II Capítulo 11. ¿Podemos tener una cita o las serpientes se fundirán?

296 49 17
                                    

Atsushi y Ryunosuke caminaban por el pueblo, el clima era delicioso, ese tipo de clima cuando el sol está en su punto, y el aire el frio, sientes la corriente de aire como un masaje, Rash descansaba entre los hombros y el cuello de Atsushi mientras Quetzalcóatl estaba atento en el hombro de Ryunosuke, los del pueblo solo miraban sorprendidos a las serpientes aunque nadie se acercaba, ya el dúo de chicos sabían perfectamente las mirada que iban hacia ellos, aunque el pueblo no recordaba que ellos habían sido sus salvadores meses atrás, el pueblo solo pensaba en el hecho que un niño de pueblo con procedencias extrañas que vive con un padre solitario se llevó al "hermano Akutagawa" de la iglesia. El nombre de pecador y profanador iban al lado del de Atsushi y la casa de los girasoles.

Akutagawa suspiro por un momento, conocía perfectamente a su familiar y amante, Atsushi era un chico fuerte, creció apartado de todos, el pueblo siempre hablo de él y su padre, aun así para el albino a veces era difícil soportar muchas de esas cosas. - ¿Qué sabes de Kenji? – pregunto el mayor, sabía que su único amigo siempre sería un motivo de sonrisa.

― Recibí una postal hace una semana, - sonrió – dice que ayudo a una vaca en labor de parto

― Me alegra escuchar eso, deberíamos llevar una canasta de frutas a sus padres

― Eso... - Atsushi apretó su camisa – No puedo ver a los padres de Kenji

― ¿Por qué? – le miro, Atsushi sonreía. Odiaba esa sonrisa falsa

― Bueno, ellos me dijeron la última vez que mi relación era únicamente con su hijo, creo que por eso lo mandaron a una universidad lejana

― Ya veo... ¿te gritaron?

― No, no fue eso

― Si te gritaron. ¿aceptaron tu fruta?

― No... la lanzaron

― Espero que los caballos tuvieran un gran festín entonces

Atsushi sonrio – las vacas

― Me alegra oírlo.

Ambos chicos entraron en la cafetería, Atsushi esperaría en la mesa, el mayor se llevaba bien con la dueña, así que pedía directo en la barra, sabía que alegraría al pequeño albino en totalidad. No era sordo, claro que no, al contrario, sus oídos oían más allá de lo normal. Podía oír a las señoras y a los señores del pueblo susurrar. Antes era algo normal "el hijo del hombre soltero" muchos en el pueblo habían hablado mal de su padre pero ahora había cambiado todo, se sintió aliviado porque su amado padre Oda ya no estaba en sus susurros, ahora solo era "El joven Atsushi, escuche que sedujo al hermano Akutagawa" "un pecador descomunal" "pobre hermano Akutagawa, debe tenerlo hechizado en la lujuria" pero odiaba que fuese mal tratado el nombre de su amante.

Akutagawa regreso a su lado - ¿Qué pasa? – pregunto asustando al albino quien había estado inverso en los susurros

― Nada – tallo su hombro – hace un poco de frio

El azabache se acercó para tallarlo pero el albino se alejó – no me toques

― ¿estás bien?

― Lo estoy... - sonrió – sigamos con nuestra cita ¿sí?

― ¿Por qué? ¿quieres que lo pida para llevar?

― Si – sonrió amplio – creo que estaría más feliz en el bosque ¿no quieres?

― El bosque – suspiro – claro, vayamos al bosque

El azabache se levantó, pediría el cambio a un pedido para llevar. Atsushi tallo sus piernas, vio a las personas alrededor y se levantó, salía de la cafetería para esperar al azabache. Simplemente se sentía nervioso. – Amo Atsushi, no debería preocuparse

Cazadores y Demonios || Bungou Stray DogsWhere stories live. Discover now