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-¿¡QUÉ VAS A HACER QUÉ!?

John se apartó el teléfono del oído ante el grito de su hermana Kristin.

El plan que había ideado la noche anterior le había parecido genial entonces, pero a la luz del día no parecía tan bueno.Aun así, no tenía opción.Cerró la puerta de la oficina para que Julie, que estaba atendiendo a una clienta en la tienda, no lo oyera.

-Voy a poner a Roger en una situación comprometedora. Así, cuando Brian nos vea, tendrá que romper el compromiso-repitió.

-Me parece que necesitas unas vacaciones-dijo Kristin-Unas vacaciones muy largas.

-¡Por Dios, Kristin!-exclamó John apretando el teléfono-No hace tantos años te encantaba aparecer en el momento más inoportuno cuando llevaba a algún chico a casa. Creí que te encantaría la idea de volver a hacerlo.

-He crecido desde entonces.

-Por favor, Kristin. La boda es pasado mañana. Tenemos que evitar que se case con Brian.

-No sé por qué. A mí me parece un chico encantador.

-¡Kristin! Pero si te acabo de contar lo que me dijo ayer en casa de mamá. Es un diablo, te lo juro.

-Bien, bien. Eres mi hermano, así que supongo que no tengo más remedio que creerte.

-Gracias-contestó John secamente- ¿Te ha quedado claro lo que tienes que hacer?

-Muy claro. Quieres que haga venir a Brian a la tienda esta noche a las diez y media aunque no sé cómo lo voy a hacer. ¿No podría ser más pronto?La señora Kennedy viene a las seis y media y ya sabes que suele pasarse aquí siglos. No creo que se vaya antes de las nueve o nueve y media.

-Dile que es para echarle un último vistazo al menú.

-¿A las diez de la noche? ¡Tendría que ser idiota para creerse algo así!

John suspiró impaciente. Kristin estaba más espesa de lo normal.

-Me importa un bledo lo que le digas, pero consigue que venga, ¿de acuerdo?

-De acuerdo-contestó su hermana.

-Gracias-se despidió John.

De verdad, qué obtusa podía llegar a ser Kristin cuando se lo proponía.

Marcó el número de Roger y sintió una punzada en el estómago cuando contestó.«¿Me tengo que creer que lo único que te interesa de Roger, que es rico, sexy y guapo es su amistad?», recordó.

Apartó las palabras de Brian de su cabeza y habló.

-Hola, Roger. Soy John. Tengo que hablar contigo. ¿Te podrías pasar esta noche a las diez por la tienda?

-¿A las diez?

-Sí, eh, es que tengo que hacer muchas cosas hoy y es el único rato que voy a tener libre-dijo sintiéndose como un tonto.

¿Tendría su hermana razón? ¿Sería aquello una locura?

-Muy bien-contestó Roger.

Y más tonto se sintió aquella noche esperando a que llegara. Se paseó por la tienda nervioso mientras comprobaba que todo estuviera bien.Se miró en el espejo por temor a haberse pasado. Observó su pelo, sus ojos y su tez.

¿Lo encontraría Roger atractivo? ¿Y si no conseguía que lo besara?Tal vez, tendría que haberlo citado en un lugar más privado, como su casa, pero habría sido mucho más difícil hacer ir a Brian allí.

Eran casi las nueve y media cuando llamaron a la puerta. Extrañado fue a abrir y se encontró a Roger en vaqueros y camiseta.

Estaba...impresionante. John tragó saliva al ver cómo Roger lo miraba de arriba abajo.

𝕷𝖎𝖆𝖗 (𝖉𝖊𝖆𝖑𝖔𝖗)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora