La verdad odiaba la escuela. ¿Quién no la odia? Trabajos estresantes, tareas, nada de diversión... Y peor aún, las calificaciones, eso no me importaba demasiado, mi madre casi nunca estaba, regresaba de sus viajes extraños y volvía a otro viaje extraño. Pero en fin, los últimos días la escuela ya no habían sido tan horrible, es más, había encontrado una razón por la cual ir feliz: Alex.
Claro que siendo tan tímida no iba a hablar con él. Y no lo hacía, tan solo lo observaba cuando tenía la más mínima oportunidad. A veces pasaba fuera de su tienda, que seguía siendo extraña como siempre, pero no lo veía, y no tenía una buena excusa para entrar, me refiero a que, ¿qué rayos iba a comprar si no tenía la más mínima idea de que vendían en esa tienda?Caminé hacia la cafetería, con el gran deseo de comprar una barra de chocolate, cuando de pronto me llegó un texto:
'Cuidado.'
¿Hasta cuando iban a seguir mandando esos mensajes? La verdad me hartaban y me molestaban. Pero tengo que admitir que me ponían los pelos de punta. Era como si alguien me hubiera estado observando.
Ignoré y borré el mensaje, y seguí con mi camino hacia la pequeña tienda que había en nuestra cafetería.
- Buenos días Sra. Johnson- dije amablemente hacia la señora - ¿me podría dar lo de siempre?
- Claro Kat. - dijo sonriendo amablemente.
Esperé unos minutos, y me giré para ver la cafetería, pronto localicé con la mirada a Vanessa, Ian y... ¿Alex? ¿Qué hacía Alex ahí? Y peor aún, ¿qué hacía esa chica al lado de Alex?
- Kat... - escuché la voz de la señora Johnson y me giré rápidamente.
- Oh, disculpe, gracias. - respondí.
Tomé mi bandeja, mi chocolate, sonreí y me fui.
Me dirigí hacia la mesa lentamente y cuando por fin llegué me senté al lado de Vanessa.
No dije ni una sola palabra y solo miré mi comida fijamente, hasta que alguien comenzó a patearme: Vanessa.
- ¿Estás bien? - preguntó Alex.
- Sí, solo... Me duele la cabeza. - mentí.
- Oh, si quieres puedo llevarte a la enfermería. - dijo Alex.
Noté como la chica a su lado hacía un gesto de disconformidad y miraba a Alex enojada.
- No gracias, puedo ir por mi misma.
Vanessa se rió silenciosamente y solo la miré.
- Disculpa por ser tan grosera, creo que no nos han presentado. - dijo la chica.
Era rubia, estaba bronceada, tenía muuuuucho para mostrar y jugaba con la comida. Una rubia, ¿perfecta?
- Ah... Kat, ella es Jane, mi novia. - dijo Alex nervioso.
¿Su novia? ¿Desde cuándo Alex tenía una novia?
- Oh, mucho gusto Jane. - dije fingiendo una sonrisa.
Jane sonrió igual, sabía que lo hacía falsamente.
Me levanté de la mesa y sin decir nada me dirigí a la enfermería porque de verdad me había comenzado a doler la cabeza.
Después de todo el proceso de preguntas que me hizo la enfermera, me dijo que me podía retirar a casa. Mientras la enfermera salió a elaborar el pase de salida me quedé sola en la habitación.
- Knoc, knoc. - Alex entró por la puerta.
- Hola. - dije.
Se sentó en la silla de la enfermera.
- ¿Te sientes mejor?
- Sí - respondí tímidamente. - ¿no deberías de estar en clase?
- ¿Te cuento un secreto? - susurró - Odio este lugar.
- No eres el único. - admití.
- Estás enojada, ¿cierto?
- ¿Por qué habría de estarlo? - no estaba enojada, solo confundida.
- Por Jane.
- ¿Qué? Ja ja ja. Claro que no. - dije tratando de no sonar falsa - ¿Ella te dijo eso?
- No... Pero le molestó claramente que estuvieras ahí.
- Oh.
Me recosté sobre la camilla.
- ¿Sabías que soy casi doctor? - dijo riendo.
Me giré hacia él, y reí. Tomó un estetoscopio y se dirigió hacia mí.
- Espera, ¿qué haces? - dije riendo.
- Soy el Dr. Alex. - dijo mientras ponía el estetoscopio en la parte donde está el corazón.
Me reí, y solo pude ver como me miraba con gracia. Sus ojos miraban a los míos.
- Basta - dije riendo.
Asintió y se sentó en la camilla.
- Ya no estás enojada.
- Nunca lo estuve.
Alex se acercó a mí y me emocioné. Estaba casi segura de que me iba a besar, pero...
- ¿Quién es usted? - dijo la enfermera.
- Oh... No es lo que parece. - le dije a la enfermera.
- ¡Fuera! - gritó la enfermera.
Alex bajó de la camilla riendo y salió.
- Ya vuelvo. - dijo la enfermera que salió persiguiendo a Alex.
- Dios. - suspiré.
Un minuto después regresó la enfermera sonriendo y casi brincando.
- ¿Está todo bien? - pregunté.
- Claro, el joven Alex es adorable. Eres suertuda de tener alguien así.
- Oh, no, el no es mi novio. - dije.
- Algún día lo será. - me guiñó el ojo.
Eso no era normal. La enfermera había salido furiosa y había regresado brincando de alegría.
Necesitaba hablar con Alex.Antes de salir de la escuela, me dirigí hacia el locker de Vanessa, y por suerte ella estaba ahí.
- ¡Hey! - dijo al verme. - ¿Por qué fuiste tan grosera?
- Vanessa, no estoy de humor para hablar de eso.
- Pero cariño, solo te fuiste así, Jane se sintió mal.
- ¿Qué? - dije extrañada - Mira, solo necesito que le des esta nota a Alex. Eso es todo. Hablamos luego, ¿Okay?
- Bien, entonces te veré en la siguiente clase.
- De hecho, me iré a casa. Puedes buscarme más tarde. - dije mientras me daba la vuelta.Bien. Ahora sólo debía de esperar a Alex. Y preguntarle muchas cosas.
❤️ Nota de la autora ❤️
¡Hola a todos! Ahora mismo me deben odiar, y no los culpo, no subí capítulo por mucho tiempo. Pero por fin aquí está este.
Les explico: el teclado de mi computadora dejó de escribir 😐 y yo así de que... ¡NO!
Lo llevé a reparar y me salieron con la sorpresa de que el teclado estaría listo en 2 meses, pues era un teclado de la marca Apple, y que esos son más difíciles de reparar y más caros.
Pues bien, aún me quedaba el celular.
Pero no... La App de Wattpad no abría y decía que no se podía actualizar por el momento 😩😩 y yo estaba súper enojada. Así que dije, voy a esperar.Espero que me perdonen 😔
Prometo subir los capítulos más seguido ya que ya tengo de nuevo mi teclado❤️
Espero que les haya gustado el capítulo, no olviden dejar su comentario, su voto y compartir la historia con sus amigos.
¡Feliz Navidad y Año Nuevo!
Espero que hayan tenido unas fiestas muy buenas, que se hayan divertido y que hayan pasado mucho tiempo con su familia ❤️🎄🎅Con cariño (y disculpas),
Camila Waters. 🌚
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Road 86
Paranormal''El camino a casa puede ser peligroso. Y con ello, no me refiero a ladrones o asesinos. Hay cosas peores. Cosas que están realmente escondidas, y solo siguen a ciertas personas, como yo.''