De Demonios y Pecados

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Capítulo 4

De demonios y pecados

¿Cómo es estar en la cima y después ya no estarlo? Así se sentía un hombre de cabellera blanca y ojos azules que se la pasaba observando su ordenador viendo imágenes de Itsuka Shido con una joven muy parecida a la ayudante que Itsuka Kotori tenía. Cuando Nightmare viajó al pasado, muchas cosas cambiaron antes de que se diera cuenta y en medio del caos él había perdido más de lo que había creído.

— Nuevamente me encuentro supervisando todo esto, que perdida de tiempo. — Murmuró él para tomar un café cercano y darle un sorbo —. Espero no tener que tratar de nuevo con algo así.

Dicho eso, él se levantó de su área de trabajo para ir a buscar en un librero un álbum de fotos.

— Quién diría que un día el presidente de DEM terminaría así, solo y sin papel para imprimir.

Efectivamente, Issac Westcott había caído en desgracia tras el incidente de Asia; después de eso DEM fue investigada por las Naciones Unidas que exigían un chivo expiatorio con el cual deslindarse de toda responsabilidad. Era lamentable que una de las personas más poderosas del planeta ahora fuera un ermitaño que se encontraba escondido en su departamento todo el día, pero eso a él poco le importaba.

—¿Dónde quedó?—Se preguntó él mientras buscaba unas imágenes en ese viejo álbum—. Aquí está.

En sus manos se encontraba la imagen del primer espíritu y causante de todo este desastre.

—Dicen que uno tiene buena suerte cuando menos se lo espera, pero para mí simplemente eso no existe—Pronunció Westcott para tomar una lámpara e iluminar la imagen—. Con que aquí estaban todo este tiempo, y yo pensando que se había perdido todo cuando esos malditos entraron al edificio.

Frente a él yacían un par de números visibles sobre la imagen. Una persona ajena a todo esto pensaría que sólo eran cosas sin sentido, pero para alguien como lo era Westcott, esto tenía más sentido de lo que parecía.

Mientras el viejo Westcott se encontraba sumergido en una felicidad para él, al otro lado de la ciudad las cosas con Shido se habían calmado. Mayuri ahora se encontraba más calmada, siendo aún abrazada por Kurumi quien se disculpó con la chica por todo lo que ella había hecho en el pasado.

—Mayuri—Llamó Shido a la joven espíritu—. ¿Qué sabes sobre Mana?

Una vez que se calmó su hija, Shido decidió preguntar sobre el estado de salud de su hermana quien desde el incidente había caído en un coma.

—Dicen lo mismo siempre—Dijo ella con tristeza—. Dicen que lo mejor es desconectarla para que ella pueda descansar en paz.

Tales palabras no fueron del agrado de Shido. ¿Por qué debían decir eso los médicos? ¿Acaso no podían hacer su trabajo o simplemente ya no querían hacerlo?

Mayuri entonces sintió un escalofrío. Sus ojos vieron en dirección de él para darse cuenta que los poderes que Shido había sellado en el pasado amenazaban con salir por culpa de la ira que el joven Itsuka reprimía.

Kurumi apenas y fue capaz de notarlo, por lo que de inmediato se levantó para ir directamente hacia él, abrazándolo y pidiéndole que se tranquilizara.

—¡Por favor, tranquilízate Shido-san!—Pedía ella con temor a que algo malo pasara o que aquel súbito incremento de poder atrajera a alguien—. Sé que estás molesto por la respuesta de los médicos, pero reprimir tu dolor simplemente te hará daño.

—¡Papá, detente!—Gritó Mayuri derramando lágrimas.

Al ver como Kurumi como Mayuri mostraban temor en sus rostros, fue que él se dio cuenta hasta donde había llegado en su rabia. Inmediatamente Shido buscó calmarse para evitar que los poderes sellados se liberarán y así evitar más problemas con los poderes de los espíritus.

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