𝖉𝖚𝖊.

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John estaba sentado en el restaurante observando a la pareja que se reía enfrente de el. Parecían exultantes de felicidad.

De hecho, Roger tenía un brillo en los ojos que jamás le había visto y Brian estaba radiante. John nunca había visto a un hombre más radiante que el.

John miró la carta e intentó controlar el sentimiento de antipatía que le producía aquel hombre. Hasta el momento, no había visto nada en aquel pelinegro que justificara que Roger se hubiera enamorado de el.

Aparte de su preciosa cara, claro, pero Brian tenía que tener algo más porque Roger no era de esos hombres que solo buscaran una fachada bonita ¿o si?.

John miró a su amigo, que estaba llamando al camarero. Al escucharlo pedir la cena, tuvo la sensación de que había cambiado mucho y no solo por fuera.

-¿Qué te ha pasado, Roger?-le preguntó con curiosidad cuando el camarero se había ido-Antes, pedías carne con patatas y ahora gambas en salsa picante. Ahora pareces un modelo de portada de revista. Llevas un traje de Armani, ¿no?

-Lo que me ha pasado ha sido Brian
-contestó Roger sonriendo a su novio-Me ha convencido para que pruebe comida nueva, para que me corte el pelo, me ponga lentes de contacto y me compre ropa nueva. He mejorado, ¿no crees, John?

-A mí me parecía que antes estabas bien-contestó John pensando que le resultaba casi un desconocido.

-La apariencia es extremadamente importante-intervino Brian-Hay mujeres, sobre todo las mayores, que no se preocupan y así les va. Merece la pena, ¿no crees, Roger?

-Ya lo creo, Bri.

Brian sonrió encantado.

John sintió inmensos deseos de tirarle por la cabeza una tarta de fresa que llevaba el camarero que pasaba en aquellos momentos por su mesa.

-¿Y cómo se conocieron?-preguntó John forzando una sonrisa.

-En la Maratón de TaylorWare-contestó Roger-A Brian le encanta correr y se apunta a todas las carreras que puede.

-¿Tú corres, John?-le preguntó Brian.

-Si lo puedo evitar, no-contestó John intentando recordar cuándo había tenido lugar aquella carrera.

Hacía cuatro meses, sí. No era mucho.

-Correr no es para todo el mundo, claro-apuntó Brian-A mí, además, me gusta probar cosas nuevas de vez en cuando, como tocar la guitarra, tal vez. He empezado hace solo unas semanas, pero Roger dice que se me da fenomenal.

-Se le da de maravilla-le aseguró Roger-Nunca había visto a nadie tocar de la manera que toca él.

Brian sonrió modestamente.

-Es muy fácil-contestó-Hasta la persona más torpe podría hacerlo.

-John, no-anunció Roger encantado. John clavó las uñas en la servilleta.

-¿No? -exclamó Brian horrorizado.

-Sí, claro que sí-contestó-Se tocar el bajo-Ah, ahí llega la cena-añadió aliviado al ver al camarero.

-¿Desde cuándo sabes tocar el bajo?
-insistió Roger-Porque recuerdo aquella vez que participaste en la universidad como bajista y no salió muy bien.

-Eso fue hace mucho tiempo. He mejorado-habló John-Por desgracia, no puedo tocar muy a menudo-añadió cortando un trozo de pollo y mojándolo en la salsa de mango-La tienda de Julie me quita mucho tiempo.

-Yo también trabajo, pero siempre saco tiempo para hacer ejercicio-apuntó Brian.

-En la profesión de Brian, es muy importante estar bien-le aclaró Roger-Es actor.

𝕷𝖎𝖆𝖗 (𝖉𝖊𝖆𝖑𝖔𝖗)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora