Las Flores de Haru

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Un eco suena dentro de mi cabeza pronunciando mi nombre en un susurro, su voz me llena de calma y me alegra el corazón, ¿podría ser la voz de el hombre que mi corazón anhela? No lo sé, pero se siente como si así fuera. Ese olor tan específico inundandome. Quisiera quedarme aquí para siempre.
Segui la figura de aquel que se deslizaba entre sombras y destellos de luz. Corría con determinación, pero por más que lo seguía, él permanecía siempre fuera de mi alcance.
Cada callejón que exploraba se convertía en un laberinto encantado, y aunque nuestros ojos se encontraban en destellos efímeros, la distancia entre nosotros parecía insuperable. Risas lejanas y melodías flotaban en el aire, pero nunca lograba capturar la esencia de aquel chico misterioso. En el último destello, él se detuvo y me miró con una sonrisa enigmática antes de que el sueño se disolviera como la neblina al amanecer.

-Rin...-

Se aleja.

-Rin...-

Debo alcanzarlo.

-¡Rin!-

Abro mis ojos y me doy cuenta de que estoy en mi habitación, mi madre era quien me llamaba, todo había sido un sueño. Que mal que no lo pude continuar.

-¿Dormiste bien?-

-Si, eso creo. Dormí demasiado más bien.-

-Queria pedirte un favor hija, me gustaría hacer algo especial para tu padre cuando llegue por todo lo que se ha esforzado estos últimos días y me gustaría adornar la mesa con un florero. ¿Crees que puedas ir con tu amigo Haru a su jardín y comprarle unas flores?-

-Claro que si madre ¿Que flores te gustarían?-

-las dejaré a tu elección.-

Con un beso suave en la mejilla, me despedí de mi madre con la promesa de volver pronto. Con paso ligero y una sonrisa expectante, me encaminé hacia la acogedora florería de Haru.

-Haru, ¿cómo estás hoy?-
Le pregunté con mucho entusiasmo.

-Rin, siempre es bueno verte. ¿Qué te trae por aquí?

-Venia a comprarte un ramo, mi madre le hará algo especial a mi padre por esforzarse mucho y quiere decorar la mesa con flores.-

-Supe que a tu papá le irá bien con la cosecha que tuvo este año, espero logren vender todo ese trigo, es bastante cotizado teniendo en cuenta que en otros países no hay tan buen clima.

-Vaya, no sabía que el trigo era tan importante.-

-¿Bromeas verdad? El es quien nos provee a todos de trigo, ya que en el pueblo no hay nadie más que lo coseche. Sin el muchos se quedarían sin alimento ya que su trigo es parte importante de las recetas. Yo no podría vivir sin kashi pan. Bueno, tal vez si, pero me encanta el kashi pan y sería muy triste ya no poder comerlo.-

-Me imagino.-

Rio un poco junto a él y pienso en que últimamente habla más que cuando le conocí, eso me alegra porque eso significa que tiene más confianza en mi. Haru y yo nos sumergimos en la tarea de elegir las flores perfectas para mi padre adoptivo. Cada pétalo, cada aroma, tenía que transmitir el profundo agradecimiento que sentía hacia el por su esfuerzo.
Haru, con su conocimiento apasionado sobre las flores, me compartió historias detrás de cada especie. Me habló sobre el lenguaje simbólico de las rosas, la elegancia etérea de los lirios y la delicadeza de las margaritas. Juntos, tomaron decisiones basadas en una armonía visual y emotiva, creando un ramo que no solo sería un adorno, sino una expresión viva de gratitud. Después de armar el ramo más bonito que haya visto nunca, le propongo a Haru acompañarme.

-Haru, ¿te importaría acompañarme a llevarle estas flores a mi madre? Si no estas ocupado claro.-

-Por supuesto que no, de todas formas no faltaba mucho para cerrar y dudo que venga más gente.-

Haru acepta con entusiasmo y juntos nos dirigimos a casa. Pero mientras caminamos, Haru parece preocupado y pensativo y eso me da curiosidad.

-¿Pasa algo, Haru?-

Pregunto mientras caminamos mientras pongo una mano sobre su hombro y el se detiene, duda por un momento pero me mira y se anima a responderme.

