-IX-

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-Sooga-

En los prados de la aldea, una azabache trenzada buscaba a su mejor amiga en mano traía dos envases llenos de palomitas de maíz. Extrañada al ver la falta de presencia de su amiga en aquel lugar donde debería esperar por ella sin ver rastro alguno, «Seguramente se ah de encontrar en el restaurante.» ahora caminando en dirección a la aldea, saludando a las mujeres de mediana y tercera edad que cruzaran con ella, dando leves reverencias y con una sonrisa en su rostro. Continuo su trayecto mirando a su alrededor si por casualidad se encontraba a la contraria, topándose con el budista quien parecía buscar a alguien, estrechando sus manos en forma de saludo preguntando al mismo tiempo si habían visto a Pucca y Dada, negando la cabeza ambos.

- ¿Qué sucedió con Dada? ­ - Alzando la ceja y una sonrisa pícara.
- ¿Qué sucedió con Pucca? - Imitando las acciones de la contraria.
-Hace rato me encontraba con Pucca platicando, me retire en busca de unas palomitas para ambas y cuando regrese ya no se encontraba.
- ¿Por qué no buscamos a Dada y le preguntamos, seguramente sabrá donde se encuentra? - Una sonrisa leve en el rostro del monje, extrañada la contraria.
- ¿Podría saber por qué buscas a Dada?
-Sera más fácil de explicar una vez que lo veas.

Por alguna razón al escuchar esas palabras le traía inseguridad y nerviosismo como el tono de voz utilizado que creía que jamás volvería a escuchar a lo que resta de su vida, esa desconfianza crecía. Para que su risa leve y suave empeorara la idea que en su mente se creaba, "Calma no es nada malo, ni nada lo que cruce por esa mente tuya mi querida amiga." Tan solo asintió lentamente, mirando al contrario con el entrecejo fruncido cruzando sus brazos, ahora ambos buscando aquel calvo tímido e inseguro de su amigo tenía entendido que tras tener un descanso de dos o tres horas el monje lo llamo para ayudarle en un pequeño experimento para hacer crecer las plantas, explicando la situación y el incidente que hubo, provocando que el rubio reaccionara de forma estrepitosa y huyera de la casa del monje. Sin creerla palabra alguna al monje a pesar de su voto, «Dada... ¿Con cabello? Es imposible si lo piensas bien...» Llegando a la casa del mayor para así golpear la puerta levemente: Uno, dos. tres golpes, nada de nuevo realizo aquel golpeteo y nada. «¿No estará en casa?» Ambos extrañados por el abrumador silencio que invadía el lugar, sin respuesta alguna con el pensamiento de que su amigo no se encontraba en casa... ¡Ja!, ¡¿Cómo no descubrirlo con tanto ruido provocado dentro de su hogar?! Chillidos y uno que otro grito y estruendo dentro de la casa, ambos tratando de entrar por la fuerza bueno más bien por la azabache quien poseía una gallina en su cabeza, lograra su cometido.

- ¡Dada! - Entrando a toda prisa. - ¡¿Qué sucede?!... ¡¿Pero qué demonios?!
- ¡Ching, Soso! - Miro a ambos chicos con tijera en mano y jalando un mecho de su cabellera toda rizada y larga. - ¡Mi puerta!, ¡¿Me han roto mi puerta?!
- ¡Aleja esas tijeras de tu cabello!... ¡ESPERA ¿TIENES CABELLO?!
-Y no creías en mis palabras Ching.

Continuaron gritándose entre sí ahora aquel chico quien solía estar calvo a tener una melena descontrolada una pelea entre ambos, ella tratando de arrebatarle las tijeras y él bueno evitando que se las quitaron. Y el monje en un movimiento rápido quien logro obtener aquella arma.

-Las tijeras son un arma y de utilidad sin duda alguna, usarlas de manera incorrecta podría causar la muerte de uno. - Sonrió mientras tocaba con cuidado las hojas de las tijeras.
-Ya entendimos... No tienes que ponerlo de esa forma lúgubre. - Comento la chica con una gota cayendo por la sien.
- ¿Y te llamas monje? - Mirando con angustia y terror en su rostro a su amigo, detrás de la azabache.

[•••]

El sonido de las tijeras y la respiración tranquila del rubio y la azabache, mechones de cabello siendo cortados, poco a poco su cabellera perdía volumen aquella melena rizada. Terminando de cortar su cabellera, entregando un espejo el contrario, tocando aquel cabello «Extraño...» ¿Cuánto tiempo habrá pasado desde que lo tenía de esa forma? No tenía idea de un lado se sentía bien tenerlo largo y del otro ¿No se verá afectado?, ¿Verdad? Miles de escenas en su mente aparecieron, diversas situaciones mayormente negativas a punto de morder su uña del dedo pulgar si no fuese por la alarma avisando que era hora que regresara a su trabajo "¡Mierda!" escapo de sus labios, buscando el uniforme ya en mano, entro al baño a cambiarse.

A scarlet autumn, full of silence and torment. [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora