El dolor en los rostros de los hermanos era tan notable y abrasador como el mismo aire. Ambos aparecieron con ese maldito maletín en autobús. La mirada de Klaus estaba perdida, dolida y francamente quebrada. Ast miraba el piso aún en shock. Era increíble y horrible lo que habían pasado. Hubo hermosura, sí, pero también una atrocidad.
Cuando el autobús se detuvo ambos bajaron con lentitud y a tropezones, sus ropas estaba trozadas y ambos tenían sangre en su cuerpo, sobre todo la chica, quien parecía sacada de una invasión zombie.
— Klaus...
El chico con los ojos cristalizados dio el maletín contra todo lo que se encontraba. Golpe tras golpe se escuchaba resonar por el lugar, por su lado la chica se quedó quieta y en silencio quitando una lágrima que bajaba por su mejilla. El objeto comenzó a lanzar chispas hasta incendiarse.
El azabache se tiró en el piso dando a puño cerrado al pavimento, cada golpe parecía ser más fuerte que el anterior, y así consecutivamente. Finalmente adoptó la posición de feto mientras sollozaba en silencio. A Ast se le rompía el corazón al ver a su hermano de tal manera. No sabía que hacer, no sabía que decir. Si a ella le dolía esa pérdida a su hermano cien veces más.
Se acercó a él hasta estar de frente, se puso en cuclillas y quito un cabello del rostro de su hermano, dedicando una débil sonrisa le extendió la mano. El chico la miró unos segundos para después tomarla. Ast le ayudó a levantarse y lo abrazó con fuerza tratando de transmitirle lo mucho que sentía lo que estaba pasando. Al pálido con ese gesto le bastó para romper en llanto y aferrarse más a la cintura de la rubia. Ella, sobándole la espalda comenzó a invocar las sombras hasta ser totalmente rodeado por ellas.
Al llegar estaban en la habitación de la chica, seguía intacta, justo como la dejo antes de viajar en el tiempo, a excepción de una pequeña navaja, la cual mostraba que Diego estuvo allí en su ausencia.
— Voy... voy a ducharme. —la chica asintió y le observo salir del cuarto.
Sería bueno que yo haga lo mismo.
Se dijo a si misma.
Entro al baño que estaba cerca de las escaleras, pues supuso que Klaus estaría en el cerca de las habitaciones y quería darle su espacio. Dejó que el agua corriera hasta tornarse caliente, la chica metió su cuerpo a la tina levantando el rostro para que el agua la embriagara completamente, era tan necesaria la paz que sentía allí, bajo el agua.
FLASHBACK
Los cañones y disparos comenzaron a sonar repetitivamente con fuerza, lo que dejó a los hermanos desencajados. Ambos miraban a todas partes aturdidos. Un hombre, de mediana edad se dirigió a los presentes con firmeza.
— ¡NOS ATACAN! ¡Arriba, muchachitas, arriba!
La mirada de la chica fue hacia su hermano con expresión aterrada.
— ¡Vístanse, rápido! ¡Ya, ya!
Les dieron el uniforme correspondiente. La chica se hizo un moño con la liga que traía con ella guardando así su cabello en el casco.
Atacar no le fue complicado, ella sabía manejar todo tipos de armas. Disparaba a diestra y siniestra con Klaus a su lado, ambos jóvenes eran muy buenos atacantes. Explosiones iban y explosiones venían.
FIN DEL FLASHBACK
Salió del baño envuelta en una toalla hasta llegar a su habitación. Ya estando allí se colocó crema, desodorante así como perfume y su ropa, unas medias de red negras y arriba unos jeans muy rotos del mismo color, un top guinda junto a su saco largo de color negro y sus botines con tacón relativamente bajo de siempre. Tomó su medalla de soldado observándola en sus manos.
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The Witch ¦¦ Klaus Hargreeves
FanfictionReginald Hargreeves. Un excéntrico multimillonario adopta a ocho bebés nacidos del curioso caso ocurridos el 1 de octubre del año 1989. 42 mujeres en todo el mundo dieron a luz. Lo extraordinario es que ninguna estaba embarazada cuando ocurrió el dí...