-Lo que pasa es... Que estoy enamorado de Mafuyu pero, tengo miedo de expresarle mis sentimientos por qué parece tener un interés en Natsu. No quiero arruinar nuestra amistad si no estoy seguro de que mis sentimientos son correspondidos.-

Miro a Haru sorprendida y me intriga saber si su amor será correspondido, pero me llega un pensamiento del pasado. En aquel entonces, mis sentimientos se inclinaban más hacia Kakashi. Su dedicación, su habilidad, eran cautivadores. Pero la vida tenía sus propios planes, y las circunstancias cambiaron drásticamente.
La pérdida de Obito fue un golpe devastador para todos nosotros. En ese momento de dolor y confusión, comencé a cuestionar muchas cosas. Fue entonces cuando me di cuenta de que mis sentimientos hacia Obito eran más profundos de lo que había imaginado inicialmente. Pero el tiempo que había pasado desde la pérdida de Obito hizo que expresar esos sentimientos se convirtiera en una tarea complicada. Me encontré en un dilema emocional. Mis propios sentimientos, que habían estado ocultos durante tanto tiempo, se volvieron evidentes en un momento en que ya era demasiado tarde para expresarlos abiertamente. Kakashi también estaba lidiando con la carga de la pérdida, y la dinámica entre nosotros cambió irreversiblemente.
Suspiré, como si reviviera la intensidad de aquellos momentos. Fue un periodo doloroso de autoconocimiento y aceptación. Aprendí que, a veces, la vida nos presenta oportunidades que debemos abrazar antes de que sea tarde.

-Haru Lo importante es ser honesto contigo mismo y con Mafuyu. Tal vez ella tenga sentimientos que desconoces. A veces, las cosas no son lo que parecen. Mi consejo es que le hables a Mafuyu sobre tus sentimientos. No sabes qué podría suceder hasta que lo intentes.-

Haru parece entender mi punto aún sin saber que yo estuve en la situación en la que estuvo Mafuyu y pienso en lo que hubiera pasado si Obito me hubiera confesado sus sentimientos. Estuve cegada por la admiración que tenía hacia Kakashi pero pienso que con el tiempo hubiera correspondido a los sentimientos de Obito ya que el era quien más me agradaba como persona en el equipo.
Momentos después a nuestras espaldas se escucha una voz familiar pronunciando nuestros nombres, Haru apenado se gira y yo con curiosidad lo imito. Es Natsu.

-¡Hola chicos! ¿Cómo están?-

Ambos sonreímos con amabilidad, pero noté la incomodidad de Haru y pareciera que sintió un nudo en el estómago al ver a Natsu, recordándole la presunta conexión entre él y Mafuyu.

-Estamos bien, íbamos a mi casa a dejarle estás flores a mi madre. ¿Que tal tu Natsu?-

-Muy bien, yo solo salí a dar un paseo, aunque es un poco tarde y tengo que volver a casa.-

-Claro, entiendo Natsu.

-Bueno chicos los dejo, ¡Hasta pronto!-

Ambos nos despedimos de el y en cuanto se alejó Haru soltó un suspiro.

-Ver a Natsu me hace dudar aún más. ¿Y si Mafuyu realmente está interesada en él?-

-Haru, entiendo que te sientas inseguro. Pero recuerda, nunca sabrás la verdad hasta que lo descubras por ti mismo. No dejes que las suposiciones te impidan ser honesto sobre tus sentimientos.-

-Entiendo, espero poder hacerlo, no sé que pasará pero realmente quiero intentarlo.-

-Estoy segura de que aún si no corresponde ella no se alejará de ti, pero quizás podrías llevarte una sorpresa y que al final si tenga sentimientos hacia ti.-

-Eso espero Rin. Gracias por escucharme.-

-De nada, amigo.-

Continuamos nuestro recorrido hasta llegar a casa y con un abrazo Haru y yo nos despedimos, el se fue a casa y yo entre a la mía, mamá había preparado una cena espectacular y las flores se veían hermosas como decoración, cuando llegó mi padre nos reunimos en la mesa y compartimos un momento muy especial. Le agradecimos por todo su esfuerzo y disfrutamos de la comida.

Volverte A Ver [ObitoXRin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora