de ti sobre todo
aquello que has dicho. Y si eso
ocurriera creeme que nada
me alegraría más, pero
nada volvería a ser
como antes.
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